[Capítulo 31 — Cuando Lo Necesites]
El electrocardiograma volvió a marcar un ritmo de diferentes pitidos, esta vez más constantes.
—¡Está de vuelta!— exclamó con alegría la enfermera. La sala se llenó por un momento de exclamaciones entusiastas y felices por parte de todos los doctores.
Kureha retiró sus manos del pecho del paciente y suspiró con alivio. “Bien hecho chico” —Continuemos con la operación.
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Ace se pasó la mano por el rostro para eliminar el rastro de lágrimas y se separó lentamente de su hermano, después de haber estado un rato abrazados.
—Hay que regresar con los demás— dijo poniéndose de pie.
Sabo asintió y se levantó también, ambos comenzaron a caminar hacia donde se encontraban todos en la sala de espera.
Cuando llegaron, el pecoso pudo ver a Luffy sentado junto a Law. En cuanto su hermanito lo miró se alejó del otro para acercarse a él.
—¿Aún no hay noticias?— preguntó el mayor. Luffy negó con la cabeza, con una expresión de disculpa en el rostro. —Entiendo. Ven, hay que sentarnos a esperar. —Se encaminó hacia unos asientos vacíos, con Sabo a su lado. Pero Luffy no los siguió, se quedó observándolos. “Las cosas han cambiado desde entonces”.
Se sentó de golpe en su cama, respirando agitadamente. La garganta le ardía, seguramente habría gritado en sueños. Las lágrimas seguían corriendo por su rostro, y su cuerpo temblaba por completo. Abrazó sus rodillas y escondió su rostro en el hueco entre estas y su pecho, tratando de llorar en silencio pero sin lograrlo por completo. De nuevo esas horribles pesadillas, esos malditos recuerdos. ¿Cuánto tiempo tendría que pasar para que pudiera dormir tranquilamente? ¿Cuánto más tenía que seguir sufriendo?
La puerta de la habitación se abrió, dejando paso a un par de niños que habían sido atraídos hacia el lugar por los gritos. Observaron el cuarto, su hermano pequeño estaba hecho una bola en medio de su cama, llorando, como hacía todas las noches desde entonces. Ambos se dirigieron rápidamente hasta él, subiendo a la cama cada uno por un lado.
—Luffy— llamó suavemente el pecoso. El pequeño simplemente se encogió aún más entre sus brazos. Ace miró al rubio preocupado, no sabía qué hacer para ayudar a su hermano. Sabo le regresó una mirada un tanto triste, que su hermano entendió a la perfección. “No podemos hacer mucho, pero…”
Ambos estiraron sus brazos hasta el pequeño, obligándolo delicadamente a que desbaratara su posición, permitiéndoles tomar sus manos.
—Siempre que uno de nosotros lo necesite…— dijo el pelinegro mientras entrelazaba sus dedos con los de su hermanito.
—Estaremos ahí para tomar su mano— completó el rubio, realizando la misma acción que el otro con la mano libre de Luffy.
—No estás solo, hermano.
Luffy se sentó en el asiento vacío junto a su hermano. “Ustedes tomaron mi mano por mucho tiempo…” pensó mientras entrelazaba sus dedos con los de su hermano. “Ahora me toca a mí.”
Ace miró a su hermano pequeño confundido, mientras que a su otro lado, Sabo había entendido perfectamente lo que el menor estaba pensando en ese momento, y tomó la otra mano del pecoso entre la suya propia. El pelinegro sonrió, entendiendo por fin la acción de los chicos y correspondiendo al gesto.
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Zoro subía las escaleras de camino a su cuarto cuando el teléfono comenzó a sonar, por lo que tuvo que volver a abajo, encaminándose hacia la sala para contestar.
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Historia de tres hermanos
FanfictionAce, Sabo y Luffy son tres hermanos que tras haber vivido 9 años fuera del país regresan a su lugar de origen, la ciudad Sabaody, e ingresan en el instituto Impel Down. A partir de aquí, las cosas empiezan a cambiar para el trío de hermanos, incluye...