♡38♡

2.5K 130 124
                                    

Harry

Luchaba por mantenerme estable y con la mejor expresión posible, pero la verdad es que mi cabeza dolía como los mil demonios, me sentía sucio, aún sentía el sabor del alcohol en la boca, tenía demasiada sed y mi nariz aspiraba algo amargo cada vez que respiraba. Moría de hambre y a la vez tenía ganas de vomitar.

No pude mirar a Addy en todo el camino a mi casa, me sentía sumamente avergonzado y temeroso de abrir la boca. Era claro que no estaba en mis planes que ella y Zayn, pero sobre todo Addy, me hubiesen encontrado en este patético estado. Acotando que era la segunda vez que ella me veía así, sumergido en mi miseria. Y todavía no sabía cómo habían llegado a buscarme.

Podía claramente recordar la noche anterior. Mi desespero por hablar con Addy y explicarle todo, pero ella parecía haber apagado su teléfono y ni su hermano sabía dónde estaba. Le escribí también a Aly y no me respondió ningún texto. A Addy le envié mensajes y llamadas toda la noche, incluso regresé a su casa en la madrugada esperando poder hablar con ella pero no estaba. Y fui algo ebrio, porque así era como a veces intentaba calmar mis emociones.

Obviamente no pensé en mis siguientes acciones, me dejé llevar por aquella botella que sabía asquerosa y manejé borracho (arriesgando mi vida de paso) hasta la bodega de Nathan por algo más fuerte. Estaba molesto y decepcionado conmigo mismo, pensando que las cosas se me habían arruinado.

Lo demás me resulta un poco borroso, pero sé que él no desaprovechó la oportunidad de mi triste estado y me dio cualquier cosa y yo acepté lanzándome en el sofá, destapando otra botella a su vez. Prometí nunca más hacer esas estupideces y aquí estaba, recordando como me drogué como un débil.

Y si pensaba que podría solucionar las cosas con Adeline, ahora le había dado otra razón para estar decepcionado de mí. Ella no merecía un chico que a la primera de cualquier problema se fuese drogar y emborrachar.

Cuando estacionó en mi casa, ambos nos bajamos en silencio. Me sentía muy nervioso e incómodo, estaba preparado para que me dijese que yo no era la persona que ella esperaba y no quisiera estar más conmigo.

—¿Tienes hambre? —preguntó un tanto impasible cuando entramos a mi casa.

—Uh, sí, ahora me preparo algo —contesté con timidez, me sentía un niño pequeño que había cometido una gran travesura y su mamá estaba furiosa frente a él. Solo que esta vez no había sido una travesura sino una gran cagada.

—No, yo nos puedo cocinar algo, también tengo hambre. Mejor ve y date un baño mientras preparo la comida.

Addy no me miró y caminó hasta la cocina, asentí tragando saliva yendo a mi habitación. Por un lado esto me serviría para aclarar mi mente en una ducha tibia y pensar cómo le contaría todo, primeramente disculpándome. Porque en serio lo sentía, me estaba odiando a mí mismo en estos momentos.

Entré al baño y miré mi asqueroso estado, mi cabello estaba grasiento, mis rizos con nudos super enredados, me había salido un grano en la frente, mis ojeras pronunciadas, mis ojos algo inyectados en sangre y mi ropa arrugada. Me di cuenta de el moretón que tenía por el golpe que me había lanzando Charlie, sonreí un poco recordando como yo le había golpeado también. Se lo merecía. Todo yo apestaba a cigarro y whisky.

Encendí el calentador, me despojé de la ropa sucia y me metí en la ducha. No me demoré mucho en bañarme, pero aproveché para pensar todo lo que iba a decirle a Addy. Solo quería que volviese a sonreírme, abrazarla, besarla y acostarnos a escuchar música o ver películas. Joder, incluso recordé nuestra primera vez que había sucedido en menos de 48 horas y sonreí como un tonto. Había sido realmente increíble, sentí mis sentimientos crecer a gran escala, la adoraba. Quería repetirlo. Pero primero tenía que ganarme su perdón.

skin [h.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora