Hace mil años los descendientes del Sol y la Luna se amaron en secreto, sin imaginar la tragedia que eso traería; a pesar de todo, su romance perduró a través del tiempo en un juramento.
Ahora han reencarnado, como Julie y Archer, con un solo propó...
¡Hey! Esta canción me sirvió de inspiración para la escena del baile, eres libre de escucharla o no ❤️
Ahora si, te dejo con el capítulo, que lo disfrutes.
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La luna llena resplandecía en lo alto del cielo estrellado. En una plaza de la ciudad Ravenham se llevaba a cabo la Fiesta de las Rosas, una celebración en honor al auge de la primavera, donde estas bellas flores abrían finalmente sus capullos en el imperio. Julie sabía poco de la capital y sus fiestas, sin embargo, Archer estaba allí para responder sus dudas.
En una esquina de la plaza estaban los dos adolescentes bailando al compás de la música. La mano masculina se encontraba en la cintura de la fémina y su diestra sostenía la zurda de su pareja, mientras Julie mantenía su derecha descansando en el hombro ajeno. Daban giros lentos y a veces rápidos, en algunas ocasiones el chico se atrevía a impulsar a su pareja a hacer movimientos más complicados y llamativos; pero Julie era una bailarina y ella podía realizarlos sin dificultad.
―Me sorprendes, Julie Ross.
―¿Por qué? ―Rio― Te lo dije, soy una experta.
―No sólo por eso.
La pelirroja alzó su mirada algo confundida, pues no comprendió su última frase.
―¿Entonces?
El muchacho la ignoró, mantuvo el silencio unos segundos hasta que se le ocurrió un nuevo tema de conversación.
―En bailes así la clase alta suele presentarse y hablar refinado, pero exigirte algo así sería demasiado.
De nuevo un desafío y la escarlata no podía rechazar los retos.
―Ponme a prueba ―soltó.
Archer alzó su brazo sin soltar la mano contraria y su zurda fue hasta detrás de su espalda, la chica supo de inmediato que significaba y, con elegancia, dio un giro a un ritmo adecuado para volver a posicionarse entre sus brazos. El príncipe la recibió gustoso.
―Oh, bella dama, danza como celestial ángel bajando del cielo, ¿Me permitirá la Madre Arcalia conocer el nombre con el que fue bautizado tal inigualable bailarina?
El corazón de Julie dio un brinco ante tal frase, sin duda era bueno conversando como alguien de la alta sociedad; sin embargo, más allá de su don del habla, le tomó por sorpresa tantos elogios y eso se demostró en sus rosadas mejillas.
Archer rio al percatarse de eso.
―¿Qué? ¿Fue mucho para ti? ―agregó con cierta burla.
―¡N-No! No esperaba que fueras tan bueno en esto ―respondió dejándose llevar por su orgullo.
