Capitulo 17. ¿Fiesta de pijamas?

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Narra Marco
Estoy seguro de que no existe una persona más buena, más amable y más risueña que Carolina Díaz. Ayuda a todo el mundo para cualquier cosa, siempre. Si tienes algún problema, si necesitas ayuda o simplemente no tienes un buen día, ella es capaz de darle la vuelta, hacerte ver el lado positivo de las cosas y hacer lo imposible y más para verte bien. El otro día, cuando ayudó a Luisa y Juan, lo demostró una vez más.
Estoy en mi casa hablando con mi padre y mi hermano, que han venido a pasar unos días conmigo. Desde que fiché por el Real Madrid, ellos tienen que venir a verme porque yo entre entrenamientos y partidos, no puedo ir en muchas ocasiones a la isla.
-¿En serio hizo eso? -dijo mi padre refiriéndose a la historia de Carol y su ayuda a los trabajadores. Se la he contado.
-Si, no había visto algo así en la ciudad deportiva nunca. -dije bebiendo de mi café.
-Carol ha cambiado todo. -dijo Igor y yo asentí.- Por cierto hermanito, ¿y qué tal te llevas con ella? -preguntó subiendo y bajando las cejas de forma pícara.
-Pues para tu información muy muy bien. Hablamos todos los días y quedamos muchas veces. ¿Algo más? -le dije sonriendo.
-Muy bien hijo, me parece muy bien. Se le ve muy buena persona. -me dijo mi padre dándome una palmadita en la espalda.
-Te aseguro que lo es. -le dije muy seguro. De repente mi móvil empezó a sonar y apareció el nombre de Carol en la pantalla. Me disculpé con mi hermano y mi padre y salí del salón para hablar con ella tranquilamente.
{Llamada}
-Hola Caroool. -le dije al cogerlo.
-Marco, ¿podemos quedar? -dijo pero no con su típica alegría. Terminó de decirlo y aspiró sus mocos. Torcí el ceño ya que no creo que esté muy bien.
-¿Carol? ¿Estás bien? -le dije preocupado.
-No estoy teniendo un buen día, ¿puedes venir, por favor? -me dijo.
-Claro que sí, estoy allí en nada. -le dije, nos despedimos y fui al salón a despedirme de mi familia y coger las llaves del coche.
{Llamada}
-¿Donde vas, Marco? -me preguntó mi padre.
-Tengo que ir a Valdebebas.
-¿Pero ha pasado algo? -preguntó Igor levantándose, al igual que mi padre, para acompañarme a la puerta que lleva al garaje.
-Carol no está bien. No sé cuando volveré. Adiós. -dije bajando por las escaleras.
Conduje lo más rápido que podía para llegar cuanto antes. Carol es alegría en estado puro, es risas y sonrisas y no es normal que un día no sea así. Llegué a la ciudad deportiva y aparqué en mi plaza. Subí corriendo y llamé a su puerta. Cuando me abrió vi una Carol apagada y triste.
-Pero Carol, ¿que te pasa? -dije preocupado y ella solo me dio un abrazo sin contestar. Yo le correspondí el abrazo y le intenté tranquilizar. Tenía la respiración agitada.
-Gracias por venir, Marco. -me dijo entre sollozos. Pasamos al interior de su habitación y nos sentamos en la cama. No la presioné, primero era mejor que se relajara y luego, si quería contármelo, yo la escucharía.- Ho-hoy hace dos años que-que mis padres murieron. -me dijo tras unos minutos de silencio. Si os digo la verdad, me quedé en shock porque no me lo esperaba. Ella nunca había hablado de sus padres pero nunca me pensé que sería por esto, pensé que no tendrían una buena relación o que simplemente no había salido la conversación adecuada. No le contesté porque no sabía que decirle, la estreché contra mí y dejé que se desahogara. Yo también sé lo que es perder a una madre y que llegue el día en el que todo pasó, pero los dos a la vez...
-Marco, fue mi culpa. -me dijo y yo negué con la cabeza.- Si Marco, fue mi culpa. Tuvieron un accidente de coche cuando volvían a casa después de llevarme a la escuela de baile.
-Carol... Carol escúchame. -le dije levantándole la cabeza para que mirara.- Como tú has dicho, fue un accidente. No fue tu culpa ni de nadie. Tus padres han dejado en este mundo una persona maravillosa y muy bonita y todos, absolutamente todos, le tendremos que estar agradecidos. -terminé de decir quitándole una lágrima de su mejilla con mi pulgar. Ella dejó de mirarme para volver a apoyar su cabeza en mi pecho. Así estuvimos hasta que tuve que bajar al vestuario porque me tocaba entrenamiento. Carol decidió tomarse el día libre por "asuntos personales" y yo le apoyé totalmente, necesitaba descansar.

-Chencho, no te he visto subir, te habría esperado. -me dijo Sergio, que llegaba con Luka.
-Es que ya llevo aquí un buen rato. He venido por Carol. -les expliqué y subieron las cejas.- Está bien, solo necesitaba hablar.
-Ay Sergio, el niño se nos hace mayor. Ya tiene amiguitas y todo. -dijo el croata y los tres empezamos a reír.
El entrenamiento fue, como siempre, bien, algo duro pero bien. Al terminar, fuimos a la sala de descanso de la ciudad deportiva y los chicos estuvieron hablando sobre hacer algo esta noche. Miré mi móvil por si Carol me había dicho algo, pero como no fue así supuse que estaba mejor (o dormida). Me levanté del sofá donde estábamos pensando planes para ir a hablar con Sergio Llul, jugador del Real Madrid de baloncesto. No nos solemos ver mucho pero alguna vez que otra coincidimos por aquí o en enfermería.
-¿Y tú qué tal, tío? -me preguntó.
-Pues bien, bastante bien la verdad. -le dije sonriendo.
-Me alegro mucho. -me dijo y Carol apareció por la puerta. Vino hasta mí y le sonrió con su típica sonrisa a Llul.- Hola Carol, ¿qué tal?
-Muy bien, como siempre. -le dijo ella. Sergio se disculpó ya que se tenía que ir y salió de la sala. Fuimos hasta el sofá y ella se sentó entre mis piernas.
-Carool. -le dijo a modo de saludo Isco.
-Iscoo. -le contestó ella.- ¿Qué hacéis chicos?
-Pensar en algún plan para esta noche. -le respondió Pilar, que había venido junto con el resto de novias a pensar con nosotros.
-¿Cena en algún restaurante? -propuso Casemiro pero la rechazamos porque casi siempre quedábamos para cenar.
-¿Y si hacemos una fiesta de pijamas? Así también entretenemos a los niños. -dijo Carol.
-Ostia que buena idea. -dijo Lucas.- Yo me apunto.
-Vale, tendréis que traer vuestro pijama más sexy. El que gane se llevará un premio. -dijo la rubia y todos asintieron.
Nos separamos para ir a por nuestros pijamas y ya de paso hacer algo de tiempo porque todavía era muy pronto. A la hora y media aproximadamente llego de nuevo a Valdebebas y veo a muchos de mis compañeros con sus pijamas, lo que nos vamos a reír esta noche...
-¿Como están ustedes? -dijo Carol entrando por la puerta con un pijama de Minnie.
-¿Pero tú no decías que había que venir con el pijama más sexy? -dijo Nacho riendo.
-Claro, es que este es mi pijama más sexy. Minnie es muy sexy. -aclaró ella.
-Minnie no es sexy. -dijo Marcelo riendo.
-¿Perdón? Yo soy sexy, yo llevo puesto un pijama de Minnie por lo que... Minnie es sexy. -dijo Carol y todos reímos aún más fuerte.
Cuando estuvimos todos, encargamos unas pizzas (unas cuantas la verdad, porque éramos muchos) ya que una vez al año, no hace daño y vimos una peli cenando. Después jugamos a varios juegos de mesa o a algo del estilo "gestos" o "adivina la película".
-Venga va, Marco y Carol, que vosotros no habéis salido. -dijo Rubén y ella y yo nos levantamos para ver qué película nos tocaba interpretar.
-Ya la tengo, La dama y el vagabundo. -dijo María. Carol asintió y cogió una lengua (la chuche) de la mesa en la que estaban los niños para hacer la típica escena del espagueti. A ver, esa escena acaba en beso, y así acabo la nuestra, con un pico. Estábamos grabando casi toda la noche porque estábamos casi todos y estaba yendo muy bien, nos lo estábamos pasando de 10.
Terminamos el juego de las escenas y nos dividimos en varios grupos. En 15 minutos teníamos que tener una coreografía montada (estábamos capitaneados por los bailarines que habían venido). El equipo ganador fue el de Carol, pero se lo habían ganado. ¿Sabéis lo divertido que fue ver a Kroos y Benzema bailar el "Single ladies" de Beyoncé?
-Ahora vuelvo Marquito, voy a ver a mis niños. -me dijo Carol, que estaba a mi lado viendo como Laura y Daniel luchaban por ganar el uno al otro en el Just Dance, levantándose para ir a ver que hacían los hijos de mis compañeros. Yo me levanté con ella.- ¿Que hacéis chicos?
-Estamos intentando aprender el baile del vaso. -le contestó Enzo, el hijo mayor de Marcelo.
-Yo sé hacerlo, ¿queréis que os enseñe? -dijo y los niños asintieron con la cabeza. Ella cogió uno de los vasos que tenían ellos y les enseñó paso por paso, despacio, como se hacía. En menos de cinco minutos ya sabían hacerlo, no era muy difícil y Carol es muy buena profesora.
-¿Podemos hacerlo rápido, tía Carol? -le preguntó Alejandra y ella asintió.
-Pero hay que cantar, ¿vale? ¿Os sabéis la canción?
-Sí, después de ver el vídeo tantas veces para aprender lo del vaso, nos hemos aprendido la canción. -dijo Enzo riendo.
-Tengo un billete para huir de aquí... -empezaron a cantar todos.- Si me voy, si me voy. Me extrañarías si me voy.
-La quieres, ¿verdad? -me dijo Rubén apoyando una mano en mi hombro. No me había dado cuenta de que me había quedado embobado mirándoles hasta ese momento.
-Mucho. -dije sin apartar la mirada de los niños y de mi rubia favorita.
-No le hagas daño, por favor. -me dijo el bailarín y yo asentí.
-Nunca lo haría.

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Perdón por no subir capítulo ayer🙏🏼 Más tarde subiré otro, pero de momento os dejo este (que es un poco larguito) que espero que os guste mucho💖
Por cierto, ayer jugó el Real Madrid y Marco volvió a jugar después de once meses con gol y asistencia incluido, ¿lo visteis?
¡Muchas gracias a todos por el apoyo!😍

El mejor error de mi vida {Marco Asensio}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora