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Mi mejor amiga y yo corríamos, o mejor dicho ella me arrastraba y yo trataba de seguirle el paso, por las calles nocturnas de Mánchester. En un ataque de euforia repentino, y después de cinco shots de tequila que se bebió en un pub, decidió hacerse un tatuaje para terminar de celebrar sus esperados veintiún años. Alyssa era sin duda una persona espontánea y auténtica que nunca dejaba las cosas para después, aprovechaba el tiempo y decía que no había que arrepentirse de las cosas que en su momento deseaste con todo tu ser. Por eso, por su increíble sarcasmo, su honestidad, lealtad y muchas razones más, era la mejor amiga que pude haber deseado.

—Vamos, Addy, ya estamos cerca —gritó ella con una sonrisa.

—¡No entiendo por qué hay que correr! —le respondí agitada, tratando de no tropezar y caer.

—¡Porque mi amigo dijo que cerraría pronto y está esperando por mi!

Aly había llamado en el pub a su supuesto amigo que yo no conocía, para gritarle que quería hacerse un tatuaje ahora mismo. Me había dicho que lo conoció hace un tiempo en una tienda de música y que tenía un local de tatuajes. Agregó también que era sumamente caliente, pero que solo lo veía como un amigo.
Mi algo borracha amiga por fin se detuvo y necesité un momento para respirar y calmar mi agitada respiración. Ella soltó una carcajada pero estaba intentando regresar algo de aire a sus pulmones también.

—¿Ya? —me miró y me enderecé asintiendo. Aly entrelazó nuestros brazos y nos hizo entrar a la tienda de tatuajes que tenía un gran letrero con luces de neon. Adoraba las luces de neón.

Adentro no era muy grande pero tenía el espacio suficiente. Me llamó la atención la cantidad de cuadros y fotos pegados en las paredes color beige. Eran dibujos abstractos, diseños de tatuajes y póster de bandas y cantantes. Alguna canción de r&b sonaba de fondo. El local contaba con 3 camillas, un mini sofá, las máquinas y herramientas de tatuaje a sus lados. Divisé una puerta al final y un estante mediano con varios libros y revistas.

Cool, ¿no? —me murmuró. No había ningún cliente en la tienda al ya ser tan tarde, solo divisé la espalda de un chico de cabello negro que se giró al momento que Aly lo llamó— ¡Zayn!

—Hey, Wiley —un chico atractivo repleto de tatuajes en sus brazos formó una sonrisa de lado y nos acercamos hacia él.-Feliz cumpleaños.

—¡Gracias! Ahora, quiero mi tatuaje —lo señaló y el tal Zayn la miró negando con la cabeza mientras reía. Luego posó su mirada en mi y me extendió su mano.

—Soy Zayn, ya que Alyssa está algo contenta como para presentarnos.

—Oh sí sí, ella es Adeline mi mejor amiga —Aly pasó un brazo sobre mi hombro.

—Un placer, disculpa por mi amiga la borracha —sus ojos caramelo se achinaron un poco al reír e hizo un gesto restándole importancia.

—Puedes sentarte Adeline —me señaló una silla cerca. Asentí agradecida y observé a Aly que se recostaba en la camilla— Entonces, Wiley, ¿Qué es lo que quieres?

La castaña sacó rápidamente su teléfono y se tardó unos minutos buscando algo, luego le enseñó el teléfono a Zayn. Él miró la pantalla y asintió con una pequeña sonrisa. Pedí ver la imagén y me pareció realmente genial, era una mano de mujer sosteniendo un encendedor y de el salían flores pequeñas en vez de fuego. Este era el tercer tatuaje que se hacía mi amiga. Vi a Zayn hacer el dibujo en una hoja concentrado mientras conversaba un poco con Aly.

—Y tú, ¿no te harás un tatuaje? —Zayn se dirigió hacia mi y me miró unos segundos para luego seguir concentrado en su trabajo.

—Oh, no —reí levemente. La verdad nunca me había hecho un tatuaje aunque me gustaran. Pero la verdad es que si llegaba con uno a casa mi mamá probablemente me iba a desheredar. Ella era muy mente cerrada y mientras viviese bajo su techo tendría que hacer lo que ella quisiera y cumplir sus normas.

skin [h.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora