¿Una simple apuesta? - [COMPLETA]

Capítulo 15: El trabajo (parte 1)

Entramos a su casa y sus papás se encontraban en la sala mirando televisión. Nos acercamos a saludarlos y ellos me miraron sorprendidos.

—Hola, mamá y papá —dijo Martina.

—Hola hijos y... Abby, hola, no sabía que venías —dijo Nora mientras se acercaba a abrazarme y yo fulminaba con la mirada a su hijo.

—Hola Nora, ¿Cómo que no sabías? Si arreglamos ayer con Liam para... ¿Enserio no les dijiste? —lo miré enojada.

—Perdón, se me olvidó —se excusó él.

—Bueno, tranquilos, no importa. Hola, querida —me saludó Héctor.

—Hola Héctor, ¿Cómo está? —le dije.

—Bien y veo que ustedes también —nos dijo a Liam y a mí —, me alegro por ustedes.

—Cierto que ahora están juntos —le siguió Nora —, nos alegramos mucho en serio. Hubiera apostado algo - dijo eso último más para sus adentros que a nosotros justo igual que mi mamá.

—¡Mamá! —se quejó Liam.

—¡Nora! —dijo Héctor.

—Tranquila, hasta mi mamá se quejó por eso —dije soltando una sonora carcajada.

—Bueno, Abby, vamos que tenemos mucho por hacer —dijo Liam agarrándome de la mano y dirigiéndome a su habitación.

—Okey, eso fue incómodo —murmuré.

—Cierto, pero ya estamos a salvo de preguntas incómodas —dijo él mientras abría la puerta de su habitación y yo me quedé sorprendida por los cambios que tenía.

—Wow, todavía recuerdo que la última vez que entré había una enorme pista de carreras por allá y ahora hay una enorme biblioteca llena de libros y... ¿Una foto nuestra? —lo miré extrañada.

—Eh, seguro mi mamá la habrá dejado ahí cuando... s-se puso a revisar el otro día unas fotos viejas que tenía guardadas en una caja —dijo bastante nervioso y eso me indicó lo obvio, que era que estaba mintiendo.

A veces es muy fácil saber cuando lo hace.

—Había olvidado la existencia de esta foto —dije agarrándola y detallando el lindo recuadro que tenía, pero sobretodo a unos Liam y Abby de casi seis años, en el patio de alguna de sus casas, y con unas enormes y hermosas sonrisas, que mágicamente lograron sacarme una a mí —Éramos muy felices y no lo sabíamos, ¿Qué nos pasó? —comenté.

—Crecimos —respondió él con una sonrisa melancólica como recordando algo —. Recuerdo que tu mamá nos sacó esta foto y yo antes le decía tía —soltó una pequeña risa.

—¿Qué es lo gracioso? —le pregunté devolviéndola a su lugar.

—Que ahora le voy a decir mi suegra —le di un ligero golpe en el hombro luego de reírme —. Era mentira lo que dije sobre que mi mamá la puso ahí —señaló la foto —, yo la puse ahí desde hace tiempo, cuando comencé a extrañar a mi mejor amiga.

—Lo supuse, sos muy predecible, Anderson. Aunque no te culpo, ¿Quién puede olvidar a semejante persona como yo? Igual dejame decirte que fuiste muy afortunado porque no todos los días me se me puede tener como novia.

—Jaja, es cierto, soy muy afortunado de volver a tenerte en mi vida y de la forma que quiero —dejó un cálido beso sobre mis labios.

—Bueno, no nos vayamos de tema y comencemos —dije sacando mi libreta para anotar todo lo necesario. Él hizo lo mismo y nos sentamos en uno de los sillones que tenía ahí.