Por favor, ¿a quien le gustan los lunes? A ver, que yo sé que son un día más y que no hay diferencia a cualquiera de los demás, aunque lo último es mentira. Casi todos los domingos, por no decir todos, tenemos el día libre, lo que significa que no tengo que madrugar. Si, eso es lo peor de los días que trabajo porque luego no me molesta estar en Valdebebas o pasarme el día entero bailando. De hecho, todo lo contrario. Me encanta bailar, ya lo sabéis, incluso bailo fuera de las horas de "trabajo" por gusto y porque si, sin ningún motivo. Estar en Valdebebas también me encanta. Aquí todos los días hay gente y me encanta relacionarme y hablar, y no sé, digamos que soy muy extrovertida.
Miriam nos ha pedido que improvisemos encima del escenario. Yo me subo y canto una canción que se ha vuelto bastante especial para mí; Cuando me siento bien. Esta canción me recuerda mucho a Marco ya que el primer día que empezamos a hablar, yendo hacia la casa de Isco, sonó esta canción en la radio. La hemos cantado varias veces que hemos estado juntos, es muy nuestra.-Soy capaz de leerte la mente, arreglar los problemas de toda la gente. -canté cogiendo el pie de micrófono. Qué me gusta a mí creerme una estrella del rock.
Terminamos y nos pusimos a montar la coreografía de la final por si llegábamos a la última ronda del campeonato a nivel europeo. Todavía no teníamos todas las coreografías montadas y las que teníamos, no estaban terminadas del todo. Teníamos que trabajar muy duro si queríamos pasar de la primera rutina en la competición y clavar todos y cada uno de los bailes.
-Me mola tu sudadera. -me dijo Laura cuando cogí la sudadera del suelo del escenario. Hoy llevaba la misma que Marco me dejó hace unos días. Me encanta que huela a él y el simple hecho de que sea suya.
-Bueno, en verdad no es del todo mía. Era de Marco, ahora si, es mía. -dije andando con mi amiga al lado.
-Uy uy, ¿que te traes con Marco? -dijo Rubén uniéndose a la conversación. Él y Daniel se nos pegaron de camino.
-No me traigo nada con nadie. Es mi a-mi-go. -le dije.
-Eso es lo que es pero no lo que quieres que sea. -me dijo Daniel y alargué mi pierna para darle una patada en el culo. Él usa a Laura como escudo humano y se lleva la patada. Ella se queja y luego le da una colleja al rubio. Aunque no lo admitan todos sabemos que entre ellos hay algo más que una amistad.
-Ay perdón Lau. -le dije.
-Ay perdón Lau. -me hizo burla Rubén. Alargué la pierna pero él se anticipa a mí y empieza a correr. Yo echo a correr detrás de él y me choco con Juan, uno de los limpiadores.
-Perdón Juan, iba persiguiendo a Rubén y no te he visto. Perdón, de verdad. -le dije agachándome a por los trapos que se le habían caído para que él no tuviera que agacharse.
-No te preocupes, Carol. -me dijo. Hace un tiempo que conseguí que dejara el "señorita Carolina" a un lado y me llamara Carol.- Iba con prisas porque Luisa y yo tenemos que ir a una cita con el médico de nuestro hijo. Si no vamos rápido no dejaremos todo limpio y nos quitarán las horas del sueldo, y es una cosa que no nos podemos permitir. -me explicó. Luisa es su mujer y también trabaja aquí, aunque ella como cocinera.
-Pero Juan, ¿como no me habías dicho nada? ¿A qué hora tenéis la cita? -le pregunté.
-A las 10:30.
-¡Pero si son y diez! -exclamé mirando el reloj que tenía en mi muñeca.- Ve a buscar a Luisa, yo me encargaré de limpiar las instalaciones y de ayudar en la cocina, así no os quitarán el dinero en el sueldo.
-¿Como te vas a hacer cargo tú de nuestras tareas? ¡Es inaceptable! -me dijo.
-Juan, no se me van a caer los anillos. Corre, confía en mí.
-Está bien, no sabes cuanto te lo agradecemos. -me dijo sonriendo. Me encanta poder ayudar y más si te lo agradecen con una sonrisa así. En este mundo hay dos tipos de personas: las que por la calle van sonriendo o las que no sonríen ni viendo un capítulo de La que se avecina. Yo soy del primer tipo de personas. Una sonrisa no significa nada a escalas mundiales pero puedes alegrar el día a alguien y, al menos a mí, me da mucha tranquilidad y una muy buena impresión la gente que es de mi tipo.
Tras pasar toda la mañana entre trapos en el gimnasio, la sala de baile y los vestuarios, me dirijo a la cocina para que la comida esté preparada. Los cocineros me miran como si estuviera loca y me hubiera perdido, como si no supiera que estoy en la cocina y creyera que estoy en la sala de baile.
-¿Carol? -me dijo una de las cocineras.- ¿Que haces aquí?
-Luisa y Juan se tenían que ir al médico y, para que no les quitaran el dinero correspondiente a hoy en el sueldo a fin de mes, les estoy echando una mano. Espero que no os importe. -les dije poniéndome un delantal.
-No niña, no te preocupes. Aquí no molestas, y que sepas que este gesto dice mucho de ti, es muy bonito. Tienes un gran corazón. -me dijo Pili.
-Muchas gracias Pili. -le dije y me puse manos a la obra. Al cabo de una hora se empiezan a oír sillas y voces, mis compañeros ya están aquí.
-Hoy le tocaba servir a Luisa, ¿quieres que salga yo? -me preguntó Lucas y yo negué con la cabeza.
-No tienes por qué. No me da ningún tipo de vergüenza ni nada. Yo saldré, pero muchas gracias de todas maneras. -le dije cogiendo una de las ollas que estaban apoyadas en la mesa de la cocina y salí, junto con Marisa y Carlos, a servir la comida.-Pero Carol, ¿que haces sirviendo la comida? -me preguntó Sergio con su acento andaluz.
-Resumiendo, Luisa y Juan tenían que irse y para que no perdieran dinero les he ayudado. No me sienta tan mal el delantal, ¿verdad? -dije esto último dando una vuelta y riendo.
-Qué buena persona eres. -dijo Nacho.
-Pues como vosotros Nachote. -les dije y seguí sirviendo comida. Me fijé en mis dos amigos cuando se sentaron en la mesa. Sergio empezó a hablar con sus compañeros de lado de mesa (ya que era bastante grande) y vi los ojos de Marco en mi dirección. A veces se turnan el llevarse la comida entre ellos (son muy vagos) y hoy él no había pasado por aquí.
-Por favor, démosle un aplauso a Carol, que ha limpiado y cocinado para que Luisa y Juan no pierdan ni un céntimo en su sueldo. -dijo Marco levantándose de su silla. Yo me tape la cara y negué con la cabeza. Todos aplaudieron como dijo el mallorquín y él vino hacia mí.- Nunca he conocido una mejor persona que tú, rubia. -me dijo pasando al lado en el que yo estaba hace nada sirviendo la comida y me abrazó.
-Mentira. -le dije.- Tú eres mejor persona.
-No, no lo soy. -dijo riendo.- Por cierto, te he oído.
-Cuando, donde y el qué. -le dije con una ceja levantada ya que no sabía a qué se refería.
-Esta mañana, en nuestro campo y cantar nuestra canción. Que sepas que me ha parecido muy bonito. -me dijo Marco sonriendo.
-Quererte tan fuerte. -empecé a cantar.
-Que tiemble de emoción el universo. -me siguió el rollo Marco. Al principio no nos sabíamos toda la canción a la perfección, pero ahora nos sabemos hasta las notas de la melodía.
"Que suerte tenerte
Cuando amanece y me dices te quiero."
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El mejor error de mi vida {Marco Asensio}
Fanfic||Primera temporada terminada|| Carolina Díaz es la nueva estrella en el mundo del baile y la música. Marco Asensio, la estrella de fútbol, se cruza en su camino. #6 realmadrid (20/06/2020) #3 realmadrid (08/09/2020) - #2 realmadrid (07/10/2020) - #...