Capítulo 16: El trabajo (parte 2)

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Bajamos y fuimos a la cocina a buscar comida. La verdad es que necesitaba un descanso luego de estar tanto tiempo ocupada. Eran casi las cinco de la tarde y no nos faltaba mucho para terminar el trabajo, en realidad, ya lo deberíamos haber terminado, es sólo que nos distrajimos un poco haciendo tareas para otras materias.

Sí, lo sé, debo ser la única chica que le habrá dicho a Liam Anderson juntémonos para hacer tareas y sí, sí nos juntamos para hacer tareas. Debo admitir que detesto atrasarme, por eso prefiero tener todo al día y sin importarme lo que digan los demás.

—¿Qué les parece si preparo unos sándwiches? —preguntó Liam.

—Por mi está bien —dijimos Martina y yo al mismo tiempo y nos reímos por eso.

—Martu —la llamé en voz baja para que Liam no escuche —, necesito que me digas cosas sobre tu hermano para agregar a mi trabajo, por favor —le pedí.

—¿Qué querés que te diga exactamente? —me preguntó poniendo un tono y una cara pícara llamándome muchísimo la atención.

Los adultos creen que los chicos no entienden lo que ellos hacen sólo por ser chicos, pero eso es completamente incierto, ellos comprenden todo y absolutamente más de lo que deberían.

—Cosas sobre ¿Cómo actúa con vos y con tu familia en general? Necesito verlo y conocerlo desde otra perspectiva y ¿Quién mejor que vos para ayudarme? Y por tu cara y tono de voz, supongo que sabes algo más, así que vos contame todo que yo soy toda oídos.

—Buen punto —dijo —, está bien, te voy a contar todo.

—¿De qué están hablando? —preguntó Liam de repente.

—De nada —respondimos casi al unísono.

—Bueno, ya casi termino. ¿Les parece si vemos alguna película? —propuso él.

—¡Sí! —dijo Martina.

—Está bien —me limité a decir.

—Ya terminé —dijo él y nosotras lo seguimos a la sala de estar.

—¿Vemos Frozen? —propuso Martina.

—Sí —respondí con una gran sonrisa ya que me encantaba la película.

—No —dijo el amargado de Liam.

Nada le viene bien a este.

—Decidido vemos Frozen —dijo Martu y dicho y hecho, puso esa película.

Pasó un buen rato hasta que llegó la parte clave de la película y es la canción, la que es casi imposible no cantar y disfrutar de la emoción que genera. Bueno, estoy exagerando un poquito, pero el sentimiento es real, y no lo digo sólo por mí, sino por las dos personas que están sentadas junto a mi en el sofá.

Libre soy, libre soy —cantó Liam a todo pulmón.

Libertad sin vuelta atrás —le siguió Martina.

Y firme así, me quedo aquí —canté el final con ellos.

—Ya llegamos —dijeron el señor y la señora Anderson apenas cruzaron la puerta de entrada.

—Hola —dijimos los tres.

—¿Se divirtieron? —nos preguntó Nora.

—Sí, muchísimo, hasta que escuchamos a Liam cantar —dijo Martina mientras yo contenía la risa.

—Ey, yo no era el único cantando —se quejó él.

—Pero eras el único que lo hacía mal —le dije y su cara cambió a una de indignación total, pero aún así se acercó a abrazarme.

¿Una simple apuesta? - [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora