skin [h.s]

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Los chicos me dejaron en mi casa cerca de las dos de la madrugada. Estuvimos un largo rato en el mirador y cuando se hizo la media noche le cantamos cumpleaños a Harry. Me sentía súper cansada así que desperté a la una de la tarde. Me encontré con que mis papás no estaban, me habían dejado mensajes en mi teléfono avisando que viajarían por dos días a Londres de improviso.

Perfecto, la casa para mí sola.

Me preparé un desayuno-almuerzo mientras Tommy comía igualmente en una esquina. Comí en silencio y después le envié mensajes a los chicos para decirles que podrían venir a mi casa en la tarde y celebrar el cumpleaños de Harry aquí, ya que estaba sola. Se me ocurrió entonces prepararle un pastel al rizado, pero honestamente no sabía cuál era su favorito. Consulté sin dudar a Zayn, me dijo que era el de chocolate. Desde pequeña se me había dado bien la repostería, era como uno de mis pasa tiempos preferidos. Por lo cual tenía mi especial receta de pastel chocolate al estilo tronchatoro. Esperaba que a los chicos, sobre todo al cumpleañero, le gustara.

Subí a vestirme con algo cómodo pero presentable, y después bajé para acomodar un poco la sala. Conecté la consola de vídeo juegos al televisor frente al sofá en forma de L, acomodé los micrófonos (era en serio lo del karaoke) y dejé las mantas que había traído de mi habitación. Minutos después escuché el timbre de la casa y miré por las cámaras de seguridad el auto de Harry esperando en el portón. Me acerqué a la puerta para oprimir el botón que dejaba abrir afuera y el coche rojo del rizado entró. Mis amigos bajaron cargando cajas de pizza y unos packs de cervezas. Les sonreí y abrí completamente la puerta para dejarlos pasar.

-Vaya, linda casa -silbó Zayn dándome un abrazo de lado. Aly me lanzó un beso al aire y después Harry llegó a mi lado sonriendo tímidamente.

-Gracias por esto -me dió un beso en la mejilla y sonreí haciendo un gesto con mis manos. El suave tacto de sus labios erizó la piel de mis mejillas y cuello.

-No es nada, Harry. Siéntase cómodos, están en su casa.

Los chicos llegaron a la sala, se acercaron a dejar las pizzas en la mesa baja de madera y sentarse en el sofá. Lugar donde estaba Tommy cómodamente acostado, él alzó su cabeza perezosamente al escuchar voces.

-Tú debes ser el famoso Tommy -dijo Harry acercándose a mí gato. Él se levantó un poco y se echó hacia atrás a la defensiva pero cuando Harry le acarició la coronilla con suavidad, se quedó quieto, cerrando sus ojos y ronroneando.- Hola.

-Le caíste bien, Tommy no es mucho de personas. A mí mamá la odia -solté una risa.

-Se parece a mi, odio a la mayoría de los humanos -acotó Alyssa. Sonreí hacia ella, otra cosa que teníamos en común y al parecer los chicos también. Eran igual de selectivos.

-¿Vamos a jugar? -sonrió emocionado Zayn señalando el PlayStation.

-Pensé que sería divertido. Allá en el cajón están todos los juegos, pueden revisar y escoger -señalé el estante al lado del televisor. Aly y Zayn se acercaron y abrieron sus ojos viendo la cantidades de vídeo juegos.

-¿Juegas? -inquirió Harry con curiosidad, llegando a mi lado.

-Siempre jugaba con mi hermano, puedo decir que soy muy buena en GTA, Call of Duty y Fortnite -sonreí con autosuficiencia y Harry abrió sus ojos con asombro.

-Eso es sexy -admitió él. Lancé una risa y le golpeé el brazo juguetonamente.

-Iré a la cocina por platos, ya regreso.

Me di vuelta y no tardé mucho en buscar cuatro platos para comer las pizzas. Cuando regresé, Aly y Zayn aún seguían escogiendo los juegos, pero ahora Harry estaba de pie frente a una pared dónde habían fotos colgadas de mi y mi familia. Las observaba atentamente. Dejé los platos de cerámica en la mesa y me encamaminé a su lado. Él sintió mi presencia pero no se giró.