Capitulo 23. European dance competition

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Hoy empieza la competición de baile más importante a nivel europeo. Seguimos sin saber en qué baile nos cambiarán la canción y en qué condiciones. Llevamos varias coreografías y más o menos de todo ya que poco a poco nos iban dando pistas o indicaciones sobre cómo irán las rondas.
Estoy nerviosa, mucho, pero creo que es totalmente normal, ¿no? O sea, toda mi vida he visto tanto el campeonato de España como el europeo, al igual que cualquier competición (fuera del país que fuera, más importante o menos...), desde la televisión en mi casa, y obviamente he pensado en más de una ocasión "algún día yo estaré allí", pero lo veía tan lejano... Siempre me han dicho que bailo bien y, aunque eso yo ya lo sabía, que el baile era lo mío, pero de ahí a ser la mejor bailarina del país o venir a competir aquí... hay un paso y de los grandes.

Bajo al autobús, que nos espera en la puerta, y veo que todos mis compañeros (menos los jugadores, obviamente) van con el chándal del equipo y me hace gracia ya que parecemos niños que van de excursión con el uniforme de su colegio. Me siento en el primer asiento que veo libre al lado de la ventana, conecto los auriculares al iPhone y me quedo mirando por la ventana hasta que el autobús está lleno y empieza a moverse. Siento un peso en el asiento de al lado y levanto la cabeza para ver quien es. No me sorprendo al ver que mi acompañante es Marco. Estoy nerviosa y es por la mañana, no muy temprano pero tampoco hace mucho que me he despertado, por lo que no me apetece mucho hablar. Solamente le tiendo mi auricular el cual se coloca en su oreja y apoyo mi cabeza en su hombro.
Cuando llegamos, después de comprobar que todo estuviera en orden, fuimos a ver el escenario. Teníamos una hora para practicar nuestras coreografías (o las que te dieran tiempo, porque una hora es muy poco). Al igual que en España, las pruebas son eliminatorias por lo que no podíamos fallar. En los europeos lo que no hay son solos, por lo que no hay premio a mejor solista masculino o femenina, solo hay un premio llamado "Bailarín revelación", pero hay que ganarlo entre todos los bailarines de todos los equipos de la competición, por lo que es muy difícil. Yo, sinceramente, no voy a salir al escenario pensando en conseguir ese premio, voy a salir a luchar por mi equipo entero, que para eso estamos aquí.

-¿Estás nerviosa? -me dijo Marco sacándome de mis pensamientos. Estamos entre bambalinas ya que ahora van a salir a bailar los chicos hip-hop.
-Pues sí. Luego cuando salgo no tengo tantos nervios, pero ahora...
-A mí también me pasa. -dijo teniéndome una botella de agua. ¿Puedes ser más bonito? No.
-Muchas gracias Marquito. -le dije sonriendo cogiendo la botella.- Bueno, a ti te ven más personas.
-Sí, bueno. Hay veces que siento demasiada presión por demostrar que de verdad valgo para el fútbol.
-Mira Marco, tu trabajo no es fácil y eso lo sabemos todos. La prensa os agobia mucho pero al único que tienes que demostrarle algo, siempre, en cualquier aspecto de la vida, es a ti mismo. Estás en el Real Madrid y aquí no está cualquiera. Te aseguro que sabemos que vales para esto. -le dije cogiéndole las manos y él me sonrió dulcemente.
-Me ayudas muchísimo. -me dijo y yo le sonreí quitándole importancia.- Ah, y que sepas que mucha gente os sigue a vosotros también. En más de una cuenta madridista te he visto a ti o a los chicos en los entrenamientos o enviándoos fuerza y apoyo para las competiciones.
-El madridismo es increíble. -le dije y él asintió dándome la razón. Nos acercamos al resto de grupo para ver bailar a mis compañeros. Lo estaban dando todo y confiaba en que pudiéramos pasar a la siguiente ronda. Obviamente aquí estamos los mejores y no lo van a poner fácil.
Noto la mano de Marco acariciándome la espalda tranquilizándome. Es verdad que me pongo muy nerviosa pero no me suele durar mucho. Cuando competimos en Vigo, hablé con Marco por teléfono y mensajes, pero tenerle aquí es infinitamente mejor. Le sonrío y me abrazo a él, tiene un don para tranquilizarme y darme esa sensación de seguridad.
Finalmente, conseguimos pasar de ronda y acabar un poco en el campeonato. España nunca había conseguido ganar la competición. Me despido de los chicos para ir a una reunión de capitanes, por lo que supongo que nos darán más pautas para los bailes siguientes.
La organizadora habla en inglés y tras terminar de anunciarnos todo (que no duró ni cinco minutos), nos marchamos todos los capitanes a comunicarlo al resto del equipo.
-Que rápido, ¿no? -me dijo Jùlia cuando llegué a la sala en la que todos estaban, como no, estaba al lado de Marco. Yo rodé los ojos y obvié su aportación.
-Vale chicos, necesito saber cuantos idiomas sabéis. Nos juntarán con personas de otro país y tendremos que formar una coreografía. -dije.
-A ver, yo controlar controlar... el inglés y algo de francés.  -dijo Ana.
-¿Y tú, Carol? -me preguntó Nacho.- Tú sabes muchos idiomas.
-Yo no puedo Nachete, tengo que estar atenta por si nos vuelven a llamar, aquí nunca se sabe.
-Yo sé hablar polaco, inglés y me puedo medio defender en francés. Mi familia es polaca. -dijo Bruno.
-Decidido. Bruno, bailarás en la próxima prueba. -dije sonriente. Me marché con él para reunirme con el grupo que nos había tocado; Polonia (sorprendentemente), Finlandia y Alemania.

Pasaron las horas y Bruno defendió a nuestro equipo junto con los compañeros de otros países que nos habían tocado una coreografía urbana, quedó bastante bien y pasamos de ronda. El campeonato ya empezaba mañana así que teníamos el resto de la tarde libre.
-Marco, que no. Que yo paso de ser el Barça. -le dije. Estábamos echando un FIFA en la sala de descanso. Él se me había adelantado y había cogido el Real Madrid.
-Saluda a cámara rubia. -me dijo. Dejé de mirar la pantalla de la televisión y mi mando para mirarle a él. Me estaba enfocando con su móvil y rápidamente me tapé la cara.
-No lo subas. -le dije y él soltó una carcajada.
-Ups, tarde. -dijo y yo le fulminé con la mirada.
-Bórrala.
-Pero si sales muy guapa.
-Estoy segura de que salgo preciosisima. -le dije intentando forcejear con él para quitarle su móvil.
-La cámara capta lo que ve, así que obviamente si.
-Marco joer.
-Si me coges el móvil te dejo borrarla. -me dijo echándose para un lado del sofá. Yo me levanté y me medio tumbé encima suya para intentar coger el móvil. Al final acabamos a muy pocos centímetros y el móvil dejó de importar, al menos para mí. Nos fuimos acercando poco a poco...

El mejor error de mi vida {Marco Asensio}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora