Capitulo 20. Vuelos

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Son las 05:30 de la mañana y estoy en el vestíbulo de Valdebebas esperando a que mis queridísimos compañeros decidan bajar. Quedamos todos aquí para ver que no nos dejábamos a ninguno por el camino e ir juntos hacia el aeropuerto. De momento solo estamos Daniel, Celia, Bruno y yo, bueno, Javi, Miriam y Florentino también.
Marco me trajo hasta aquí y se quedó esperando conmigo hasta que llegara alguien. Después subió a su habitación de la ciudad deportiva porque "no voy a irme para volver en un par de horas" me dijo literalmente. Me despedí de él con un largo abrazo, le voy a echar mucho de menos. Así se lo hice saber pero él me contestó con un "pues yo no" sacándome la lengua cual niño de 4 años, pero en verdad sé que es mentira y que sí me va echar de menos.
Al cabo de unos cinco minutos mis compañeros hicieron acto de presencia en recepción y pasamos a hacer recuento. Si, si, como en las excursiones de primaria.
-Rubén. Falta Rubén. -dije al darme cuenta de que mi mejor amigo no estaba.
-¿Nadie lo ha visto? -preguntó Javi y todos negaron.
-Nada oye, que me va a dar el día. -dije soltando mi maleta.- Querido Rubén, como te pille te enteras. -añadí dirigiéndome a los ascensores para ir a su habitación. Mis compañeros rieron.
De verdad que estoy medio zombie, yo sin mis 8-10 horitas no soy persona y está claro que hoy no las he dormido. Llamo medio dormida medio enfadada medio emocionada (por ir a Roma, no por ver a Rubén) a la puerta de la habitación de mi amigo. Él me abre como si nada y yo me cruzo de brazos.
-¿Que pasa Carol? ¿De morros a primera hora? -dijo abriendo sus brazos y acercándose a mí para abrazarme.
-Te estamos esperando abajo, solo faltas tú.
-¿Si? Pues vamos entonces. -me dijo. Cogió la maleta (que la tenía al lado de la puerta) y salió de su habitación cerrando la puerta. Empezó a andar y yo me quedé atrás con cara de idiota. Bajé los brazos sin entender nada y puse una mueca.- ¿Vienes o te quedas ahí todo el día? ¡Que tenemos un vuelo que coger!
-Mira Rubén, no me toques los ovarios. -le dije entrando al ascensor con él. Mi amigo solamente rió dándole al 0 para bajar.
Al llegar abajo, después de que las puertas del ascensor se abrieran, vi a mis compañeros de equipo y los jugadores de la primera división. Subí una ceja en busca de una respuesta.
-Buenos días, ¿vamos? -dijo Marcelo medio bailando.- Tenemos que ir a Roma.
-¿Roma? ¿Venís con nosotros? -pregunté desconcertada y todos asintieron. Yo pegué un pequeño gritito y corrí hacia Marco, el cual me estrechó encantado entre sus brazos.
-Bueno, venga. Que al final no llegamos. -dijo Javi.
-¿Todos lo sabíais? -dije cogiendo mi maleta con la mano izquierda ya que mi brazo derecho estaba en la cintura del mallorquín. Todos los presentes asintieron y yo abrí la boca indignada.- Me habéis marginado de todo, QUÉ FEO. -dije dramática para después reír.
-¿Y la sorpresa qué? No íbamos a destrozarla. -me dijo Daniel.
Nos subimos al autobús oficial del equipo y pusimos camino al aeropuerto de Madrid. En el autobús me senté sola para así poder medio tumbarme y dormirme un poco. Sergio me despertó al llegar a nuestro destino y medio adormilada, sin ver muy bien, bajé del autobús. Tuve suerte en no caerme y hacer el ridiculo.
Pasamos los controles y embarcamos. El vuelo no iba con retraso, lo que significaba que se suponía que llegaríamos a la hora prevista. A mi lado en el avión iban Isco y Navas, que me caían genial. Me apoyé en la ventanilla para intentar dormir pero, aunque me moví intentándolo, no encontré la postura idónea como para dormir tranquila y a gusto.
-Pareces una serpiente moviéndote tanto. -dijo Isco y yo abrí los ojos, los tenía cerrados aunque estaba despierta.
-Es que estoy en busca de LA postura. -dije riendo con ellos remarcando el "la". Estuvimos unos minutos hablando hasta que decidí intentar probar suerte de nuevo. Me revolví en el asiento y conseguí estar en una posición más o menos cómoda como para dormir todo el vuelo, pero había demasiado ruido y no podía conciliar el sueño.- POR FAVOR OS LO PIDO, NECESITO DORMIR MIS HORITAS. SI ME QUERÉIS, CALLARSE. -dije y todos rieron. Se oyó menos barullo, pero de todas formas no podía dormir. Me levanté de mi asiento y fui a ver a Marco. Esperaba encontrármelo con el móvil o al menos escuchando música, pero él, al contrario que yo, estaba dormido. Me marché, no sin antes hacerle una foto (no puede ser más adorable) y fui a buscar movimiento. Yo soy muy de extremos, así que si no puedo dormir, al menos que haya fiesta.
Estuve dando vueltas por el avión cual perro abandonado (no lo hagáis, eso está MUY mal😇) hasta que llegué al asiento de Marcelo. Este daba al pasillo y llevaba auriculares. Le quite uno de ellos y me agaché para no tirarle. Él me respondió con una sonrisa y yo seguí el rollo de la canción.
-Me sé una canción en portugués. -le dije y él me miró sorprendido.
-¿De verdad? -me preguntó y yo asentí.- ¿Como se llama?
-Pais tropical. -dije poniendo acento portugués.
-¿Bromeas? Yo también me la sé. -me dijo riendo y yo empecé a cantarla. Él me siguió el rollo y se nos unió Cristiano, que estaba en el asiento de atrás. Al final, sin darnos cuenta, fuimos subiendo el tono de voz y muchos de nuestros compañeros centraron su atención en nosotros.
-Todos meus amigos, meus camaradinhas me respeitam. Essa é a razão da simpatia. Do poder, do algo mais e da alegria. -canté mientras que ellos dos hacían los coros de esa parte. Muchos de los presentes se unieron a nuestra fiesta (aunque cantando casi siempre en español).
-Oye Carol. -me llamó Lucas.- Creo que esta duda la tengo yo y todo el avión, ¿cuantos idiomas hablas?
-Español obvio, -empecé diciendo riendo.- inglés, francés, italiano, alemán, portugués y sé hablar chino, pero no escribirlo, que es dificilísimo. -expliqué y todos abrieron sus bocas.
-Madre mía, eres un traductor. Google traductor sabe menos idiomas que tú. -dijo impresionado Carvajal y yo reí.
-Eres una máquina. -me dijo Marco y yo le sonreí.

Puede, y solo puede, que me esté empezando a gustar Marco. No quiero precipitarme y mucho menos perder mi amistad con él pero... ¿Y qué hago? ¿Olvidarme de él o todo lo contrario?

El mejor error de mi vida {Marco Asensio}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora