¿Una simple apuesta? - [COMPLETA]

Prólogo

No me aguanté las ganas de preguntarle para ver si tenía los huevos o no de decirme la verdad.

—¿Por qué de la nada me hablas? —le pregunté directamente.

Se notó que mi pregunta lo puso algo nervioso y trató de que no se notara, pero no lo logró.

—Yo... eh... te quería conocer más —respondió nervioso.

—¿Por qué? —insistí.

—Porque me gustas... digo, me gustaría que nos llevemos bien —dijo no muy convencido.

Si no supiera la verdad, me lo hubiera creído, mientras tanto me iba a divertir con la situación.

(***)

—No creo que sea normal, mamá, ya pasaron muchos años y todavía sigue acá —dije señalando mi cabeza —. No puedo más, duele.

—Cada uno supera sus traumas en diferentes tiempos y formas, y aún más, dependiendo de la gravedad de ellos, eso debés tenerlo claro siempre. Sé que es difícil y que no hay un solo día en el que no lamente todo lo que sufriste, pero tenés que seguir adelante, por tu padre, por tu hermano, por mí, pero sobre todo por vos.

Ella tenía razón en absolutamente todo lo que dijo, pero aún así no dejaba de doler. Las heridas físicas pudieron haber sanado, pero las psicológicas no te las quita nadie y mucho menos luego de que te quitaran algo tan preciado como me lo quitaron a mí.

(***)

—Si yo fuera distinta, no estaríamos en esta situación —confesé, soltando mi última lágrima por él.

—Si fueras distinta, yo nunca me hubiera... —habló, pero se arrepintió a medio camino.

(***)

Hola, mi nombre es Abby Saint Clair, tengo 17 años, soy rubia de ojos celestes, asisto a mi último año de colegio y por un lado, tengo problemas con mi físico, sobrepeso para ser exacta, pero a medida que sigan la historia sabrán el motivo. Y por el otro, de un día para el otro, el chico más popular del colegio, se le da por prestarme atención, pero cometió el error de no darse cuenta de que mientras hablaba sobre el misterioso motivo de su acercamiento... lo escuché todo.

Todos cometemos errores, claro está, pero meterse conmigo... fue el peor de todos.