skin [h.s]

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Mi pie no dejaba de moverse con impaciencia y preocupación desde que había llegado a la clínica. Estaba tan confundida y todo había pasado tan rápido. Estaba en mi habitación mirando una serie con Tommy a mi lado cuando escuché los gritos de mi mamá desde su cuarto. Salí alarmada y mi corazón se detuvo al ver a mi papá tumbado en el suelo. Mi mamá me había dicho que se encontraba bien, luego se sintió mareado y cayó desmayado al piso. Llamamos a una ambulancia rápidamente y aquí estábamos desde hace media hora.

Me encontraba sentada en el frío suelo de la clínica mientras veía a mi mamá a lo lejos hablar con una enfermera. Mi papá estaba ingresado en una habitación con el doctor y aún no nos dejaban verlo. Solo quería que Harry llegara, me sentía asustada. No odiaba los hospitales o algo, pero si odiaba ser la razón de estar aquí.

Escuché el sonido de unas botas rechinar en el suelo y levanté la mirada para ver a lo lejos a Harry observar hacia todos lados.

-¡Harry! -lo llamé, levantándome. Él trotó hacia mi y lo abracé fuerte. Su sudadera era muy cómoda y olía delicioso, brindándome ese calor, apoyo y protección que necesitaba.

-¿Qué pasó? -me susurró al oído mientras subía y bajaba sus manos por mi espalda.

-No lo sé, mi papá se desmayó en casa. Le están chequeando pero aún no nos dicen nada -sorbí la nariz y me alejé un poco de él.- Perdón si interrumpí tu trabajo yo-

-Tranquila -me miró a los ojos y sonrió de manera reconfortante. Se notaba cansado, podía verlo en su mirada. Llevó una mano a mi mejilla y limpió una lágrima que no sabía que había derramado, luego besó mi frente.

-Gracias por venir.

-Aquí estoy para ti como tú lo estuviste para mí -tomó mi mano-. Vamos a sentarnos.

Me jaló suavemente hasta unos asientos cerca y nos desplomamos ahí, Harry colocando sus brazos detrás de mis hombros y atrayéndome a él. Besó mi cabello y me acurruqué en su pecho. Nos quedamos en silencio por un rato, ambos observando distraídamente el movimiento de la clínica. Las enfermeras y los doctores caminando de un lado a otro, personas en la sala de espera. El aire acondicionado parecía un congelador y el ambiente olía a alcohol con algún detergente de flores. Temblé un poco por el frío y me aferré a mi suéter.

-¿Tienes frío?

-Solo un poco.

-¿Quieres mi sudadera? -preguntó e hizo ademán de quitársela.

-No, no, no te la quites. Solo... abrázame -pedí. Él asintió y volvió a rodearme con sus brazos, está vez más fuerte.

-¿Y tú mamá? -quiso saber.

-Está...-la busqué con la mirada y la vi a lo lejos llenando un formulario-...allá.

-¿No le caigo bien, verdad?

-No te conoce -subí la cabeza un poco para verlo-. Ella es...complicada. Desde hace unos años no tenemos la mejor relación. La quiero pero a veces actúa de una manera muy egoísta.

-¿Y qué te ha dicho sobre tu nueva carrera?

-Al principio se puso como loca, pero ya no me ha dicho más nada. Supongo que lo aceptó.

-Y tiene que hacerlo -Harry frunció las cejas-. Lo importante para un padre es que su hijo sea feliz y apoyarlo.

Asentí y sonreí, era lo correcto. Pero muchos no parecían ser comprensivos con eso.

-Es el deber ser, pero algunos solo quieren que sus hijos sean la sombra de ellos mismos -hinqué mis hombros-. Tu... ¿Quisieras tener hijos? -pregunté con curiosidad. Harry alzó ambas cejas, parecía que no se esperaba mi pregunta.