Sálvame [Crossover]

Sin confianza no hay unidad.

— ¡Jodanse! —grito el de ojos rojos mientras agarraba sus cosas — ¡No pedimos su puta ayuda!

— ¡P-Pero Katsuki era solo una pregunta!

El de ojos rojos fulminó a Tanjiro con la mirada. Ambos tenían las mismas bolsas moradas bajos los ojos y el mismo cansancio pero aún así él se negaba a dar más explicación además de la obvia.

Y por supuesto en eso, Midoriya estaba de su lado.

—Tanjiro será mejor que lo dejes —aconsejo Zenitsu —Está muy alterado. No van a llegar a nada a base de gritos. Además de que me estaban haciendo doler los oídos.

El pelirrojo suspiro y asintió hacia su amigo que llevaba a un dormido Inosuke a sus espaldas. Pese a lo que pudiera parecer, el rubio no tenía tantos problemas en cargar al más musculoso.

Aunque no tardaría mucho en cansarse.

Habían salido del bosque y buscaban un lugar donde...asearse por decir lo menos. Estaban cubiertos de suciedad y tierra lo que les hacía sentía a todos incómodos.

Tanjiro solo quería saber porque aunque tuvieran glicenias —la supuesta flor que podía y debía alejar a los demonios— los dos chicos con sangre especial habían sido atacados por altas cantidades de demonios durante la noche. Pero Katsuki, como su habilidad, explotó en enojo y se negó a responder las preguntas del cazador.

E Izuku a la distancia les había dado una sonrisa de disculpa. Tampoco parecía dispuesto a hablar del tema.

Tanjiro no podía dejarlo así sin más. Pero la falta de cooperación hacia que no le quedará otra alternativa. Esperaba que después de un baño y un largo descanso, sus nuevos compañeros quisieran hablarle sobre ello.

— ¿Las flores murieron, no?

El susurro de Shoto fue tan pero tan bajo que no creían que Zenitsu lo hubiera escuchado pero aún así Izuku se puso pálido y Katsuki le dio un codazo al bicolor junto con una mirada de advertencia. Eso pareció ser todo lo que necesito el más alto para comprobar su teoría.

El pecoso y cenizo habían supuesto que podían engañar a los cazadores pero no a el semidemonio que era hijo de Enji Todoroki. Él quizás era quien mejor entendía del tema y si era así, tenía suficientes razones para verlos preocupado.

—Ni una palabra —ordeno Bakugou —O te exploto las bolas, mitad bastardo.

Todoroki asintió en silencio. No diría nada a los demás pero no por eso dejaría de buscar en la fuente principal. O sea, en Bakugou y Midoriya.

Claro, tenía sus ideas pero necesitaba los fundamentos.

Una señora les había dejado usar los baños de su posada vieja. Seguramente al verlos heridos y llenos de barro le produjeron lástima. O quizás accedió cuando el bicolor el paso un cheque con una fortuna que ni podía imaginar por solo usar sus baños.