Capitulo 45. Artista

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Narra Marco
¿Nunca habéis sentido que hagáis lo que hagáis, digáis lo que digáis y penséis lo que penséis, todo parece estar en tu contra? Hablé con Carol y me dejó peor aún de lo que estaba con sus palabras, hablé con Jùlia para que no se montara películas de un futuro juntos ni nada por el estilo y que me explicara como cojones sabe que Carol me regaló dos entradas (supongo que para que fuéramos ella y yo) para ir al concierto de Efecto pasillo pero la rubia apareció con comida y se fue mirándonos con rencor y tristeza en sus ojos. Está claro que no estoy dando en el clavo para nada y no sé con quien hablar, a quien pedir consejo sin que me reprochen lo estúpido que fui al hacer esa maldiga apuesta. Sí, hasta mi padre y mi hermano me lo han recordado en más de una ocasión: "ay hijo, siempre te he dicho que no hay que apostarse nada" "tío tú eres tonto, Carol era la cuñada perfecta" "la has perdido por ti mismo".
Todos los días me despierto a media noche y siempre me encuentro lo mismo, el lado en el que ella dormía vacío. No paro de pensar en ella ni un solo segundo, de maldecir el día en el que dije que si a la proposición de Odriozola y de no poder dedicarle los goles que marco en los partidos. El día en el que acepté jugarme 400 euros, que afortunadamente no necesito, con Álvaro pensaba que iba a ser fácil; hablar con ella, hacerme su amigo, luego hacer que se pillara por mi y luego olvidarme de ella con una apuesta ganada, el ego por las nubes al ver que una más había caído en mis encantos y con 400€ más en mi cartera. Pero lo que no sabía era que la rubia me iba a cambiar, me iba a abrir un mundo nuevo para nosotros dos. Tampoco sabía que iba a tener, por poco tiempo, una relación perfecta y que eso de "olvidarme de ella" no iba a ser tan fácil (me parece imposible en estos momentos) como en ese momento pensaba.

Entro a Valdebebas y me uno a los chicos que estaban hablando en el gimnasio.
-¿Que tal Chencho? -me dijo Lucas al verme.
-Bueno, lo mejor que puedo estar. -digo diciéndomelo a mi mismo más que a mis compañeros.
-Estoy seguro de que en algún momento todo se arreglará. -me intentó animar Carvajal acompañando sus palabras de una palmadita en la espalda. Yo resoplé y asentí no muy convencido. Los chicos han pasado de reprocharme y echarme todo en cara en cada momento a intentar levantarme la moral. Yo se lo agradezco infinitamente, pero no están obteniendo resultados y yo tampoco.
Hicimos el entrenamiento entre conversaciones variadas, desde como vemos a los equipos de otras ligas a cosas familiares. Hoy tenemos sesión doble para centrarnos en preparación física por la tarde en el gimnasio. Todavía no habíamos hecho esta comprobación de que estamos perfectos para competir desde que nos fuimos de vacaciones así que hoy tocaba. Pasamos después de una ducha al comedor donde ya estaban muchos compañeros de instalaciones sentados en sus correspondientes mesas. Yo alcé la mirada dirección la mesa de bailarines pero faltaba la cabellera rubia de Carolina. Empezamos a comer sin Carolina, Javi, Miriam, el profesor de canto y Florentino.
No hacía más que oírse una canción. Siempre la misma y de la misma voz. Carolina y Bang Bang (Ariana Grande, Nicky Minaj y Jessie J). Qué bien quedaba esa canción en su voz. Acababa la canción y empezaba a sonar otra vez. Cuando todos bajaron, Carol estaba intentando hacer los "oh" de Nicky Minaj riendo al lado de Javi hasta que, al final, le salió. Su risa es mi sonido favorito. Podría vivir escuchando su risa en bucle toda mi vida y no me cansaría nunca. No dejé de mirarle hasta que Nacho chasqueó sus dedos delante de mi cara para que reaccionara y dejara de mirar la mesa de al lado.

-Bang, bang, into the room. Bang bang all over you. -cantaba la rubia encima del escenario cuando salimos a los campos de entrenamiento después de la comida. A la vez que cantaba estaba bailando y siendo observada de cerca (porque todos nosotros estábamos mirándola aunque fuera por el rabillo del ojo) por sus dos entrenadores, el presidente del equipo y el profesor de canto. Todavía no me explico cómo no se estaba ahogando al realizar tantos movimientos y cantando una canción así. Incluso en el rap siguió como si nada. Por el micrófono no se oía ni un solo suspiro ni una exhalación larga y profunda de oxígeno por quedarse sin aire en los pulmones. En ese momento recordé lo que Morat le había dicho a Florentino el día que vinieron a la ciudad deportiva, sí, la mañana siguiente a la cena.
{Flashback}
-Esta chica es una artista de los pies a la cabeza. Realmente estoy impresionado. -dijo el batería de la banda musical.
-Sí, la verdad es que tenemos mucha suerte de tenerla con nosotros. Además es muy madridista. -dijo orgulloso el presidente.
-No me extrañaría verla llenando estadios cantando. -comentó otro miembro. Yo estaba al lado de ellos y disimulaba estar atento a la actuación que está haciendo la mejor bailarina de este equipo, este país y el continente entero encima del escenario.
-Ojalá algún día sea nuestro querido Bernabéu. -respondió de nuevo Florentino.
-Quien sabe, quizá en algún momento hagamos una colaboración. -dijo el cantante principal del grupo.
{Flashback}
Ahora, en estos precisos momentos, me estoy dando cuenta de que es verdad que la chica que no consigo sacar de mi mente a una verdadera artista. Lo más normal sería que llenara esos estadios de los que hablaban, que se convierta en una estrella y triunfe a nivel mundial.

Carolina Díaz, la chica a la que quiero, se está alejando cada vez más de mi vida y no os imagináis lo que me está doliendo.

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Ha habido un problema y no os dejaba leer el capítulo, así que aquí lo tenéis de nuevo. ¡Espero que os guste y muchas gracias por el apoyo, el cariño y los mensajes que dejáis!❤️

El mejor error de mi vida {Marco Asensio}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora