Pasaron dos meses y los tres hermanos Todoroki seguían sin abrir los ojos.
Bakugou había sido trasladado —por los paramédicos— a la casa de Enji Todoroki, quien había cambiado bastante desde la última vez que lo vio. Paso de ser un hombre potente e intimidante a uno preocupado y taticturno que no salía de la habitación donde descansaban sus hijos.
Todo el clan había decidido, por el bien de su líder, contratarle a un asistente que se encargará de las reuniones con el clan Ubuyashiki, el gobierno y la central de Yuei. Ya que debían arreglar ciertas cosas pasada las batallas que habían enfrentado.
Keigo Takumi, alias "Hawks", era el asistente que todo el clan aprobó. Era pariente político de la familia ya que una prima suya estaba casada con uno de los primos de la rama secundaria de la familia Todoroki. Y había salido como un sangre especial, siendo su habilidad un par de hermosas alas rojas que solo brotaban cuando estaba en peligro.
Pese a su juventud y despreocupada personalidad, todos en el clan por mutuo acuerdo lo habían elegido.
Katsuki pensaba que cuando veía a Hawks tras un delgado y ojeroso Enji, pidiéndole encarecidamente que comiera algo o durmiera unos minutos, que no podían haber elegido a alguien mejor para ese puesto.
—Hey, mocoso.
Bakugou abrió los ojos y se sentó correctamente, había estado apoyado toda la noche en la cama de Todoroki. Esperando que en algún momento abriera sus ojos bicolores. Al ver que su rostro seguía en un pacífico sueño, volteó con resignación a ver al mayor.
Enji tenía una taza de café y se la extendía junto con una nota.
—Yuei —fue su única explicación cuando sostuvo las dos cosas y se fue, al lado de su hija e hijo mayores.
El cenizo apoyo la taza caliente en la cama y abrió la nota. Se sentía mal por no haberse puesto en contacto con Yuei y saber que había pasado con los suyos, con Deku, con sus amigos y con los profesores. Sentía culpa pero también, en el fondo, sabía que había un poco de miedo relacionado a no querer saber que había pasado.
Yagi les había explicado que su habilidad, One for All, no era una habilidad de sangre especial sino una hecha de forma artificial que fue pasando de generación en generación entre los protectores de Yuei. Era una habilidad inestable, peligrosa y dañina que con el paso del tiempo terminaba por matar a su portador ya que destruía sus células.
Son muchas las veces que hablo con Midoriya sobre eso y solo obtenía una sonrisa junto con un "estaré bien, Kacchan". Una parte suya aprendió a creerle y otra se resigno a saber que podía perderle en cualquier momento, en cualquier pelea, contra uno o cien demonios. No por eso trato a el de pecas de otra forma ni le demostró más afecto porque eso sería un insulto hacia la fortaleza que se esforzaba tanto por demostrar ante otros.
Bakugou no quiso darle más vueltas al asunto y abrió la nota. Era una letra desprolija pero pronto reconoció que era la de Aizawa Shota.
Cortas pero precisas palabras.
Estamos bien, Bakugou. Vuelve pronto.
El cenizo no se da cuenta que ha aguantado la respiración hasta que suelta un largo suspiro de alivio.
— ¿Buenas noticias? —pregunta Enji sin voltear a verlo.
—Sí, buenas noticias —afirma Katsuki con los ojos medio llorosos —Buenas.
El cenizo hace bolita la nota y la guarda en su bolsillo, mientras se va a tomando su café y como viene haciendo desde hacía dos meses, se queda viendo el rostro dormido del bicolor.
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Sálvame [Crossover]
FanficBakugou Katsuki e Izuku Midoriya tenían una única misión, encontrar a un demonio que se hacía llamar "El Dios de la muerte". Tanjiro Kamado solo tenía la culpa de no poder controlar a sus amigos Zenitsu Agatsuma e Inosuke Hashibira. Shoto Todoroki...