Sálvame [Crossover]

¿A qué huelen los liros de araña azul?

Le hicieron usar una estúpida capa negra que le cubría desde la cabeza hasta la punta de los pies haciendo que llamara la atención de todas las personas en el lugar. Las cuales aún eran inconscientes de que un terremoto estaría por azotar la zona.

Bakugou sentía escalofríos desde que entró aquel lugar, parecía un barrio completamente normal, con una gran cantidad de gente que estaba saliendo para divertirse ya que era una zona comercial. Tenía que contener las ganas de huir como podía, la sensación de frío penetrante era tan fuerte que le hacía temblar.

Al llegar al centro de aquel barrio, entre una casa tradicional y un bar en frente, hizo lo que le ordenó Ubuyashiki e iba en contra de todas sus reglas de supervivencia. Saco un cuchillo de su bolsillo trasero y se corto la palma de mano, dejando que la sangre fluyera hacia el piso.

Y en menos de dos segundos, el piso bajo sus pies tembló y apareció una puerta.

— ¡Katsuki! —grito la voz que pudo reconocer como la de Tanjiro — ¡Aguanta, resiste!

¡Que fácil es decirlo, frentón de mierda!

Que iniciara la caída al infierno.

Tanjiro abrió sus ojos con horror cuando el cabello cenizo desapareció de su vista y antes de que la puerta de tatami se cerrará, saltó siendo mandado a una habitación con distintas paredes en movimiento.

—Mantente en guardia —ordeno Tomioka que estaba a su lado —No puede haber errores está vez.

— ¡Entendido, Giyuu-san!

Los dos tuvieron que iniciar a correr para buscar al de sangre especial que había desaparecido ante sus narices. El frasco que había llegado de Yuei esa mañana colgaba de su cuello con un listón rosado de su hermana Nezuko y el olor de Izuku le llenaba de tranquilidad el pecho.

Urokodaki se había quedado con su hermana en la casa del patrón para probar aquella fórmula. Estaría bien, lo sabía. Tenía fe porque esos papeles y el tubo químico tenían el olor de el pecoso impregnado.

Nezuko volvería a ser humana esa noche y Muzan Kibutsuji caería.

Costará lo que costará.

Estaban corriendo, el lugar cambiaba continuamente y se ponía de cabeza varias veces. El pilar del agua se detuvo un momento por lo que el joven cazador tuvo que hacer lo mismo.

Había un demonio frente suyo, con cabello rosado y ojos coloridos.

Akaza. El demonio que asesino a Rengoku Kyojuro.

—Vaya, ¿sigues vivo? —pregunta ladeando la cabeza —Sin Kyojuro para protegerte pensé que morirás antes de volver a estar frente a mí.

—Maldito. No pronuncies el nombre de Rengoku-san —blande su espada Kamado.