El mejor error de mi vida {Marco Asensio}

Capitulo 5. Madrugar

18 de agosto de 2017
No os miento si os digo que aquella "fiesta" en la piscina de la ciudad deportiva ha mejorado la relación entre todos nosotros. Ahora nuestras conversaciones son más largas y más comunes, ellos (y sus familias) suelen venir con más frecuencia a vernos entrenar y nosotros también vamos (la mayoría vivimos en Valdebebas y así pasamos el rato, parece una residencia de estudiantes) a verles entrenar. También ha mejorado la relación entre todo el "Real Madrid", y con esto me refiero a la relación del presidente con nosotros (bailarines y jugadores), el cuerpo técnico, trabajadores... Parecerá una exageración todo esto en unos cuantos días, pero es totalmente verdad. Cuando todos ponemos un poquito de nuestra parte, en cualquier aspecto de la vida, se consiguen grandes cosas. Quién me iba a hacer dicho a mí que me iba a llevar tan bien con los que, hasta hace nada, eran sólo los jugadores de mi equipo.

Me despierto y aún adormilada miro el reloj que tengo en la mesita de noche, mierda. Son las 09:10, lo que quiere decir que hace 10 minutos ha empezado el ensayo de hoy y yo, que encima soy la capitana y se supone que tengo que dar ejemplo, aún en la cama y tan feliz. Me levanto de un salto y voy al baño. Hago mis necesidades y me lavo la cara. Me peino, me hago una coleta alta y me pongo muy muy rápido unas mallas de ciclista negras y un sujetador deportivo blanco de nike, junto con las zapatillas que uso para bailar en el césped de los campos de entrenamiento. Cojo el móvil y la tarjeta de la habitación corriendo y de esta misma forma salí.
-Buenos días, señorita Carolina. -me dijo Juan, uno de los limpiadores de Valdebebas. Llevaba prisa, mucha, pero de todas maneras me paré en seco y me giré.
-¿Como que señorita? -dije riendo.
-Sí, señorita.
-Noo. Carol, sin señorita y sin "Carolina" -dije sonriéndole y haciendo comillas en mi nombre completo.
-Está bien. -dijo él riendo.- Ya han empezado el ensayo de hoy.
-Ay, es que me he quedado dormida. -dije y reímos.- Muchas gracias, Juan. Nos vemos. -dije y en cuanto terminé eché a correr para llegar a donde el resto de mis compañeros ya estaban ensayando respetando mi hueco.
-¡Hombre! -dijo Rubén casi gritando y todos me miraron. Vi que en las gradas habían algunos jugadores, en media hora tenían su entrenamiento. Casi todos se empezaron a reír mientras que yo andaba poniéndole a Javi y Miriam cara de angelito.
-Ey, no me miréis así. No ha sido culpa mía. -empecé a decir y ellos subieron una ceja.- Bueno, puede que un poco si, pero es que me ponéis el ensayo a las nueve y eso no puede ser... -terminé de decir colocándome en mi hueco de la coreografía mientras ellos reían negando con la cabeza dándome por imposible.

Terminamos el entrenamiento y fuimos a ducharnos. Habíamos quedado en ir en cuanto termináramos de ducharnos a ver entrenar a los chicos. Antes de poder entrar al interior de Valdebebas, María, la mujer de Nacho, me para.
-Hola Carol, perdón que te moleste pero me gustaría hablar contigo. -me dijo sonriendo y yo asentí sonriéndole también.
-No molestas María, para nada. Dime, soy toda oídos.
-¿Te acuerdas de Alejandra? -dije y yo asentí repetidas veces. Claro que me acordaba, era preciosa, un terremoto y me recordaba a mí cuando era pequeña.- Pues dice que quiere ser como tú.
-¿De verdad? -dije riendo y ella asintió con la cabeza riendo también.- Ay por favor, que mona.
-Sí, hasta que la conoces. Desde que os vio bailar, luego en los ensayos y en la fiesta del otro día en la piscina, no para de bailar, dice que lo hace igual que tú. Me gustaría saber donde puedo apuntarla, a qué clases, qué tipo de baile y esas cosas. ¿Tú crees que es demasiado pronto?
-¡Para nada! Cuanto antes empiece, mejor. Con el paso de los años se tiene menos flexibilidad y si no se entrena no se mejora. A ver, yo empecé muy pequeña y mis padres me apuntaron a ballet, de hecho mi estilo es el contemporáneo. Luego, cuando fui algo más mayor, me metí en una escuela de baile de todo tipo. Dimos ballet, flamenco, hip hop, incluso dimos unas clases de claqué. Yo te recomiendo que empecéis con ballet o algo así para que se acostumbre y luego ya hacer lo mismo que hice yo. Si quieres, como está así conmigo, -dije y reímos. María escuchaba todo con atención, como si estuviera apuntando todas y cada una de mis palabras en su cabeza.- puedo empezar a darle clases yo para que se suelte y luego llevarla a una escuela estando con más confianza y más seguridad, aunque sea un poco.
-¡Si por favor! Si no te importa sería perfecto.
-Por supuestisimo que no me molesta. En cuanto quieras empezamos.
-Vale, apunta mi número. -me dijo y saqué mi teléfono. Le añadí a contactos y le hice una llamada perdida para que tuviera mi numero y supiera que era yo.- Vamos hablando, ahora ya te dejo irte que soy muy pesada.
-Que va. Nos vemos pronto, María. Dale muchos besitos a los niños de mi parte. -dije sonriéndole. Nos despedimos y puse camino al vestuario para ducharme.