—Addy...
Sentí unas suaves caricias en mi mejilla, haciendo que mi cerebro volviese al mundo real y despertándome de mi extraño sueño que ya no recordaba. Pero no me moví ni abrí mis ojos, aún no tenía la fuerza suficiente para levantarme.
—Nena, abre esos ojitos.
—Mmmm —me removí un poco y abracé fuerte lo único que estaba cerca de mi, un cuerpo cómodo y calientito que solo hizo que tuviese ganas de seguir durmiendo.
—Despierta, cara de torta —la voz ronca de Harry habló sobre mi oído y continúo ahora acariciando mi cabello. Quise reírme pero no tenía fuerzas aún.
—No —protesté y escondí mi nariz en su cuello, perdiéndome en su increíble perfume.
—Pero te hice el desayuno, se va enfriar.
Ante eso abrí finalmente mis ojos. ¿Me había hecho qué?
—¿Cómo? —aparté mi rostro de su cuello con solo un ojo abierto, mirando finalmente a Harry.
Sus ojos verdes cristalinos y algo hinchados brillaban por la luz del día que se colaba entre las ventanas, sus ondas chocolate con algunos reflejos dorados estaban peinados hacia atrás y en sus labios rosados había una sonrisa de lado. Lucía aún dormido pero más despierto que yo. Y precioso, como todos los días de su existencia.
—Sí, desperté hace rato y tenía hambre, me tomé el atrevimiento de hacer el desayuno para los dos.
Cuando señaló detrás de él en mi mesa de noche, me incliné un poco para ver entonces dos platos con waffles, huevos revueltos con tocino, pan y nata, y jugo de naranja. Abrí mis ojos enormes, totalmente sorprendida y enternecida por lo que estaba viendo. Miré a Harry otra vez y sonreí con ternura, él frunciendo los labios con algo de timidez.
—¿Está bien eso, verdad?
—¡Sí! —respondí finamente, acercándome para abrazarlo muy felíz. Nadie nunca me había traído el desayuno a la cama, ni mis papás cuando era pequeña— Gracias, Harry, es la primera vez que hacen esto por mi.
—¿En serio? —frunció las cejas y alargó la mano para alcanzar los dos platos. Nos acomodamos en el respaldo de la cama y tomé mi desayuno.
—En serio.
—Pero si eres una reina, mereces que te traigan el desayuno siempre —me sonrió y le dió su primer bocado a los waffles.
Harry basta, me voy a morir de amor, mi corazón no puede con tanto.
—Espera, debería cepillarme los dientes primero —iba a levantarme de la cama pero me tomó del brazo deteniéndome.
—Después que comas te los vas a cepillar, ¿No es lo mismo?
—Nop, porque cuando duermes tu boca se llena de gérmenes, duh.
—Pero la comida te va a saber a crema de dientes después —soltó una risita, como si mi idea fuese ilógica.
—Déjame —me reí y está vez me dejó ir.
Fui al baño rápido a lavarme los dientes sin tanta crema dental porque sí, en efecto la comida me iba a saber a eso, pero tenía una manía por siempre mantener mis dientes limpios. Volví a la cama con cuidado de no derramar nada y ya Harry había acabado sus waffles y ahora comía con mucho gusto los huevos con tocino.
Desayunamos mientras teníamos una conversación vaga y no tardamos mucho en terminar de comer. Realmente le había quedado deliciosa la comida y aquél gesto llenó completamente mi corazón. Harry era una persona muy atenta y amorosa, a pesar de que después de la muerte de su mamá creció sin nadie que le llenara de detalles como se lo merecía, él aún así se esmeraba en hacerlo conmigo, así como yo también me preocupaba mucho por él y le demostraba con mis acciones todo el cariño y atención que era digno de recibir siempre.
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skin [h.s]
FanfictionCuando Addy conoció a Harry en aquella tienda de tatuajes, se encontró fascinada por el arte en su cuerpo y no imaginó los secretos ni el dolor que escondía bajo su hermosa piel llena de tinta. Un agobiado y desesperanzado Harry no se esperó que alg...