Koro y Nagisa.

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— ¡No quiero!

— ¡Nagisa!

— ¡Que no quiero, Koro-sensei! ¡No quiero, no quiero, no quiero!

Retrocede hasta que da contra la pared que hay detrás suyo. Huele dulce. Demasiado dulce. Y su estómago ruge. El demonio le ve con los ojos castaños llenos de preocupación y se siente culpable pero simplemente no puede hacerlo.

No quiere comer ese brazo que le ha traído ni beber la sangre que penosamente trae en una botella. No quiere, lo vomitara. Se sentirá asqueado y perderá por completo su humanidad, se volverá un monstruo.

Nagisa se hace un ovillo en el piso, las pulseras de su madre hacen un tinteneo que lo hace llorar y puede escuchar como Koro deja escapar un suspiro para luego acercarse hasta él. Tiene la ropa manchada de sangre y el rostro sucio pero aún así lo abraza, entierra el rostro en su pecho.

Y Koro, le devuelve con torpeza el abrazo.

—Lo siento, Koro-sensei. Lo siento.

Se disculpa porque sabe de las molestias que ha pasado el demonio mayor para conseguir la comida. Porque sabe que no quería dejarlo solo y aun asi lo hace para abastecerlos. Se disculpa por actuar como un niño haciendo un berrinche.

Sin embargo, él como siempre, se lo deja pasar mientras acaricia su cabello.

—Aún creo que "Koro-sensei" es un nombre exagerado —dice el demonio para aligerar el ambiente.

Shiota se ríe y lo abraza más fuerte. El estómago le duele por el hambre pero hace un fantástico trabajo en ignorarlo.

—No me gustaba "Shinigami". "Koro" es más adecuado para usted —opina el menor —Significa "imposible de matar".

—Entonces el "sensei" es el que está de más.

—No, no lo está —suspira el de ojos celestes contra el pecho del mayor.

Ninguno dice nada más después de eso. Al final, el menor sabe que tendrá que hacer el esfuerzo otra vez en dos días y si seguía sin conseguirlo, el mayor lo tendría que obligar una vez más. Unas gotas de las sangre deberían ser suficientes o eso quería creer más adelante.

Total para un demonio unas horas más sin comer no eran el gran problema.

~~~

Tenía demasiado miedo para salir por eso Koro le compro una casa ya que él sí debía salir afuera. "Alguien tiene que conseguir dinero y comida, Nagisa" habían sido sus palabras cuando salía por la puerta. Nunca le prohibió el acompañarlo o salir de ese modesto lugar, era el demonio menor quien simplemente no conseguía hacerlo.

Nagisa los podía sentir, esos impulsos de querer matar y comer. Esa necesidad de obedecer a quien lo había creado. Esa oscuridad que atreviesa su interior. Tiene miedo de los humanos y al mismo tiempo, tiene miedo de sí mismo. No puede salir, no está en condiciones de hacerlo y cree que tal vez nunca lo este.

Koro le dejaba para que no se aburriera, muchos y diversos libros. También le decía que escribiera si estaba aburrido. Y él lo hacía, escribía sobre su día a a día sobre la persona que lo había convertido en demonio, sobre su difunta madre, sobre las pequeñas cosas que hacía en su día a día monótono.

O eso se suponía que hacía.

Un ruido sordo resonó por toda la casa y el de ojos celestes se asustó pero después ve que solo es un viejo libro que se cayó de un estante. Se para del sillón donde está y va a recogerlo, pero se encuentra con una verdadera sorpresa. No era un libro de cuentos o una enciclopedia, era un libro de Koro.

Sálvame [Crossover]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora