Harry
Aparqué frente a la casa de Addy al mismo tiempo que le envié un mensaje avisándole que estaba aquí. Me había dicho que hoy saldría al medio día de clases entonces propuso almorzar juntos en su casa. Comentó algo sobre una receta que había visto en internet y quería hacerla. Acepté con gusto, últimamente tenía esta ansiedad de querer verla siempre aunque sea cinco minutos. Nunca me había pasado esto antes, mi vida había sido tan complicada que jamás llegué a sentir algo por alguien, y nunca nadie había sentido nada por mi. Aunque haya estado con un par de chicas antes, ninguna aceleró mi corazón como lo hace Adeline.
Tenía miedo, honestamente. Todo lo bueno en mi vida se derrumbaba, siempre tenía alguna mierda persiguiéndome, todos siempre me dejan solo eventualmente. Por eso en estos momentos, Adeline y Zayn eran las personas más importantes que tenía en mi vida. Incluso Alyssa, ella me caía muy bien. Y no quería que Addy se alejara de mi si alguna vez supiese la verdad y los errores de mi pasado. Un pasado que aún seguía aquí.
Cuando bajé del auto después que Addy me abriese el portón, llegué hasta ella que me esperaba en la puerta de su casa con un chistoso delantal de frutas. Me sonrió enorme, entonces mi día se iluminó.
-Lindo atuendo -pellizqué su nariz y ella rodó los ojos.
-Hola, harold. Pasa -se hizo a un lado. Fruncí la boca ante su apodo pero no dije nada. Un olor a aliños sofritos, el gato de Adeline acostado en su pequeña cama durmiendo y una música extraña lejana me recibió en su casa. Caminamos el largo pasillo hasta su cocina, con Tommy siguiéndonos detrás. Había escuchado ruido en la entrada y se despertó, caminando hasta nosotros. Cuando llegamos a la gran y elegante cocina de su casa, solté una carcajada al escuchar la canción que se reproducía.
-¿Estás escuchando canciones de Disney? -ella se sonrojó y le bajó fuego a lo que sea que tenía en la sartén.
-Me salió por ahí...
La miré con diversión y empecé a cantarla.
-Cuando alguien me amaba, me sentía tan feliz, los momentos que pasamos, los recuerdo bien...-me coloqué a su lado en la cocina y Addy alzó sus cejas con una sonrisa.
-Siempre en su pesar yo sus lagrimas sequé, su alegría compartí también, cuando... me amó -hizo una mueca de disgusto por su voz y me empecé reír fuerte.- ¡Oye! no todos tenemos una voz genial como la tuya -me señaló con la cuchara de madera.
-Me dejaste sordo -la molesté, ahora viendo como vertía unos ¿camarones?. Ya olía realmente genial.
-Sigue burlándote y no comerás -giró el rostro haciéndose la ofendida.
-¿Cuál es tu receta magnifica de hoy? -me recargué en la mesa de granito mirando con atención sus acciones. Llevaba su cabello claro amarrado en una cebolla alta y desordenada, sus lentes de lectura, una franela verde oliva y unos jeans ajustados debajo de su delantal. Sencilla o con un vestido caro, siempre se veía muy bonita.
-Pasta con camarones. ¿Te gustan, cierto?
-Sí, espero que no me intoxiques -volví a molestar. Me gustaba sentirme en confianza y poder ser yo mismo. Me sorprendía a mi mismo siento tan abierto y burlón, la mayoría del tiempo era callado.
-Gracias, me has dado una idea -guiñó un ojo, haciéndome reír. Se alejó un momento a la despensa y me miró por encima de la gaveta.- ¿Pasta corta o larga?
-Ahm...¿larga? como gustes.
Addy regresó con el paquete de pasta y lo echó en la olla de agua que ya estaba hirviendo. Sonreí al verla, estaba toda concentrada y parecía una profesional. Algo en mi pecho se removió, los pequeños detalles de Addy me llenaban. Me sentía especial cuando me llevaba muffins con café, cuando me invitó al concierto, esa vez que me hizo un pastel de cumpleaños, cuando me curó las heridas de la mano y me hizo la cena, ahora estaba cocinando algo delicioso para mí. Sólo una persona había hecho todo eso por mí y había sido mi mamá. Y ahora que lo pensaba, yo no había tenido ningún detalle significante hacia ella.
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skin [h.s]
FanfictionCuando Addy conoció a Harry en aquella tienda de tatuajes, se encontró fascinada por el arte en su cuerpo y no imaginó los secretos ni el dolor que escondía bajo su hermosa piel llena de tinta. Un agobiado y desesperanzado Harry no se esperó que alg...