Capítulo 3: Parte 2

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La Academia Ravenham se encontraba en medio del Bosque Helado, de árboles blanquecinos cubiertos totalmente de nieve e hielo, ya que el clima del continente de Norus era una mezcla de invierno y primavera. Algunos reinos eran nevados y otros cálidos, Ravenham era el núcleo de esa mixtura de ambientes opuestos. De esta forma, mientras la academia se ubicaba en el límite del reino, en pleno Bosque Helado —sobreviviendo gracias a sus mecanismos de calefacción en toda la zona—, en la capital podía hacer calor o tener un clima fresco.

Julie y Archer caminaban por los verdes senderos de la academia rumbo a las Casas Estudiantiles, después de haber salido del edificio principal discutiendo acerca de lo sucedido ese día y sobre la directora. Para Julie era un problema de suma importancia y debían alertar a todo el mundo acerca del regreso de los Chaos de Alto Rango, tampoco comprendía por qué Archer insistía en mantener todo en secreto; él, por su lado, le explicó cómo informar aquello atraería el pánico de la sociedad, el perfecto alimento para esas criaturas.

«Comprende, todos van a asustarse, se creará un caos enorme y ellos se alimentan precisamente de esos sentimientos y emociones. En vez de hacer un bien estaremos incitando a los Chaos a multiplicarse o a volverse más fuertes», esos fueron los argumentos de Archer para contrarrestar el estado alterado de Julie.

Entonces venía el segundo inconveniente, ¿Acaso no debía limitarse solo a quiénes podían hacer algo al respecto?

«Si describías a nuestro atacante como un bestia humanoide frente a los demás presentes, tal vez mi tía no se iba a alterar, pero los demás sí y se habría corrido la noticia con rapidez; mientras, si solo ella lo descubría al leer nuestros pensamientos, por ser una Kunzita, el secreto quedaría guardado en un grupo limitado y será más fácil exterminarlos sin alterar a la sociedad», otra vez Archer pareció ganar el debate. En cambio, fue allí cuando Julie se dio cuenta que no solo cayó en la trampa de la directora, sino del chico, pues aparentemente él predijo la lectura de sus pensamientos por parte de Celina.

Ella aún no estaba a gusto, no advertir de un problema tan grande la ponía muy tensa, era demasiada presión.

—¡No, debemos decirle a todo el Imperio Eclipse acerca de esto! —añadió Julie en su caminata.

—Oh, vamos, ¿Crees que escucharán a una chica de... 14 años?

—¡Tengo 15, casi 16!

—Sigues siendo muy joven.

—Pero, si habla usted le harán caso.

—Y después se va a extender el pánico como una enfermedad, mientras los Chaos se alimentan de esa negatividad y se fortalecen, ¿Eso no pone peor las cosas a diferencia de combatirlos tras bambalinas, manteniendo el secreto y la calma?

Julie guardó silencio ante aquella respuesta, haciendo un puchero cual niña pequeña y refunfuñando en sus adentros. Se concentró en el paisaje a su alrededor para intentar olvidar el asunto: El edificio principal era semejante a un castillo de ladrillos color beige, afuera se encontraba un jardín de arbustos con hermosas flores lilas, otros solo eran de hojas verdes, pero recortados a la perfección para tener formas de algún animal o símbolo; había árboles con guirnaldas de luces colgando en sus ramas y algunas farolas iluminaban los senderos.

Julie poseía sus maletas en mano, aun cuando Archer se ofreció a llevar su equipaje, pues seguía sin agradarle del todo y, además, estaba muy enfocada en no depender nada de nadie. Con su barbilla en alto caminó a su lado, su vestido seguía sucio y perdió su sombrero, pero al menos con una cepillada a su cabello, usando sus dedos, logró verse presentable de nuevo.

Descendientes EternosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora