Luego de esa gran charla emotiva con Ethan, me encerré en mi habitación, por varias horas, a procesar todo. No podía creer que con once años haya escrito eso, y encima que se haya animado a mostrarlo. Lo admiro y quiero muchísimo. Él tenía razón al creer que me haría bien escuchar todo eso ahora, porque... así fue. Me hizo más que bien.
Justo ahora estaba pensando en qué me pondría para la fiesta de hoy a la noche, así que llamé para pedir ayuda a las personas que más saben de moda que yo, y luego de mostrarles las opciones no tan provocadoras, decidí ponerme una pollera de cuero, un top negro con algunos brillos y mis zapatillas con plataforma ya que mi estatura suele ser un problema a veces.
—Abby, en una hora te caemos en tu casa para prepararnos, ¿Okey? —dijo Nick al otro lado de la línea.
—Está bien, al menos esta vez me avisan, y no como la última vez que cayeron en mi casa y no estaba —dije soltando una pequeña risa y cortando la llamada para darme un rápido baño.
Y tal como dijeron, en una hora ya se encontraban ambos en mi casa y estábamos yendo de un lado al otro preparándonos.
La casa de Alex no quedaba lejos como el resto de las casas de mis compañeros, de hecho, quedaba a sólo un par de cuadras. Liam me dijo que ya estaba allá porque fue a ayudar a su amigo a organizar todo.
Una vez que los tres estuvimos listos, nos sacamos muchísimas fotos porque... ¿Quién no lo haría? Hasta mis padres lo hicieron y luego los tuvimos que escuchar darnos su clásico sermón sobre cuidarnos entre nosotros y no hacer locuras de las que luego nos podamos arrepentir. Igual Zack nos iba a acompañar, pero le pedí que se quedara en la puerta no más.
—... Así que cuídense y no beban mucho —finalizó papá.
—Y saquen más fotos —agregó mamá.
—No se preocupen, nos vamos a cuidar. Volvemos tarde, chau —dije y me acerqué para saludarlos, al igual que los chicos, y después nos fuimos.
La casa de Alex es enorme. Como dije antes, todos vivimos cerca y no me sorprendí al notar que fuera así. Zack, mi guardaespaldas se quedó en la puerta tal como le pedí y le aclaré que cualquier cosa lo llamaría porque estas últimas horas tuve un presentimiento muy raro.
—Ey... llegaron —nos habló un muy borracho Alex —. El alcohol está por allá —señaló a su derecha una mesa con todo tipo de botellas para elegir —y las habitaciones están arriba para hacer lo que quieran —dijo subiendo y bajando las cejas.
Está tan borracho que ni siquiera debe saber con quiénes está hablando. Se tambaleaba mucho y me preocupaba un poco que fuera a buscar una botella de whisky a la mesa.
—Está bien, gracias, Alex —le dijo Nick y él se fue —. Sí que está borracho.
—Ni que lo digas, esperemos que no haga algo estúpido, a esperen... es él y es obvio que lo va a hacer —dijo Liv logrando sacarme una sonora carcajada.
—¿Y tu enamorado dónde está? —le pregunté recordando que nos había dicho a Nick y a mí antes de salir que iba a venir.
—Ahí viene —comentó y justo vi cómo se nos acercó un chico que creí haberlo visto en algún lado, pero no recordaba dónde.
Sus ojos fueron lo primero que vi porque descubrí que estos dicen mucho de una persona cuando la conoces, eran celestes con pequeños destellos verdes, tenía una mirada algo nerviosa y eso sólo me hizo pensar que nos llevaríamos de maravilla cuando ya entre en confianza con Nick y conmigo. Era pelirrojo con algunos rulos un poco desordenados y noté también que tenía algunas pecas. Definitivamente, es el tipo de chico para mi mejor amiga, no sólo porque me de buenas vibras, sino que es completamente diferente a lo que ella suele recurrir y me alegra que cambie sus... horizontes por decirlo de una forma.
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¿Una simple apuesta? - [COMPLETA]
Novela Juvenil¿Qué harías si el chico más popular del colegio, te prestara atención de un día para el otro? ¿O peor aún, si supieras que su repentino acercamiento se debe a una apuesta entre él y sus amigos para enamorar a una chica que no tiene un cuerpo "ideal"...