El concierto fue increíble y sin duda un sueño cumplido. Harry y yo seguíamos en shock y recapitulabamos todo mientras salíamos de la arena. El rizado me estaba enseñando en su teléfono unos vídeos que había grabado y de casualidad unas cuantas fotos que me tomó desprevenida y me gustaron. Compramos unos hotdogs en la salida y lo fuimos comiendo mientras nos dirigíamos a dónde había aparcado el auto.
-Creo que ya tengo depresión post concierto -dijo Harry, dándole un último mordisco a su comida.
-¡Igual yo! Es que no puedo creerlo -suspiré. Aún sentía mis oídos un poco aturdidos. Me detuve un momento a lanzar en el basurero las servilletas sucias y mi bebida vacía. Afuera estaba haciendo un frío horrendo que ni mi doble abrigo podría calmar.
-Dios, ya quiero que acabe el jodido invierno -dijo Harry y un poco de vaho salió de sus labios. Pareció leer mis pensamientos.
-Yo tamb-, espera -me detuve en mitad de la calle, casi cerca del auto de Harry.
-¿Qué pasa? -frunció las ceja y se detuvo también.
-¿No escuchas como...ladridos?
Agudicé mi oído y a pesar del ruido de la calle, juraba estar escuchando unos pequeños ladridos y llantos. Harry ladeó la cabeza con los labios fruncidos y negó. Empecé a caminar con cautela y de pronto escuché el sonido con más claridad.
-¡Sígueme! -volteé a mirar a Harry y trotó detrás de mi. Llegué hasta una pequeña calle angosta y ciega, entre una tienda cerrada y un bar. Habían basureros, bolsas y cajas vacías.
-Espera, ahora sí lo escucho -afirmó Harry. Ambos miramos hacia al frente y caminamos hasta una caja de cartón pequeña que yacía en el suelo.
-Oh por Dios -me llevé las manos a la boca y me agaché rápidamente. ¡Eran dos cachorros recién nacidos! Harry se colocó de cuclillas a mi lado y nos miramos asombrados. El corazón se me iba a salir, eran chiquitos. Sus pelajes eran blanco y tenían manchas marrones.
-¿Pero...quién mierda los dejó aquí? -Harry giró su cabeza como buscando algo-, la mamá no está.
-Los abandonaron, Harry. Alguien horrible los dejó en este basurero -dije totalmente enfada y disgustada.
-Malditos inhumanos -gruñó. Acercó su mano a uno de los pequeños cachorros que fácilmente cabían en su mano, le acaricio la panza y los perritos seguían llorando bajito y suave.
-No tienen manta o algo, ¿Desde cuándo estarán aquí? -sentía que iba a llorar. ¿Cómo le pueden hacer algo así a unas criaturas inocentes? Odiaba con mi vida el maltrato y abandono animal. Sostuve uno con mi mano y me lo llevé al pecho, era una hembra. Sus ojos estaban cerrados pero aún así se movía y los trataba de abrir. Parecía tener frío, la cachorra se acurrucó y dejó de temblar poco a poco. Vi como Harry hizo lo mismo con el otro que era un macho. Sonreí al verlo mirar enternecido al cachorro y acariciarlo suavemente con sus dedos. Se veía más chiquito en las manos de Harry.
-¿Qué vamos a hacer? -preguntó levantando la mirada y conectado sus ojos con los míos.
-Claramente no podemos dejarlos aquí, pueden morir, y los refugios a estás horas están cerrados -suspiré pensativa-, y si los llevo a casa harán mucho ruido con sus llantos y molestaré a mis padres -miré nuevamente a la cachorra y le planté un suave beso en su cabeza-. Quiero cuidarlos.
-Podemos llevarlos a mi casa -propuso luego de unos segundos en silencio. Lo miré con una sonrisa agradecida.
-¿Estás bien con eso?
-Sí -asintió seguro-, solo si te quedas y me ayudas.
Mordí el interior de mi mejilla viendo sus ojos esmeralda brillantes mirarme esperando una respuesta.
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skin [h.s]
FanfictionCuando Addy conoció a Harry en aquella tienda de tatuajes, se encontró fascinada por el arte en su cuerpo y no imaginó los secretos ni el dolor que escondía bajo su hermosa piel llena de tinta. Un agobiado y desesperanzado Harry no se esperó que alg...