Planes de conquista.

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—Toga.

— ¡Que no! —contesto la demonio — ¡Mírame bien! ¡Tengo cabello castaño y ojos chocolate! ¡No soy Toga!

Para dar veracidad a sus palabras, aquella femenina jalo de sus mechones castaños de cabello con una expresión de puchero y dio un saltito indignado cuando el rubio frente suyo no cambio ni por un segundo la expresión neutra.

—Sigues siendo Toga —objeto en voz baja —El sonido no miente.

La castaña hizo un puchero. Alguien aplaudió y otra persona silbo a lo lejos.

—Realmente es una habilidad buena —reconoció Shigaraki.

El rubio se encogió de hombros mientras miraba como la castaña volvía a ser la demonio que conocía de cabello rubio en chongos y ojos de un color amarillo claro. Su sonido era bastante alocado, algunas veces tranquilo y otras frenético por eso para él resulta obvio reconocerla.

—Pero se me escapó Shiota Nagisa —replico a su superior.

Tomura se rasco el cuello, haciendo un sonido que hizo que Zenitsu quisiera rascarse la oreja pero no lo hizo.

—Sí —acepto el demonio —Pero el maestro solo quería probar tu habilidad. Sigues siendo útil.

—Aunque es un poco molesto —comento Himiko apoyada en la barra del bar —Es injusto. Se supone que mí disfraz es infalible, Zenitsu-kun.

—Toga-chan no te enojes con él —intervino Twice —Puedes arrancarle sus orejas mientras duerme.

— ¡Oh, eso suena genial!

Zenitsu retrocedió dos pasos, chocando accidentalmente con Dabi pero esté solo le vio con cara de hastío. Así que no estaba molesto por el golpe.

Aún así, el rubio se corrió más llegando a estar casi a un metro de dónde estaba el grupo de demonios reunidos en la mesa. Shigaraki le dio una señal para que se fuera y obedeció de inmediato, los sonidos en la bar le daban miedo, sabía que esos demonios no le harían daño —ellos le ayudaron— pero la sensación de terror dentro suyo era tan persistente que difícilmente podía permanecer en el oscuro bar por mucho más de dos horas.

El rubio se encamino hasta la puerta alejada en una esquina del bar, a paso rápido y con la frente perlada por el sudor. Abrió la puerta lentamente aunque por dentro sentía que pudo haberla arrancando y bajo las largas escalares hasta lo que era su habitación. Una habitación que compartía con otro demonio.

Un demonio que le caí bien y no le hacía sentir miedo. Pero no entendía porque le tenía lástima. Su sonido se lo decía cada vez que se veían.

Koro-sensei —como insistía el demonio que le llamará— sentía lástima por él.

—Agatsuma-kun —lo saludo cuando llego hasta la celda y la abrió para entrar —No deberías moverte mucho, el veneno de Nagisa-kun es altamente concentrado. Que estés mejor no es excusa.

—Lo siento —agacho la cabeza apenado —Shigaraki quería verme.

Koro cambio su cara a un sutil color rojo y después con el mismo color en el rostro, acercó un tentáculo a él. Lo puso sobre su cuello para medir su pulso, lo que causó que el rostro volviera a estar del típico color amarillo que conocía bien.

—Estas alterado.

—No lo estoy.

El "pock" de cuando saco el tentáculo le retumbó en su oído derecho. Extrañamente no le molestaba que hiciera eso para saber sus emociones, Koro le había pedido permiso al inicio y Zenitsu había declarado que no le importaba mucho que lo hiciera, así que era casi una costumbre que lo hiciera constantemente.

Sálvame [Crossover]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora