Capítulo 41

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     Tato le contestó abultando el labio inferior en un puchero, sin abrir los ojos.  Pero lo soltó. Apagó rápido la lámpara y se volvió a acomodar de cara a Renato, cerquita, el otro tomó nuevamente su nuca y él pasó un brazo por el costado del chico. Renato movía su pulgar, acariciándolo, y él cerró lo ojos para intentar dormir, disfrutando del contacto.

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    La alarma sonaba y él solo quería seguir en la cama, acostado con el castaño. Pero no lo sentía. No estaba ahí, al lado de él. La luz del día que entraba por la ventana le hizo ver a Renato, el gato peluche, en el lugar donde debería estar el otro Renato, el humano. Un papel enrollado se mantenía entre las patas juntas y la panza del peluchito. Tato lo había vuelto a hacer.  

   Prendió la luz de la lámpara y sacó el papelito de las patas. Lo desenrolló y comenzó a leer:

     Buen día
Me desperté antes para preparar el desayuno (deséame suerte) y dejarte dormir un rato más 

     Se rio por el “deséame suerte" y se levantó de la cama.

***

     Tato, cóntame cómo está yendo todo con Gabriel… Ya no tengo uñas y no me decís nada. Y no me importa si estabas durmiendo.

      Rio ante el audio que le había enviado Azul. Enseguida le respondió:

Renato: Podría decirse que estamos juntos

Conejita: SON NOVIOS???

    Se le formó una sonrisa más grande que el universo.

Renato: Todavía no

Conejita: CÓMO QUE NO TODAVÍA? NO LE HAGAS ESTO A MI CORAZÓN

     Volvió a reír.

Renato: Jajajajaja
Pero pronto va a cambiar eso

Conejita: Bueno, te tomo la palabra
Ahora decime cómo te estás sintiendo vos

Renato: Me di cuenta de algo ahora que lo de Gabriel avanzó un poco más.
Soy un pegajoso del otro

Conejita: Jajajajajajajajaja
Parece que por fin te estás dejando llevar en serio 
Ya le empezaste a limpiar la baba?

Renato: lo hice una vez
Creo que no me importaría hacerlo de nuevo

Conejita: Ya estás totalmente perdido
Qué pasa que NO SON NOVIOS TODAVÍA?

Renato: Jajajajaja
Quiero hacerlo especial

Conejita: Ya sabés, cualquier cosa me decís, si necesitas ayuda
Vos estás bien? Por lo que hablamos

    El corazón se le apretujó un poquitito. Pero no dejó que lo consumiera.

Renato: Creo que siempre voy a vivir con este miedo
Yo, si lo pierdo, si no lo veo más, me muero
Pero siempre tuve ese miedo. Desde que nos juntábamos a leer en los recreos. Más desde que se sentó conmigo aquel día. Y viví con eso
Ahora todo se hizo más grande
Pero cada vez que aparece, pienso en él o lo abrazo, se me pasa, de a poquito

    De pronto, se acordó de las tostadas. Guardó el celular en el bolsillo delantero de sus jeans para ocuparse de ellas. Las puso en un plato mientras trataba de que su corazón se tranquilizara. Hablar de eso le movilizaba fuertemente el interior.

    Cuando estaba sirviendo café, entró Gabriel a la cocina. Esa sensación fea que le había quedado en el interior se disolvió y fue reemplazada por la más bella de las sensaciones.

Por un besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora