Capítulo 45: Volví

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Nada mal para ser mi último año de colegio, pensé.

Con cada una de las anécdotas que fuimos contando, me sentí más viva y feliz; siempre fui de seguir las reglas porque de hecho me gustan, pero este año las mandé a la mierda e hice de todo y con la ayuda de mis amigos, obvio.

Me atreví más, a pesar de que estuviera muerta de miedo, y creo que eso es lo más importante de todo, no dejarme llevar por el miedo sino por el instinto, el instinto a vivir, a sanar, a ser feliz, pero sobre todo a amar. Este año amé con locura, no sólo a cierta persona que hace que se me acelere el corazón con sólo pensarlo, sino que también a mi familia y a mis amigos, pero aún más a mí misma por lo que soy y por lo que fui.

Nadie me va a borrar de la cabeza los momentos malos y los errores que cometí, pero al menos pude aprender de ellos. Aprendí que el dolor y el miedo siempre van a estar, pero depende de mí sí quiero y elijo que eso sea algo que me debilite o me fortalezca.

Pues... yo quise y elegí que me fortalezca. Y no me arrepiento en lo absoluto.

Volviendo a la realidad, charlar con estas increíbles personitas, y recordar viejos y buenos momentos, era todo lo que necesitaba justo ahora.

—¿Se acuerdan cuando me enfrenté a mi mamá y le dije que quería que pasara más tiempo en casa conmigo? —dijo Liv y eso nos sacó otra sonrisa.

—Ya sé... y otra vez se escaparon del colegio —comentó Ethan y los tres asentimos.

—Pero este sí era el momento porque María se estaba por ir otra vez de viaje —nos defendió Nick.

Flashback

Narra Liv

Tenía los nervios a flor de piel, sentía que por momentos me faltaba el aire, o más bien, una parte de mí. Me sentía extraña, necesitaba más que nunca su calidez y amor, pero claramente uno nunca puede conseguir lo que quiere y menos cuando quiere.

Mi mamá, María, se estaba por ir otra vez a un viaje de negocios y, como siempre, yo no quería que lo hiciera. Extrañaba tanto su presencia en la casa, a la salida de la escuela, en casa de mis amigos e incluso cuando la encontraba espiándome en una de mis tantas salidas con chicos.

Es tan difícil tener que fingir que todo está bien en mi vida, cuando claramente nada lo está. Y sentía que nunca me iba a acostumbrar a ello.

Los chicos, desde siempre, me aconsejaron que le contase a mi mamá todo lo que me pasaba y yo me excusaba con que ella también debería darse cuenta, pero claro, no puede hacerlo porque nunca está y yo tampoco pienso hablarle al respecto.

Dios, me odio por ser tan malditamente orgullosa. No tengo remedio, desde muy chica fui criada para ser totalmente fuerte, ya que al demostrar la más mínima debilidad pueden destruirte.

Podría decirse que el causante de todo esto fue mí papá, ya que nos abandonó a mí mamá y a mí, cuando se enteró que yo venía al mundo y ni siquiera quiso conocerme.

Debo admitir que cumple muy bien con la parte económica, porque gracias a él tengo casi todo lo que quiero, aunque es más que obvio si viene de un empresario súper exitoso del exterior y al que no le conviene que se sepa de su hija medio abandonada por él. Y digo casi porque lo material no cuenta si yo sólo quiero a una persona más presente en mi vida, que no es él, y eso él no me lo puede dar.

Volví a la realidad cuando Nick golpeó ligeramente mi hombro, pero no me importó para nada. Ya lo tenía decidido, hoy le diría a mamá lo que me pasa, aunque me arriesgue a recibir un gran castigo de parte de ella y del colegio.

¿Una simple apuesta? - [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora