Capítulo 21

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     Para el castaño, solo era físico y ya. Suponía que podría sacarse las ganas con cualquiera, y si no pasaba nada más con él, Renato tampoco sentiría que fuera el fin del mundo.

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  En los días que siguieron, en el trabajo, Santiago se la pasaba hablando con Gabriel. Intentaba siempre encontrar un hueco o provocaba él mismo la situación para que se quedaran solos.

    Y él lo notaba.

    Y le molestaba.

    Él también quería hablar con Gabriel.

    Y no podía.

     Tampoco podía estar a solas con el rizado ni en el almuerzo, porque Santiago iba a comer con ellos para que no se quedara solo.

      Al menos el trabajo lo distraía un poco, o eso intentaba.

     La noche del miércoles, llegó a su casa y vio que había recibido una notificación de Conoceme. Pero no le dieron ganas de entrar ni al perfil de la chica.

    Solo quería hablar con Gabriel antes de dormir como había estado haciendo esas dos últimas noches.

Renato: Hoolaaaaaa

    Por lo que ya acomodado en la cama, le escribió.

Gabriel: Jaja Hola
Pasó algo?

    No tenía ninguna excusa preparada, así que…

    (Pero de igual manera, ¿necesitaba alguna?)

Renato: Nada
Solo quería hablarte

Gabriel: De qué?

Renato: De nada
Solo hablar

    Pero entonces recordó algo. Miró hacia la mesita de luz. En ella estaba el portarretrato con la fotografía del cumpleaños que él había dicho que iba a poner. Lo había colocado esa mañana. Le sacó una foto con el celular y se la envió a Gabriel.

    Al mismo tiempo, le llegaba una imagen. El portarretrato con la foto del cumpleaños que Gabriel había dicho estaba en la mesita de luz del rizado.

     Sonrió.

Gabriel: Justo jajaja

Renato: Pero qué conexión tenemos

     La noche del día siguiente le habló Gabriel.

Gabriel:  Hola
Estás comiendo bien?

Renato:  Me hice fideos
Un poco duros
Pero no se me incendió nada

     Al notar que no le decía nada al respecto, lo dijo él:

Renato: No entraste al blog?

Gabriel: No, por qué? Algún comentario malo? No me llegó ninguna notificación

Renato: No, no es eso
Si te fijás bien, notarás que hay una nueva entrada

***

     Confundido, salió del whatsapp y fue hasta el blog desde el celular. Efectivamente, había una nueva entrada y cliqueó para ver la publicación.

      Era la ilustración de su escena favorita del capítulo diez. Eran cuatro cuadros. En el primero, el personaje principal entraba a un cuarto lleno de estanterías y frascos. En el segundo, agarraba un frasquito que decía: Magia (ella creía que al tomar esa poción obtendría poderes mágicos). En el tercero, tomaba del líquido. Y en el cuarto, la niña se había encogido de tamaño. La intención había sido que el hechicero no la viera porque había entrado a su casa para encontrar pruebas de que él hacía desaparecer a los gatos del pueblo, por algún extraño motivo que nadie conocía. Pensaba que esa poción le daría poderes mágicos y se le había pasado por la cabeza todo lo que podía hacer con ellos, hasta podría hacerse invisible y el hombre no la vería, pero había resultado ser una poción para achicarse.

Por un besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora