Capítulo 46: El último día

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Me desperté por la molesta alarma y me sorprendió no tirar a la mierda mi celular. Definitivamente, las mañanas y yo no éramos buenas amigas.

Ayer mis padres me permitieron faltar al colegio y estar con los chicos por todo lo que había pasado, pero hoy ya tenía que ir, no porque me hayan obligado sino porque es viernes y es el último día de clases.

Me ponía un poco nostálgica saber que esta maravillosa y estresante etapa de mi vida había llegado a su fin. Pero qué se le va a hacer, la vida continúa y cuando menos lo espere, voy a volver a acá para mandarme alguna que otra cagada con mis mejores amigos.

Hoy terminaban las clases y eso significaba que me iba a graduar, sonaba raro decirlo y pensarlo porque todavía no me lo creía. Dios, pasó volando el tiempo.

Recuerdo que hubo un momento en el que en serio estaba muy mal y pensé que no lograría salvarme de eso, pero bueno... acá estoy, preparándome para disfrutar mi día, mi último día.

Me di un rápido baño y luego me puse una musculosa negra con algunas rayas, un short de jean sujetado por un cinturón negro que combinara y unas sandalias con un poco de plataforma.

Me tuve que maquillar un poco para cubrir algunos moretones que tenía en la cara y en el cuerpo porque, no quería que se vieran. Me daba un poco de cosa tener que salir de mi casa, ya que era prácticamente el lugar más seguro que conocía y mi refugio podría decirse; tenía miedo, esa era la verdad, pero ya era tiempo de que aceptara de una vez por todas que la vida continúa y que yo podría salir adelante.

Cuando terminé de prepararme, agarré todas mis cosas y bajé a desayunar. Ya todos estaban ahí y sentí un gracioso déjà vu como en el primer día, con los tres en los mismos lugares sólo que ahora con distintos ánimos.

—Buenos días —dije animada.

—Hola, cariño —dijo papá —, ¿Lista para el último día?

—La verdad, no —respondí sinceramente.

—Bueno, ponete a pensar en que ahora vas a empezar una nueva etapa de tu vida —habló mamá.

—Eso y que te vas a deshacer de mi para llevarme a la escuela —dijo Ethan y todos reímos.

—Tenés razón —dije mientras le revolvía el pelo y luego me puse a desayunar.

(***)

Una vez que llegamos al colegio, con Ethan, entramos y él se fue con sus amigos que se cruzó en el pasillo, y yo me fui al aula para ver si los chicos ya habían llegado. Tal como lo supuse, ya estaban ahí, pero al entrar, tuve la extraña sensación de que todos se me quedaron mirando, quizás se me notaba algún que otro moretón, no lo sé. Pero lo que sí noté era que Liam y sus amigos no habían llegado todavía.

Liv y Nick me hicieron una seña para que me acercara a ellos y eso hice.

—Hola, mis amores —los saludé.

—Holaaa —dijeron ellos.

—Chicos, ¿Tengo algo en la cara o qué? ¿Saben por qué me miran todos esta vez? —les pregunté y ellos negaron —Como sea, ¿Qué pasó que no quisieron venir conmigo hoy?

—Eh... mamá se ofreció a traerme hoy antes de ir a su trabajo —respondió Liv.

—Y a mí me alcanzó papá, dijo que le quedaba de pasada para ir a buscar a mamá al trabajo —dijo Nick.

—Ah, okey —dije lo más normal que pude porque la verdad era obvia.

Me estaban mintiendo.

Los conozco lo suficientemente bien como para saber que Liv cuando se pone nerviosa se toca la pulserita que le regalé de pequeñas y Nick fue el que me lo confirmó, ya que su mamá trabaja en un hospital que queda a la otra punta de la ciudad y es imposible que le quede de pasada el camino. Estos dos me ocultan algo y lo voy a descubrir, pero por el momento voy a hacer como que les creo para que se relajen un poco y así atacar cuando menos se lo esperen.

¿Una simple apuesta? - [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora