Capítulo 42: Todo solucionado

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Vieron esos momentos incómodos, en los que sólo hay puro silencio y esperás a que la otra persona hable primero, pero nunca lo hace; y en parte te decepciona, pero a la vez sabés que te está dando la oportunidad de que cuentes tu parte, o eso creo que es lo que Liam quería.

-Bueno... -dijimos al mismo tiempo y reímos por eso.

-Liam, yo... -traté de seguir, pero me interrumpió.

-No sabés lo asustado, enojado y culpable que me siento por todo esto -se sentó en la camilla, agarró mi mano y la colocó sobre su pecho que latía muy fuerte -. No sabés lo asustado que estaba al pensar que él te podía hacer algo; lo enojado que estaba al pensar que yo no estaba ahí para protegerte luego de hacerte una promesa y no poder cumplirla, y culpable de todo lo que te pasó -sus ojos se cristalizaron y fue cuestión de segundos para que soltara algunas lágrimas que me hicieron sentir peor que antes -. No sabés lo difícil que es pensar en qué habría pasado si yo no te hubiera dado ese sobre y te hubiera dicho todo en persona, o incluso si quizás nunca hubiera hecho esa apuesta, seguro no estarías acá y...

-Liam -le hice un espacio para que se acueste junto a mí y lo abracé mientras notaba cómo se había calmado casi al instante -... esto iba a pasar tarde o temprano, así que dejá de torturarte porque no es tu culpa; es mía porque yo fui la descuidada que salió sin su guardaespaldas, aún sabiendo el riesgo que corría -le aclaré -. No importa todo lo que pasó, lo que importa es que ambos estamos bien, y que ahora estás acá conmigo y eso es más que suficiente.

-¿Y qué pasa con Josh? -murmuró sin atreverse a mirarme.

Sinceramente, él era la última persona en la que me pondría a pensar justo ahora, pero al notar la clara inseguridad en su voz, sentía que tenía que aclararle todo lo sucedido entre nosotros.

Di una profunda respiración y hablé.

-Nunca pasó nada realmente entre él y yo. Podría decirse que -no pude evitar soltar una pequeña sonrisa al recordar nuestros estúpidos motivos -... sólo nos apoyamos mutuamente para lograr poner un poco celosos a ciertos chicos que ponen nuestro mundo de cabeza y nos encantan.

Pude notar cómo Liam me miraba de reojo con una tímida sonrisa en su rostro y sus mejillas completamente rojas. Sip, acababa de admitir que quise poner celoso a Anderson y no me arrepentía para nada.

-Supongo que dejaste bien en claro que funcionó cuando me seguiste hasta mi casillero -dije acurrucándome en su pecho.

-No solo estaba celoso, estaba furioso -confesó -. Siempre hubo una enorme rivalidad entre Josh y yo, pero en ese momento sentí que realmente había perdido, sentí que me habían quitado lo más preciado e importante para mí, y no supe cómo reaccionar a eso.

-¿Y qué se supone que es lo más preciado e importante que sentiste que te quitaron? -no pude evitar preguntar.

-No es un qué, sino un quién -aclaró aún sin animarse a verme.

-Entonces, ¿Quién?

-Vos, vos sos lo más preciado e importante para mí.

Sentí que mi corazón explotaría de amor hacia él, no sólo por el hecho de que al fin se dignó a mirar a mi dirección, sino que lo que dijo era algo mutuo que me fascinaba y, a pesar de que acababa de pasar por un terrible momento, él seguía acá conmigo sin siquiera considerar abandonarme.

-Abby, desde chicos siempre me gustaste y nunca cambié de opinión -confesó y yo me separé un poco para poder verlo a la cara -. Sé que cuando empezamos la escuela nos separamos un poco porque cada uno tenía sus amigos, pero eso no quiere decir que me hayas dejado de importar. Hacer ese trabajo con vos era la mejor oportunidad de volver conocerte y saber qué te había sucedido porque noté que algo había cambiado en vos, pero no sabía cómo acercarme a preguntarte. Preciosa -acarició mi mano y no dejó de abrazarme -, lo de la apuesta no lo armé yo, es algo que hacían los chicos del equipo y de lo que nunca quise formar parte, a pesar de que pensé que quizás esa podría ser la forma que me iba a servir para acercarme a vos, pero me equivoqué y aprendí de mi error. Quiero que sepas que nunca me importó tu peso, ni nada por el estilo porque sólo te quiero a vos, a vos misma, la que a pesar de vivir muchas batallas sigue adelante y se muestra tal cual es... perfecta para mí. Cuando Zack me dijo que no te encontraba en la plaza, yo sentí una enorme opresión en el pecho por no poder decirte a tiempo todo lo que sentía y que tenía mucho miedo de perderte. Es increíble la manera en la que me haces sentir y me fascina. Sé que las palabras no son suficientes para arreglar todo el daño que hice, pero quiero que sepas que... te amo, Abby, realmente te amo y espero que me perdones.

¿Una simple apuesta? - [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora