La estaba pasando tan bien con ellos mientras recordábamos momentos hermosos que vivimos juntos. De a ratos, la nostalgia iba y venía, pero creo que de eso se tratan los recuerdos a veces, de permitirnos ponernos nostálgicos por cosas increíbles que nos sucedieron.
—¿Se acuerdan la vez que le conté a mis padres que era gay? —dijo Nick de repente.
Los cuatro estábamos tirados, boca arriba, en el pasto, mirando el cielo que tenía una increíble mezcla de colores que nos brindaba el atardecer.
—¿Cómo olvidarlo? Ese día nos escapamos del colegio porque vos habías faltado y no nos respondías el celular —dije con una sonrisa en mi rostro al igual que todos.
—Parece que fue ayer —murmuró Liv.
Flashback
Narra Nick
Estos días me estuve replanteando mucho el decirles la verdad a mis padres y todavía no sé cómo hacerlo porque... muchas personas saben que soy gay y no me gustaría que ellos se enteren por alguien más que yo; no sería justo ni para ellos ni para mí. Ya va a ser mucho para ellos cuando se enteren que desde hace un año les oculto esto, el que se los diga alguien más... eso no me lo van a perdonar nunca en la vida, y ni siquiera sé si me van a perdonar ser como soy.
Pensar tanto me hace sentir muy débil al no saber expresarme como deseo, me hace sentir insuficiente para las personas que quiero y sobre todo culpable de que quizás nunca voy a poder encontrar a la persona indicada en mi vida por ser así... un chico con las hormonas hechas un desastre, débil y que no sabe lo que quiere.
Dios, claro que sé lo que quiero, quiero poder demostrar que no importa mi sexualidad mientras sea yo mismo y sin recibir ningún prejuicio. Pareciera tan fácil pensarlo, pero decirlo y hacerlo es imposible.
Toda mi especie de descubrimiento empezó el año pasado, cuando conocí a un chico realmente especial y que me permitió ver al resto de los chicos de otra forma. Cuando entendí que comencé a tener sentimientos por él, entré en pánico y sólo lo alejé; no estaba listo para aceptarlo, aceptar que no solo era la primera vez que me enamoraba, sino que lo había hecho de un chico, cuando toda mi vida, mi familia me dejó bien en claro que querían que me consiguiera una buena chica para pasar el resto de nuestras vidas juntos.
Podría decirse que son de mente cerrada a este tipo de cosas, pero no quiere decir que no las respeten, es sólo que... no se permiten intentar ver más allá de lo que tienen y les inculcaron en sus cabezas. Tengo muchísimo miedo de hablar y que me vean como alguien diferente, como un bicho raro que dice pavadas.
Estuve llorando toda la noche, debido a esos pensamientos que cuando aparecen en mi mente, es muy difícil que desaparezcan tan rápido.
Hoy falte al colegio porque no quería hablar con nadie, sólo quería pensar, así que le dije a mis padres que no me sentía bien y lo aceptaron, pero sabía que dos personitas que también deberían estar en el colegio ahora mismo, no lo aceptarían ni por casualidad.
—Nicolás Blanco, más vale que me abras esta puerta ya mismo antes de que la tire abajo —dijo Liv golpeando una y otra vez la puerta de mi habitación.
¿Por qué siempre tan violenta tiene que ser mi mejor amiga?
—Nick —escuché la dulce voz de Abby, que parecía más calmada, pero que aún así insistió en que le abriera la estúpida puerta —, abrí la puerta, por favor.
Sabía que si lo hacía no me podría contener más, que mi voz se quebraría, que más lágrimas saldrían de mis ojos y... que en cierto punto las decepcionaría. No soporté más su insistencia y les abrí de una vez, después de todo, me conocen mejor que nadie.
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¿Una simple apuesta? - [COMPLETA]
Teen Fiction¿Qué harías si el chico más popular del colegio, te prestara atención de un día para el otro? ¿O peor aún, si supieras que su repentino acercamiento se debe a una apuesta entre él y sus amigos para enamorar a una chica que no tiene un cuerpo "ideal"...