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-¿Te...sientes mejor? -fue lo primero que se me vino a la mente decir, luego de unos cortos minutos en silencio después del previo beso. Aún podía sentir la adrenalina correr por mis venas, el festín en mi estómago calmarse de a poco, pero mi sonrisa tímida seguía intacta.

Harry se alejó solo un poco, dejó sus manos en mis rodillas y asintió con una sonrisa ladeada, afincando su hoyuelo izquierdo. Casi por instinto y en un arranque nuevo de confianza, acerqué mi dedo y toqué ese huequito en su mejilla. Me sonrojé inmediatamente por la pena, pero Harry soltó una pequeña carcajada y mordió su labio con diversión.

-¡Oye! mi hoyuelo -dijo juguetón. Sonreí, este era el Harry que quería ver.

-Lo siento, se veía tentativo -me encogí de hombros con inocencia fingida. Él negó con la cabeza mientras sonreía y sorbió su nariz. Sus ojos estaba hinchados y rojos pero ya no tenían lágrimas.- Te ves cansado... Será mejor que te deje descansar, pero vendré mañana, ¿Está bien?

-¡No, no! -se apresuró a decir, lo miré sin entender- me refiero a qué... ahm... es tarde y... no sería bueno que andarás en la calle a estas horas -en sus ojos ví sus intenciones y honestamente estaba esperando que me lo dijera- quédate.

-Está...bien -mordí el interior de mi mejilla tratando de ocultar la gran sonrisa que quería adueñarse de mi rostro.

-Genial -sonrió Harry.

-¿Tienes hambre?

-La verdad sí, no como nada desde...la mañana -hizo una mueca apena- tenía muchas cosas en la cabeza y lo olvidé.

Solté un suspiro triste pero rápidamente me recompuse y me levanté de la cama.

-En ese caso, podría preparar algo para los dos -me encogí de hombros y él asintió con una pequeña sonrisa.

-Gracias, Addy. Yo me daré un baño entonces, me siento asqueroso -curvó los labios, pero soltó una risa que le acompañé.

-Así es -lo molesté y él abrió la boca con ofensa fingida. Lo ví levantarse de la cama y se acercó a mi con paso decidido pero a la vez nervioso. Sin esperarmelo, me plantó un suave beso en los labios y se alejó con una sonrisa satisfecha hacia el baño, dejándome como boba en medio de la habitación.

Sacudí mi cabeza y salí de la habitación cuando escuché el agua de la ducha caer. En la cocina revisé la nevera y las despensas de los chicos, opté por preparar unos sandwiches tostados de queso, jamón y tomate, y un poco de té. Pensé entonces en qué probablemente Harry tendría un dolor de cabeza terrible por la botella que se había bebido y todo lo que había llorado, por lo cual decidí rebuscar entre las cosas de medicinas y encontré una Aspirina. Divisé una pequeña bandeja detrás de la cafetera y coloqué todo lo que había hecho y lo llevé hasta el cuarto de Harry.

La puerta del baño seguía cerrada pero ya no se escuchaba la regadera. Me senté en la cama con la bandeja y al poco tiempo salió él, con su largo cabello húmedo desordenado, sin camisa y un pantalón de chandal. Él sonrió al verme y miró asombrado lo que tenía en la cama, al mismo tiempo que yo lo recorría con la mirada y nuevamente mi estómago y corazón estaban alborotados.

-Hola -sonrió.

-Hola -reí- hice té, sándwiches y te traje una aspirina.

-Oh, g-gracias, que linda -sus ojos brillaron y se sentó en la cama junto a mi. Pequeñas gotas caían por su cuello y olía delicioso, a jabón, vainilla, menta y shampoo de chocolate. Creo que por un momento me sentí extasiada por la mezcla de olores.- La verdad necesitaba la aspirina, me duele la cabeza.

-Me lo pude imaginar -sonreí al haber acertado. Nos dispusimos entonces a comer, él dando grandes y ansiosos mordiscos, se le veía realmente hambriento y no pude evitar volver a sentirme triste, pensando en el colapso mental y físico que había sufrido hoy.

skin [h.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora