skin [h.s]

♡15♡

sad shit

Harry

No podía hablar, no podía respirar, no podía moverme. Solo veía la sombra de grandes destellos de luz fuera de mi oscura habitación, escuchaba gritos a lo lejos, alguien llamándome con terror y en medio de llantos.

Logré mover mis músculos. Puse un pie en suelo, di unos pasos y escuché un estruendo. Otro grito. Me asusté. Ahora sentía calor, ahora veía humo. Empecé a toser. Otro estruendo. ¿Qué estaba pasando?

-¡H-HARRY!

-¿Mamá?

Asomé mi cabeza fuera de mi habitación y mi cuerpo quedó estático, no podía ver nada más allá del pasillo, solo llamas de fuego y un espeso humo.

-¡Mamá!

-¡Sal por la ventana, Harry, corre, pide ayuda!

-¡N-no te voy a dejar sola!

Pero ya no la escuchaba, y el fuego comenzaba a avanzar hacia mi.

Mi despertador sonó justo en el momento que logré despertarme, totalmente exaltado. Mi corazón retumbaba fuerte y rápido en mi pecho, mi cuerpo temblaba. Apagué el martirio de la alarma y me quité las sábanas de encima al sentirme sofocado. Estaba sudando.

Me eché hacia adelante, froté mi rostro y tomé varias respiraciones, en un intento de relajarme y calmar el temblor de mi cuerpo.

Inhala profundo, mantén la respiración y cuenta hasta tres, exhala profundo. Repite el proceso cinco veces o hasta que te sientas mejor.

Hice lo que me había dicho mi terapeuta hace mucho tiempo. Poco a poco mi pecho dejó de sentirse comprimido y respiré con normalidad. Los latidos desenfrenados de mi corazón a causa del previo sueño volvieron a su ritmo regular. Me levanté la cama y fui hasta mi baño a lavarme el rostro con agua fría y cepillar mis dientes. Me observé en el espejo, mi rostro pálido, mi cabello hecho un desastre, mis ojeras marcadas. Decidí meterme en la ducha y darme un baño con agua tibia para relajar mis músculos.

Traté nuevamente de borrar las imágenes de esa horrible pesadilla. Llevaba ya casi un mes soñando de vez en cuando con lo mismo, otra vez.

Para cuando salí del baño y revisé la hora en mi teléfono, me quedé unos segundos mirando la fecha. Hoy era el día. La fecha de la muerte de mi madre. 3 de febrero.

Me vestí desganadamente y salí de mi habitación, escuchando unos ruidos en la cocina. Zayn estaba ahí terminando de preparar el desayuno. Cuando me vio entrar me regaló una sonrisa pero la borró seguramente al notar mi estado de ánimo.

-Hey -saludó, poniendo dos platos de huevos revueltos con tostadas frente a nosotros- ¿Estás bien?

Me encogí de hombros, no sabiendo que responder. Pero él tomó eso claramente como un no. Le agradecí el desayuno y comenzamos a comer en silencio. Desvié la mirada hacia la sala y observé el bolso de mano a un pie del sofá.

-¿A qué hora debes estar en la estación de tren? -pregunté.

-En una hora. Terminamos de comer y nos vamos.

-De acuerdo.

Nuevamente silencio. Zayn era muy comprensivo y cauteloso, él sabía que nada andaba bien conmigo. Sin embargo, me respetaba si no quería hablar. Pero como buen amigo que ha sido y sabiendo que me conoció en uno de mis peores momentos, no dejaba de preocuparse y nuevamente volvió a preguntarme que me pasaba.