Sálvame [Crossover]

Por favor, mátame.

— ¡No se metan! —vocifera molesto Hashibira.

— ¡Pero...! —intento meterse Kendo en la situación.

— ¡Que no lo hagan!

Agatsuma aprovecho ese pequeño instante en que volteó a gritarle a la femenina para cortarle en la espalda y darle una patada para ir por ella. Logro retenerlo al último segundo y hacerlo retroceder pero, como ya estaba sucediendo desde el inicio, no pudo darle ni un golpe ni cortarlo con su espada.

Él estaba lleno de sangre y el rubio nada más que unos golpes que ni habían sido por su causa sino por Kirishima.

— ¡Hashibira, déjanos ayudar! —exclamo Tokoyami desde detrás de una pared demolida — ¡Dark Shadow puede contenerlo un tiempo para que lo dejes inconciente de un golpe!

— ¡Ya dije que no!

— ¡No puedes lastimarlo, Inosuke-chan! ¡Así es una pelea inútil! —grita Asui desesperada — ¡Zenitsu-chan terminará por matarte!

— ¡Él no hará...ahr!

La espada estaba clavada tan profundamente en su brazo que la punta salió al exterior. Por un segundo el rubio pareció vacilar pero al final saco la espada con rudeza y siguió atacando.

Los de sangre especial dieron un jadeo casi simultáneo y Tokoyami estuvo por usar su habilidad contra el cazador del rayo, pero fue retenido por Hashibira quien se puso en medio y mando a la sombra para atrás. Estaban impotentes ante la pelea, el cazador no les dejaba ayudar pero tampoco podían irse ya que estaban bloqueando todo el pasillo y con demonios apunto de entrar a Yuei, salir por las escaleras de emergencia podría ser peligroso en caso de derrumbe.

Aparte que atrás de ellos, en un quirófano improvisado, Nakamura trataba la pierna de Kaminari junto con Kirishima y Okuda que hacía todo lo que podía por no descontrolarse ante la cantidad de sangre especial que perdía su paciente.

Era una situación crítica.

Todos lo sabían.

Pero aún así, con la amenazante espada de Zenitsu frente suyo, Inosuke se negaba a hacerle el menor daño. Solo hacia que se alejara, que retrocediera lejos de los heridos pero era inútil. Con esa velocidad el rubio se volvía a acercar y atacar, con precisión y crueldad.

El de ojos verdes no podía reconocerlo, el rubio aún con su amnesia era una persona del tipo tranquilo. Frío, se podría decir en cuanto a su nueva personalidad. No entendía a qué se debía su cambio, su razón para querer dañar a alguien.

Así no era su Zenitsu. Era una persona amable y torpe que regalaba flores, no usaba nunca su espada en contra de otros. Ni contra los demonios en el pasado debido a su cobardía.

— ¡¿Que te sucedió, Zenitsu?!

— ¡No lo sé, Inosuke! —lloraba el rubio y agitaba los barrotes de la jaula donde estaba su otra versión — ¡Haz que se detenga! ¡Te lo ruego! ¡Tú puedes hacerlo! ¡¿O no?!