Había sido un lindo día. Jugar, comer, dormir la siesta. Sin duda un día espléndido alejados de la seguridad de sus casas y con descanso de la paranoia de sus progenitores.
—Kacchan, ¿no vas a ir a la escuela? —replico Izuku agarrando un pequeño insecto — ¿Porque?
Katsuki dio un gruñido y sus infantiles dedos agarraron un mechón verde de su amigo, jalandolo con cuidado. Era algo que lo hacía sentir tranquilo.
—No lo sé Deku —respondió casi suspirando —La bruja solo no quiere que vaya.
—Uhg...—hizo un puchero el de ojos verdes — ¿Entonces no nos veremos más?
El cenizo tiro más fuerte el cabello verde entre sus dedos, provocando que el pecoso soltara un quejido.
— ¡Eso duele Kacchan!
— ¡Es tú culpa por decir idioteces! —se defendió — ¡Claro que nos seguiremos viendo! ¡Vivo a dos cuadras de tu casa, estúpido Deku!
El de pecas iba a quejarse —tanto por el jaloneo en su cabello como por llamarlo estúpido— pero se sintió tan aliviado de que iba a seguir viendo a su querido amigo que le resto importancia.
Ninguno de los dos entendía porque sus padres eran tan reacios en dejarlos solos o sin supervisión hasta dentro de sus casas. Era extraño, podrían ser niños pero no tontos. Aparte que Midoriya le había dicho a Bakugou una vez que las flores que tenía su madre en el jardín delantero y trasero de su hogar en las mismas que había en su pequeño departamento. Unas flores color violeta que Inko regaba y cuidad con muchísimo cuidado.
Los dos no vieron el problema en preguntar de porque esa coincidencia a sus progenitoras pero ellas les dieron una respuesta tan vaga que les hizo dudar.
Mitsuki e Inko dijeron que era nada porque les gustaban esas flores. Pero su tono de voz no mostraba que les gustaran aquellas flores que tanto cuidaban.
¿Cómo iban a saber ellos el verdadero significado de aquellas flores o de la protección de sus padres?
— ¡Izuku, Katsuki-kun! —grito Inko hacia ellos — ¡Ya es hora de irnos!
— ¡Aún es de día! —se quejo el cenizo — ¡¿Nos podemos quedarnos un rato más?!
— ¡Por favor, mamá! —se unió el de pecas al pedido de su amigo.
— ¡Katsuki, cállate y ven aquí! —ordeno Mitsuki — ¡Y no le contagies a Izuku-kun tú desobediencia!
— ¡Vamos niños! —Inko no quería pelear pero se notaba en su tono de voz cierta desesperación — ¡Hora de irnos!
Ambos infantes suspiraron con resignación. Vieron por un última vez en ese bosque lo destellos del sol que anunciaban el atardecer y en el camino hacia sus madres, Katsuki pateo una roca con enojo e Izuku iba aguantando sus lágrimas ya que quería seguir jugando.
Cuando llegaron ante ellas, Inko abrazo a su hijo y lo cargo en brazos, mientras que Mitsuki tomo la mano del cenizo aunque esté en un inicio estuvo renuente a que lo hiciera.
De haber sabido que pasaría ¿Habrían corrido hacia ellas? ¿Hubieran gritado que cuánto más pronto se fueran de aquel bosque, todo estaría bien? ¿Las habrían abrazado con más fuerza?
Ni el cielo teñido en color escarlata tenía la respuesta a esas preguntas.
— ¿Se enojaron? —pregunto Masaru hacia su esposa y amiga mientras guardaba unas cosas en el maletero.
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Sálvame [Crossover]
Hayran KurguBakugou Katsuki e Izuku Midoriya tenían una única misión, encontrar a un demonio que se hacía llamar "El Dios de la muerte". Tanjiro Kamado solo tenía la culpa de no poder controlar a sus amigos Zenitsu Agatsuma e Inosuke Hashibira. Shoto Todoroki...