Capitulo 13. Cambios

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No os alarméis, no os montéis películas como la que me monté yo. La "voz femenina" en la llamada de Marco era de Lucía, su prima, que había venido junto con su hermana Raquel, Igor y Gilberto a pasar unos días. A ellas les conocí en el partido y a su padre y su hermano les conocía de otros días por Valdebebas.
Ahora mismo estoy sola bailando en la sala de baile del interior de la ciudad deportiva. Desde el campeonato ha habido varios cambios, como las tres nuevas bailarinas o que ahora haremos una vez por semana un tipo de espectáculo para ensayar la voz y el baile a la vez, es decir, elegiremos una canción y la cantaremos y bailaremos. Podremos hacer grupos, parejas o cantarlas solos. Llega el final de mi solo y veo cómo Javi entra a la sala.
-Muy bien, Carol. -me dice aplaudiendo al terminar. Yo me levanto del suelo y le sonrío.- Venía a decirte que ya han llegado Celia, Jùlia y Ana, están en recepción.
-Está bien, me pongo las zapatillas y bajo. -le dije sentándome en una especie de banco que tenemos. Me puse las zapatillas para enseñarles todas las instalaciones, y después para poner a todos los bailarines a entrenar. Había preparado una rutina de ejercicios y una coreografía para ver su forma física.
-Ah, otra cosa. ¿Tienes la coreografía lista? -me dijo y yo asentí.
-Sí Javi, ya está preparada y una rutina de ejercicios también. Si la pasan sin ningún error, es que están muy en forma.

Javi y yo salimos de la sala de baile y yo me dirigí a abajo. Al llegar saludé a Teresa, la recepcionista y luego fui hacia las chicas.
-Hola chicas, soy Carolina, pero podéis llamarme Carol. Soy la capitana del equipo y soy la encargada de enseñaros la ciudad deportiva. -dije sonriendo amablemente.
-Si, una pregunta. ¿Vamos a bailar hoy? -me dijo Jùlia un tanto seria.
-Sí, cuando os enseñe todo y conozcáis al resto de los chicos, pasaréis una prueba de baile y otra con ejercicios de fuerza y cardio, así comprobaremos vuestra forma física. -les expliqué y empecé a andar. Ellas me siguieron y les fui haciendo un tour por Valdebebas. Les enseñé la sala de baile, el gimnasio, el comedor y los vestuarios. Después subimos para enseñarles sus habitaciones.
-Celia, esta es la tuya y Jùlia, esta otra la tuya. -les dije señalándoles las puertas de sus habitaciones después de enseñarle a Ana la suya.- Esta es la mía, si tenéis algún problema o necesitáis ayuda no dudéis en avisarme. -les dije abriendo la puerta de mi habitación.
-Me gusta tu habitación, ¿por qué esas son las nuestras? -me dijo Jùlia. Me estaba desesperando porque en todo el trayecto no había dicho nada bueno, al contrario que Celia y Ana.
-Porque esas son las habitaciones que hay libres ya que eran de las chicas que se quedaron fuera. -expliqué lo más tranquila posible.
-Pues a mí me gusta la tuya.
-Pues lo siento mucho, pero como tú has dicho, es la mía. -dije cerrando mi habitación.- Y ahora, seguidme por favor.
La última parte que quedaba por enseñarles eran las instalaciones de fuera. Salimos y primero fuimos a nuestro campo. Les mostré el escenario y les presenté a los compañeros que ya estaban allí. Después fuimos al de los jugadores de primera división. Les presenté a Zidane y luego Jùlia salió disparada hacia Marco, literalmente se subió a su espalda. Yo subí una ceja y miré la escena. El mallorquín estaba desconcertado y no entendía nada.
-Hola barbie, ¿qué tal? -me dijo Odriozola. Este chico no me termina de caer bien.
-Hola Álvaro, ¿tú no estabas lesionado? ¿Que haces aquí? -le dije y él me miró de arriba a abajo. Me tuve un contener para no soltarle tal ostia que le diera mareo.
-Sí, he venido a por mis cosas y a que me vieran los médicos, pero ya me iba. ¿Te apetece quedar algún día?
-Mmm, no creo que pueda. Tenemos que preparar el campeonato europeo. Bueno Odriozola, me tengo que ir. Adiós. -dije y me fui con Rubén, que estaba tecleando el teléfono. Salté a su espalda (aunque me recordó mucho a la escena de Jùlia con Marco) y nos fuimos a ensayar. Bailar con Rubén es muy fácil y a la vez muy divertido, sabe bailar muchos estilos y pilla todo muy rápido.
Tras estar un buen rato creando un dueto, miramos el reloj y vimos que era hora de comer. Pusimos camino al comedor y Rubén puso música antes de entrar. Empezamos a bailar riéndonos, nosotros bailábamos a todas horas y no nos importaba hacerlo delante de todas las personas que ya estaban sentadas en la mesa. Daniel y Laura se nos unieron porque era una coreografía que montamos un día en la playa de vacaciones. Terminamos y fui a sentarme a mi silla, al lado de Marco. Desde que volvimos de las vacaciones todos nos llevamos mejor entre nosotros y nuestra mesa se ha quedado prácticamente vacía ya que hemos decidido comer todos juntos en la mesa de los jugadores. Miré a Jùlia y fui hasta allí.
-Mmm, Jùlia. -le dije rascándome la nuca ya que no me gusta meterme en rollos.
-¿Te importa? Estoy hablando con Marco. -me dijo seria girándose con una sonrisa hacia el mallorquín. Miré a Sergio, que estaba en frente y me hizo un gesto con la cabeza señalando hacia la nueva, dándome a entender que no me callara.
-Jùlia. -dije más seria de lo que acostumbro, ya dije que no suelo estar enfadada muy a menudo.- Ese es MI sitio, MI silla, así que ya puedes estar moviendo tu culito a aquella silla, que es la suya. -dije señalando la silla que le correspondía y sonriéndole falsamente.
-Carolina, ¿donde pone tu nombre? Porque yo no lo veo. -me dijo encarándome.
-No hace falta que lo ponga, este es mi sitio y punto. -le dije acercándome aún más.
-Lo siento Jùlia, este es su sitio. -le dijo Marco. Ella le miró y luego me miró a mí mal, muy mal. Bufó y pasó por mi lado para ir a su silla, pero antes de irse se encargó de susurrar un "Esto no quedará así" en mi oído.
Le sonreí y me senté, finalmente, en mi silla. Miré al frente y vi como Sergio y Daniel me miraban sonriendo orgullosos. Marco pasó uno de sus brazos por mis hombros y me apretó contra él. Yo le sonreí y acepté el cariñoso gesto del mallorquín.

El mejor error de mi vida {Marco Asensio}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora