[Capítulo 25 — Mi Capricho]
“¡¿Qué carajos pasa con esta casa?!”
10 minutos, 10 jodidos minutos en los que llevaba dando vueltas por el lugar. Ya había pasado por el baño, la sala, la cocina, el baño otra vez, el comedor, y ahora se encontraba en el patio, ¡¿Cómo demonios se las apañó para terminar en el patio?!
Dio media vuelta y comenzó a caminar, ¿qué tan difícil podía ser encontrar una habitación? Además, él ya había estado en esa casa un par de ocasiones antes, por algún trabajo escolar o algo así, se suponía que debería saber dónde se encontraba el cuarto que buscaba. Ah, pero que quede claro que no era su culpa, si los pasillos dejaran de moverse sería de gran ayuda.
—Espera un momento —se detuvo en seco, ¿acaso esa de ahí no era la puerta de entrada?
“¡Carajo! ¡Si esto sigue así voy a terminar por…!” Respiró profundamente y, haciendo uso de todo el autocontrol que poseía para no terminar cargándose la maldita puerta, se dio la vuelta caminando en dirección contraria. Joder, que está bien que el mundo de vueltas y se mueva todo el tiempo, ¿Pero no se supone que una casa no debería de hacerlo?
Sin darse cuenta de cómo lo logró, terminó frente a una puerta de madera en el segundo piso. “¿Pero qué…? ¿En qué momento subí las escaleras?” se preguntó a sí mismo dando un vistazo a su alrededor. “Bueno, qué importa”.
En el interior se apreciaban las paredes azules, las cortinas negras estaban totalmente cerradas, lo que impedía la vista desde dentro hacia fuera o viceversa, el escritorio estaba perfectamente organizado, y en la esquina junto al armario se hallaba un pequeño bulto de ropa. Bueno, definitivamente era la habitación de Sanji, pero ¿dónde estaba él?
—¿Marimo? —El rubio se paró en la puerta del baño de su habitación al ver a Zoro, dejando un momento la acción de secar su cabello por la sorpresa—. ¿Qué haces aquí tan temprano?
“Ah, ahí está” pensó al verlo, tuvo que tragar un poco de saliva, maldita sea esa costumbre que tenía de salir en bóxer del baño—. Estaba por el rumbo y decidí pasar antes —contestó.
En ese momento, una pequeña gota cayó desde el fleco de Sanji, aterrizando en su pecho y comenzando a deslizarse, acción que no pasó desapercibida para los ojos del peli verde. El cuerpo del cocinero ya estaba seco, por lo que seguir con la mirada aquel camino que se marcaba por su torso no resultó nada difícil, hasta que aquella gota se disolvió en el elástico de su ropa interior, y entonces el recorrer ese mismo camino con su boca se volvió algo sumamente tentador.
—Bueno, no importa, sólo deja que me cambie y nos vamos —dijo el rubio, volviendo a la tarea de secar su pelo y comenzando a caminar por la habitación.
“Joder, Sanji, que así no puedo” pensó para sus adentros. No podía culparlo de querer tirarse encima de él en ese momento, después de todo, Luffy los había interrumpido el día anterior y se quedó con las ganas, y ahora lo tenía frente a él con su tan bien marcado y trabajado cuerpo, que tanto deseaba poseer, prácticamente desnudo. Y para colmo, el bóxer del chico no era precisamente holgado, sino uno que se ajustaba perfectamente a su persona, dándole una muy buena idea al mayor de lo que poseía allá abajo.
Una vez había terminado de utilizarla, colgó la toalla en la silla de su escritorio y se acercó a su cama, donde tenía preparada la ropa que se pondría—. ¿El viejo ya se fue? —preguntó a Zoro, quien se encontraba a su espalda, al momento en que tomó el pantalón entre sus manos.
—Sí —contestó escuetamente, su voz le sonó más cercana que antes.
Estaba a punto de ponerse la prenda que sostenía, pero antes de poder hacerlo unos brazos lo rodearon por detrás, atrayéndolo fuertemente contra su cuerpo hasta que estuvo perfectamente pegado a él, con la espalda en su pecho.
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Historia de tres hermanos
FanfictionAce, Sabo y Luffy son tres hermanos que tras haber vivido 9 años fuera del país regresan a su lugar de origen, la ciudad Sabaody, e ingresan en el instituto Impel Down. A partir de aquí, las cosas empiezan a cambiar para el trío de hermanos, incluye...