skin [h.s]

♡11♡

Harry

Estaba luchando internamente por no quedarme dormido mientras le terminaba de hacer un tatuaje a un tipo que media el doble que yo. Si Zayn y yo teníamos una gran cantidad de tatuajes, pues a este chico ya no le quedaba espacio.

Cuando terminé, el rubio fortachón me agradeció y se fue luego de pagar. Solté un largo bostezo mientras recogía y limpiaba desganadamente los implementos que había utilizado. Por un momento volteé a ver a mi amigo, para encontrarme con que me observaba pensativo mientras ordenaba unos nuevos productos que nos habían llegado.

—¿Qué pasa? —le pregunté frunciendo el ceño.

—Te he visto bostezar como veinte veces ya y tienes una ojeras terribles.

—Estoy cansado —respondí simplemente, volviendo a lo mío. Escuché a Zayn dejar la caja sobre una mesa y caminar hacia a mi.

—Ultimamente lo estás, ¿no has dormido, cierto? Sé que estás preocupado por lo de...

—¡Obviamente estoy de los nervios! —le corté, alzándole la voz sin querer. Mi mejor amigo abrió los ojos y elevó sus manos a la defensiva— Lo siento, no quise gritarte. No pegué un ojo anoche, solo dormí como dos horas.

Me senté en una silla y llevé las manos a mi rostro frotándolo con claro estrés, agotamiento y desespero.

—¿Tu insomnio y ansiedad han vuelto? —preguntó preocupado.

—Un poco —solté un suspiro cansado. Al igual que las pesadillas. Pero no quería preocuparlo y me guardé aquello— Cada vez se hace menos tiempo y aún no tengo todo el maldito dinero.

—¿No puedes pedirles más tiempo?

—Ni de coña —bufé—, será para que me den otra paliza o me maten.

—Harry...no digas eso —hizo una mueca con horror— Si quieres puedo hablar con mis padres para que te presten algo de dinero.

—No, absolutamente no —negué mirándolo—, ya es mucho con que tú me hayas dado tus ahorros, Zayn. Ya veré qué hago, como consigo el resto. Por lo menos tengo casi la mitad con lo que yo tenía ahorrado y lo tuyo.

—Pero... Podemos descompletar un poco del pago del alquiler de la tienda si es necesario, ya luego nos las arreglaremos.

—¡Ni lo pienses! —moví mi cabeza hacia los lados— Basta, hermano, este es mi problema.  Yo tengo que hacerme responsable de mi mierda ¿De acuerdo? —me levanté y Zayn se echó hacia atrás soltando un suspiro rendido— Has hecho demasiado por mi y nunca voy a terminar de agradecerte todo. No quiero que te involucres en esto y menos que termines con deudas como yo.

—Bien. Para eso estamos, Harry —sonrió de lado y me apretó suavemente el hombro— cuentas conmigo siempre. Todo va a estar bien, pronto serás libre de ese tormento.

—Gracias, Zayn. Eso espero.

En ese momento la puerta se abrió, ambos volteamos la cabeza para encontrarnos a Addy ingresar con una radiante sonrisa y tres cafés en su mano. Su cabello rubio ceniza estaba amarrado a una cola alta y desordenada, llevaba puesto sus lentes de lectura. No pude evitar pensar que se veía linda. Esta mañana la había dejado en su casa para que se arreglara y llevase a los cachorros al veterinario. Había querido ir con ella pero debía trabajar, así que me dijo que no me preocupara y que en la tarde vendría a contarme todo.

Era la segunda vez que despertaba con ella al lado, por alguna razón su rostro sereno y su presencia me habían hecho sentir acompañado y tranquilo. Aún así no pude dormir por divagar en mis pensamientos y estar lleno de preocupaciones.