Capitulo 22. "Te quiero"

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Intento levantarme con cuidado para no despertar a Marco, que tiene sus brazos alrededor de mi cuerpo y yo, hasta hace nada, la cabeza en su pecho. Así nos dormimos anoche y así hemos despertado hoy. El intento se queda en eso, intento, porque cuando creía que lo había conseguido Marco abrió los ojos y me sonrió. Decidí dejar atrás mi plan de fugitiva y me volví a meter en la cama con él, es decir, había hecho todo esto para nada.
Él se apoyó en mí para seguir durmiendo pero yo, que ya estaba descansada y, sorprendentemente, no tenía más sueño, me quedé mirando mi móvil mientras que con la otra mano le acariciaba el pelo al mallorquín. Miré a Marco y estaba tan guapo... a ver, nadie me puede negar que Marco Asensio es guapísimo, pero es que así de dormido, sin tener el control de sus facciones, es precioso.
Cuando pasaron unos tres cuartos de hora más o menos le desperté porque ya era hora. Habíamos quedado en veinte minutos para desayunar e ir al teatro donde bailaríamos.
-Marco. -le llamé moviendo suavemente mi mano por si brazo para que se despertara al sentir el contacto.- Marquito venga, despierta, que tenemos que irnos.
-No quiero, cinco minutos más porfi. -me dijo sin abrir los ojos y moviéndose por la cama para abrazarse más fuerte a mi, impidiendo que me pudiera levantar de la cama.
-Que no llegamos, y después de esos cinco minutos llegarán otros más y así. -le dije haciéndole cosquillas en el abdomen. Él se estiró soltando su agarre de mi cintura y me sonrió.
-Buenos días, rubia. -me dijo y yo le sonreí. Coloqué mi mano en su pelo y volví a tocarle el pelo.
-Buenos días, Marquito. -le respondí sonriéndole. Luego quité mi mano de su cabeza, a lo que soltó una especie de gruñido en señal de desaprobación. Yo reí y me levanté de la cama tras darle un beso en la mejilla.- Venga bello durmiente, a prepararse.
-Bello durmiente dice. -dijo rodando los ojos y tirándome un cojín. Yo reí aún más fuerte y me metí en el baño para lavarme la cara.- Aunque pensándolo mejor, soy guapo, mucho y he dormido bastante, así que bueno, lo dejo pasar.
-¡Que creído eres! -le dije riendo y oí su risa de fondo.- Oye, todavía no sé cómo es que habéis venido con nosotros.
-¿Cómo? Pues en el mismo avión. -dijo riéndose de mí y yo alargué mi brazo para sacar la mano por la puerta y subir el dedo corazón.- Que no hombre. A ver, no teníamos partido estos días y aquí venimos cuando tenemos que jugar contra la Roma, así que está preparado para que entrenemos.
-Aahh, ahora lo entiendo. Jo, yo creía que ibais a estar todo el día con nosotros.
-Tranquila que sí. Entrenamos esta tarde sobre las 20:00 y mañana a las 8:00, así que me vas a tener dándote guerra todo lo que quede de día. -dijo apareciendo por la puerta del baño mientras me hacía una coleta y le abracé.- Uy que cariñosa estás hoy.
-Vete a la mierda. -le dije sin soltar mis brazos de su cuerpo y él soltó una sonora carcajada. Al rato me despedí del mallorquín por dos minutos para ir a mi habitación y cambiarme de ropa. Me puse unos vaqueros y la sudadera de Nike de Marco, que me encanta. Estaba terminando de ponerme las zapatillas cuando alguien llamó a la puerta de mi habitación. Me levanté con una zapatilla sí y una no y me encontré a Marco apoyado en el marco de la puerta sonriendo.- ¿Tanto me echabas de menos?
-Pues si, para qué mentirnos. Eres como un grano en el culo y cuando no estás se nota. -dijo y yo abrí la boca indignada.- Te queda mejor que a mí. -dijo señalando la sudadera que antes pertenecía a él pero ya no.
-Si si, ahora intenta arreglarlo. -dije y él rió. Terminé de atarme la zapatilla que me quedaba y salí de la habitación con el brazo de Marco en mis hombros.
-Oye.
-Oigo. -le dejé mirándole.
-Ayer me dijiste te quiero.
-Pues es mentira, sería por el sueño que tenía. Probablemente te confundiría con Sergio o Nacho.
-Ala que feo eso que me has dicho.
-Tú también me dijiste te quiero.
-Es que te quiero y mucho. -me dijo y yo morí de amor allí mismo.
-Yo a ti también Marquito. -le dije sonriendo y poniéndome de puntillas para darle un beso en la mejilla. El ascensor llegó a la recepción del hotel y esperamos con el resto de mis compañeros a que los que faltaban bajaran.
Fuimos a desayunar al restaurante del hotel y yo, como ya es costumbre, me senté al lado de Marco.
-Carol, ¿puedes venir un momento? -me llamó Florentino y yo subí una ceja sin saber el por qué.
-Si, claro. -dije levantándome de la silla y yendo donde estaba el presidente del equipo junto con nuestros entrenadores y Zidane. Cuando llegué pude ver como la mirada de Marco estaba en nuestra dirección.
-Acaba de llegar esta carta del campeonato. -me dijo Miriam con un sobre en las manos.
-Ya os dije que nos podían pedir cualquier cosa, y nos acaban de notificar que en una de las pruebas van a pedir cambiar la canción. -dijo Florentino y yo abrí los ojos como platos. ¿Como podían hacer eso?
-¿¡Qué!? -medio grité y todos me miraron, tanto mis compañeros como el resto de personas alojadas en el hotel. Me llevé las manos a la cabeza y puse dos de mis dedos en el puente de mi nariz.- ¿Como van a hacer eso? Es que no lo entiendo. O sea que hemos estado trabajando para nada.
-No Carol, no.
-Si. No sabemos qué canción cambiarán, ¿verdad? -dije y ellos negaron dándome la razón.- Madre mía, todas nuestras coreografías están diseñadas para esa canción, no sé cómo lo vamos a hacer.
-Vale Carol, relájate. Ya nos irán dando más pautas. Por ahora estate tranquila, en cuanto tengamos noticias te lo haremos saber. Solo queríamos que lo supieras para que no te pillara de sorpresa en el campeonato. De momento es mejor que no les digas nada. -me dijo Zidane con su acento francés señalando con la cabeza a mis compañeros, tanto jugadores como bailarines.
Me fui a la mesa donde mi desayuno estaba e intenté olvidarme y disfrutar tal y como estaba haciendo antes de hablar con los entrenadores y el presidente.
-¿Estas bien? -me preguntó Marco preocupado.
-Sí, estoy bien. -dije apoyando mi cabeza en su hombro. Marco me dio un beso en la frente y conseguí olvidarme, aunque fuera por poco tiempo, del campeonato.

El mejor error de mi vida {Marco Asensio}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora