Poniéndose al día.

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Comedor, hospital, laboratorio, dormitorios y salón de prácticas.

Midoriya le contó todo lo que pudo en el largo tramo que fue bajar las escaleras y Bakugou comento una cosa o dos sobre que tan cierto era lo que decía.

Todoroki solo tenía claro que Yuei era el único lugar donde alguien con sangre especial podía vivir, aprender y sobrevivir. Pero la idea de que el de ojos rojos y el de pecas hubieran tenido que pasar toda la vida allí encerrados, bajo tierra, en un clima muy húmedo y frío -que gracias el uniforme era tolerable- con las flores de glicina colgando permanente de sus cabezas, le hacía revolver el estómago y pensar que solo pudo ser sumamente asfixiante.

Él no soportaba a su padre algunas veces cuando se ponía todo sobreprotector y estricto. Pero ni Enji había llegado a ponerlo bajo tierra para asegurar su bienestar.

-Te acostumbras.

El bicolor ladeo la cabeza al escuchar la voz baja del cenizo. Le parecía lindo de su parte que estuviera cargando al demonio pelirrojo que realmente debía sentirse mal para no estarse quejando de ser llevado por el otro ni por su platica, aunque está halla sido mayormente en murmurllos.

- ¿En serio? -pregunto escéptico a su respuesta, él estaba en medio de ambos mientras bajaban la escalera, así que pudo ver cómo los ojos esmeralda se iluminaron un poco y el ceño fruncido de el cenizo dejo de estarlo por unos segundos.

-Sí, la maldita luz deja de ser molesta después de un par de días -mantuvo firme su respuesta Katsuki -El olor de esa porquería se vuelve habitual y no sales, porque realmente no tienes las ganas de hacerlo.

-Hasta más adelante -secundo Izuku sus palabras, en un tono de tristeza contagioso -Hasta más adelante -repitió una segunda vez.

Shoto decidió no preguntar más del tema y dejo que el pecoso le hablara de como cultivaban su comida en Yuei.

Shoto decidió no preguntar más del tema y dejo que el pecoso le hablara de como cultivaban su comida en Yuei

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Inosuke jamás había estado más contento de tener un trozo de carne cómo ese ante él. Pero para poder obtenerlo, tenía que hacerle caso a la demonio con gafas y trenzas quien solo le pedía que estuviera quieto unos segundos.

Él no tenía la culpa de que ese objeto le hiciera temblar y alejarse cuánto pudiera en aquella camilla. Sino fuera por el trozo de carne que ella había dejado a unos metros suyos, sobre una bandeja, hubiera seguido sin dejarse tratar.

Los demonios eran astutos. O al menos ella lo era.

-Me recuerdas a Aoko.

- ¿A-Aoko? Pe-Pero mí nombre es Minami Okuda -tartamudeo la demonio que pese a su nerviosismo no descuidaba su tarea.

-Es lo mismo -aseguro Inosuke - ¡Auch!

- ¡Quieto! -exclamo Minami, agarrando su brazo con fuerza -Quieto, quieto, quieto...

Inosuke gruñó, no le gustaba ver cómo esa cosa le sacaba su sangre y después la demonio la depositaba en pequeños tubos -los cuales nunca dejaba a su alcance- para después ponerle un venda y cinta en el pequeño agujero que dejo en su sensible piel.

Sálvame [Crossover]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora