Capítulo 30: Exámenes y sorpresas

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Me desperté drásticamente por mis pesadillas, y al fijarme la hora noté que eran las cinco de la mañana. Bueno, al menos sé que no faltaba tanto para tener que levantarme.

No puedo creer que un día haga efecto y al otro no esa pastilla de porquería. Hay días en que no la tomo y me siento mejor.

Decidí levantarme, lavarme la cara y estudiar un poco. Escuché por ahí que si estudias en ayunas, a la hora de un exámen te acordás de todo. A mí me funciona esa técnica, pero una vez me pasó que me desmayé por no comer nada, así que tiene su Pro y su Contra.

Hoy tenía exámen de Historia y Geografía, la verdad es que nunca me fue muy bien en esas materias. Siempre necesité ayuda, pero este año me puse las pilas y me enfoqué en aprender un poquito más.

No quiere decir que no le presté atención al resto de las materias, sino, que me esforcé más en esas que me cuestan mucho. Mi fuerte es matemáticas y hay veces que en esa ni me preocupo por estudiar porque sé que me va a ir bien.

Una vez que estudié lo suficiente, comencé a prepararme para ir al colegio. Me di un baño súper rápido, me puse lo primero que encontré en el ropero, acomodé mi mochila y bajé con todo a la cocina a preparar el desayuno. Estaba muy enérgica y no sabía el por qué.

Terminé de acomodar todo y justo bajaban mis padres y Ethan de las escaleras. Los saludé a los tres y nos pusimos a desayunar, pero yo no comí mucho.

—Necesito que ustedes lleven a Ethan al cole, tengo que ir temprano con Liv y Nick —le dije a mis papás.

—Yo lo llevo, vos andá tranquila, Abby —dijo papá.

—Gracias, y perdón diablito, es que tengo que prepararme porque tengo la semana de los exámenes finales —le dije a mi hermano.

—¿A qué hora te levantaste, hija? —me preguntó mamá bastante preocupada.

—Ehh, ¿A las cinco? —murmuré algo confundida —No lo sé, sólo tuve una pesadilla, nada del otro mundo, pero creo que voy a dejar de tomar esa pastilla. Sólo sé que me hace mal —dije segura de mi decisión.

—¿Qué te hace? —preguntó papá igual o peor de preocupado que mamá.

—No me hace dormir, al contrario, no puedo hacerlo, es como si me quitara el sueño, y cuando al fin lo logro, sólo consigo más y más pesadillas, me siento como si estuviera desde cero intentando superar algo que no tiene solución, y —me fijé rápidamente la hora en el reloj del comedor —... por dios, es tarde —dije y fui a lavarme rápido los dientes para luego salir de casa.

Pasé a buscar a Liv y a Nick, como siempre, y fuimos al colegio.

Tenemos una especie de tradición, que siempre que tenemos un exámen, nos juntamos temprano en el colegio, bajo uno de los árboles en particular del patio, a estudiar para que nadie nos moleste. Ésta es la semana de los exámenes integradores finales, donde en cada materia te toman todo lo visto en el año y son muy complicados.

—¿Cómo creen que les va a ir? —preguntó Liv algo nerviosa.

—Bien, supongo, que lo suficiente como para aprobar —dije y me detuve un momento a mirar a mi mejor amiga por lo inquieta que estaba —, ¿Por qué estás tan nerviosa?

—Porque no estudié lo suficiente.

—¿Por qué? —le preguntó Nick y ella dio un suspiro.

—Porque estuve hablando con un chico que conocí el otro día en el cine y desde entonces no dejamos de hablar.

—¿Qué? ¿Cuándo pensabas decirnos? —dijimos Nick y yo igual de impactados y ofendidos.

—Perdón, es que todos estuvimos ocupados estos días y no tuve tiempo.

¿Una simple apuesta? - [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora