Capitulo 46. Resaca

885 36 2
                                    

¿Se puede saber quien cojones inventó el alcohol? Porque estoy segura de que esa idea tan pésima se le ocurrió en el baño.
Me despierto a las 15:37 de la tarde después de pasar una noche tan, tan no sé. Bebí como una loca, un cubata detrás de otro hasta tal punto de que llegó un momento de que no sabía ni siquiera lo que me estaba bebiendo. Por si no lo sabéis, yo no soy de beber, de hecho no me gusta para nada el alcohol. Detesto el alcohol y la mañana siguiente a la fiesta. He pasado tantas cosas malas en las últimas semanas que ayer no me corté ni un poco con los vasos en la discoteca a la que me invitó Pilar. En qué mala hora...

{Día anterior. 18:22. Casa de María y Nacho}
Acabamos de terminar la clase de ballet de Ale. Sus padres ya le habían apuntado a una escuela de baile, pero las complementa con "las clases de la tita Carol" porque dice que conmigo, que soy peor que su tía real y le consiento aún más que Maite (hermana de Nacho), se lo pasa mucho mejor. Un día fuimos las dos juntas, sin María ni nada, a comprar nuestros trajes. Alejandra se lo pasó genial en la tienda de trajes oficiales de baile a la que yo siempre voy. Se probó más de seis conjuntos distintos y al final se decidió, claramente y como no podía ser de otra forma, por un maillot rosa con los tirantes de la espalda cruzados y una falda de ballet del mismo color. También le compré unas punteras como las mías (es decir, profesionales pero para niña) y otras para principiantes. Yo, a petición de mi acompañante, me compré solo un maillot negro con la espalda abierta en U con encaje de flores. Para las clases utilizo las punteras que ya tengo. Las chicas estaban mirando los avances de la hija del defensa y así aprovechando tiempo juntas, que desde lo que pasó (no quiero llamarlo por su nombre) no nos hemos juntado con la misma frecuencia que antes.
-Tengo el mejor plan que se os pueda ocurrir. -dijo Maca llamando así la atención de todas nosotras.- ¿Just dance?
-Por mí perfecto eh, que así quemo las calorías de las navidades. -contestó Alice haciendo que todas nos riéramos con ella. Al final, tal y como la mujer de Lucas había dicho, fue el mejor plan y subimos hasta el comedor (estábamos en una parte del gimnasio de Nacho en la que habían puesto un espejo que ocupaba la pared entera de ese apartado y unas barras de ballet. Unas a la altura de Ale y otras a la mía para las clases. Ale y yo no nos habíamos cambiado y seguíamos con los trajes de baile, yo con mi maillot negro y ella con su falda y maillot rosa palo. Yo me había quitado las punteras pero mi alumna se había dejado las de principiantes, que no tienen base plana en la que apoyarse.
-Está claro que ya sabemos quién va a ser la ganadora pero bueno, habrá que intentarlo, ¿no? -comentó Pilar y las demás reímos.
-Nunca se sabe, nunca se sabe. -dije ya que, no sé por qué (nótese la ironía), todas sabíamos que se refería a mí.
-En este caso déjame decirte que sí lo sabemos, sí. -dijo María haciendo que volviéramos a soltar otra carcajada.
-Mami, quiero jugar contra la tita Carol. -dijo Ale tirando un poco de los pantalones de su madre en señal de impaciencia por nuestras largas charletas a las que la niña ya estaba acostumbrada porque sí, hablamos demasiado.
-Acepto el reto. -le dije y ella me contestó con una mirada entre cariñosa y desafiante. Se giró haciendo volar su melena morena y haciéndonos reír a carcajadas.
-Te voy a ganar. -me dijo y así fue. Me tropecé, el mando de la Wii no seguía los pasos y en mi lado de la pantalla solo aparecía "mejorable" "podría estar mejor" y cosas del estilo. Desde el primer momento sabía que esta partida iba a salir con Alejandra como ganadora y su sonrisa de oreja a oreja valió la pena completamente.
-¿Un solo? -pregunté al ver que Sara había seleccionado esa forma de baile. Habíamos hecho hueco entre el sofá y la tele y se podía bailar perfectamente. Ella asintió y empezó a moverse mi muñeco al ritmo de *******. Se oyó la puerta de la entrada así que Nacho había llegado de Valdebebas.
-Yo quiero bailar así. -dijo Alice como si estuviera llorando y nosotras reímos. "Limbo" fue la siguiente canción que bailamos entre Maca y yo y Alice y Pilar. ¿Reír hasta llorar? Lo hicimos bailando esta canción. Fue divertidisimo.

Narra Marco
Limbo resonaba en la casa del defensa madridista. Isco, Lucas y yo nos miramos entre nosotros al no entender nada cuando Nacho nos abrió la puerta y pasamos hasta su salón. Ahí lo entendí todo. Estaban las chicas jugando al Just Dance y Carol, Maca, Alice y Pilar estaban bailando y riendo mientras que las restantes chicas estaban en el sofá riendo más aún que las "bailarinas".
Yo, como ya os podéis imaginar, me quedé mirando a Carolina. Iba solo con un maillot negro con la espalda abierta y con encaje. Estaba preciosa, es preciosa. Admito que babeé el suelo de la casa del de Alcalá, pero es que no pude evitarlo.
Al rato los chicos y yo nos fuimos a la cocina a esperar a que las chicas terminaran de jugar para hacerlo nosotros hasta que María apareció en la cocina.
-¿Os apetece salir esta noche? -nos dijo y todos contestamos con un rápido y claro "sí". Nos levantamos de la mesa que había en la cocina y salimos para reunirnos con las chicas en el salón. Vi a María y Pilar hablando con Carolina, que estaba negando con la cabeza.
-Chicas, no voy a ir. -sentenció la rubia.
-¿Por qué no a ver? -le preguntó Pilar cruzándose de brazos y mirándola fijamente.
-Porque no voy a estar cómoda.
-Es que no vas a estar con ellos, vas a estar con nosotras. -le dijo María y Carol rodó los ojos. No quería ir por mi presencia. Al final, con esas palabras de María, Carolina echó su cabeza hacia atrás. Le habían convencido.
Fuimos con varios coches. Nosotros pasamos directamente por la puerta de atrás para que nadie nos viera y que se liara mientras que las chicas pasaron por la puerta normal. De repente, mientras que nosotros estábamos sentados en una mesa con nuestras bebidas (sin alcohol) en la que se podía ver la pista de baile de abajo, se empezó a crear un inmenso grupo de gente gritando y volviéndose loca. María, Pilar, Maca y Alice ya estaban en las escaleras, mientras que Sara y Carol estaban en el centro de esa ola de personas. "¡Carolina un autógrafo por favor!" "¡Es Carolina Díaz!" oí entre muchos otros gritos de la gente. Habían reconocido a la bailarina y ahora no iba a ser fácil salir de ahí. Los trabajadores de seguridad se percataron del panorama y consiguieron liberar a la novia de Isco y la rubia (qué triste me pone, y de verdad os lo digo, no poder decir "y mi novia").
"De mi vida te bote, yo te bote." "La' matemática a ti te fallo, que te lo dije yo, y mi cama suena y suena ." "Ya no quiero rosas, soy el león que se comió las mariposas." -cantaba Carol a pulmón y se movía al ritmo de la música. Estaba bebiendo. Estaba bebiendo mucho. De hecho ya no sé si bailaba o era el efecto del alcohol el que le hacía moverse. Se acercó malamente a nosotros mientras se tambaleaba ligeramente hacia los lados. Bertto y Brandon, que habían venido de Mallorca para estar unos días conmigo, también habían venido para pasar un buen rato.
-¿Sabes que Marco? -dijo Carolina refiriéndose a mí. Como si fuera una corriente eléctrica algo recorrió mi espalda de arriba a abajo al escucharle decir mi nombre. Hacía mucho que no hablaba conmigo y, por lo tanto, que no lo pronunciaba.- Gracias por engañarme como a una idiota. De verdad, gracias. -dijo y soltó una risita.-  Me has hecho darme cuenta que de buena soy tonta. El mundo no merece personas como yo por gente como tú. Así que gracias por enseñarme a no dar tanto de mí. -terminó de decir como pudo y yo simplemente agaché la cabeza. Llevaba razón. Nadie se merece a alguien tan bueno como Carolina a no ser que fuera mártir en la otra vida ni a nadie tan malo como yo a no ser que fuera Judas.- Por cierto guapo, ¿tú y yo nos conocemos? Porque no me importaría conocerte para nada... -le dijo Carol a Bertto, que estaba a mi lado guiñándole un ojo. Los demás de la mesa intentaron esconder la risa que habían soltado al oír a Carol tirarle la caña a mi amigo. Yo, en cambio, fruncí el ceño. No me hacía ni puta gracia.

{Al día siguiente}
Llegué al comedor y me senté en la mesa dispuesto a desayunar con mis compañeros antes de salir a entrenar.
-Tia, me duele todo. -dijo Carolina entrando en el comedor con la mano en la frente.- ¿Que bebí anoche?
-Ni tú lo sabías. Podías pasar perfectamente del JB a un zumo de piña para volver con un Brugal con Coca-Cola entre las manos. -le contestó Maca riendo.
-Joder. No sé ni cómo me he levantado de la cama. -respondió la rubia intentando sonreír aunque acabó soltando una risita por el desastre que hizo anoche.- Te juro que no me acuerdo de nada.

Podríais decirme que lo que ayer me dijo Carolina era solo por el alcohol que corre en sus venas, pero no. Sé que Carolina bebió por lo mal que está con lo que le hice, porque ella no bebe. Sé que lo que me dijo, aunque estuviera en malas condiciones, era totalmente cierto.
Los borrachos y los niños siempre dicen la verdad, ¿no?

El mejor error de mi vida {Marco Asensio}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora