Capítulo 66

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ERICA POV

2:30 am

Aun no he conseguido dormirme, ni creo que pueda en lo que queda de noche. Me quedo despierta, quieta, mirando a un punto fijo en la oscuridad, intentando no pensar en lo que está pasando en el grupo ultimamente. Se que pasa algo que afecta a la mayor parte de este, aunque aún no se el que y, evitando pensar en este asunto, doy con la frase perfecta para la época que todos pasamos: 'Dicen que las flores no pueden crecer sin lluvia, pero, ¿no es también verdad que demasiada lluvia mata la flor?'

Demasiados problemas en un solo grupo. Esto no podía acabar bien.

4:00 am

Sigo sin poder dormir. Desisto y me siento en la cama. Respiro hondo y apoyo mi cabeza en la almohada.

Recuerdo de repente que en esa funda de almohada guardé la entrada del concierto al que fuimos Niall y yo en Nueva York. La saco lentamente, está intacta, solo un poco arrugada.

Sonrió y, la vuelvo a guardar en su sitio. Ahí es cuando me doy cuenta. Debo dejarle ir. Dejando aparte las amenazas de David hacia mi familia, debo hacerlo también por su bien. No le conviene estar con una persona como yo. Él es demasiado bueno, demasiado alegre, demasiado buena persona y yo soy tan....yo.

Tengo que cortar con él y tengo que hacerlo ya.

Vuelvo a recostarme y sin querer me doy con la pared.

-¿Erica, eres tú?

-Sí, Mara, no puedo dormir, siento haberte despertado.-Digo volviendo a sentarme sobre la cama

-Tranquila -Mara se incorpora- tengo el sueño ligero -Dirige sus ojos hacia mi y se da cuenta de que los mios estan llorosos -¿Estás bien?

-La verdad es que no

-¿Y eso?

-Ya te lo contaré -Dije yo limpiandome las lagrimas que caian finalmente por mis ojos- Sigue durmiendo anda-Ella asintió-Ah y... Mara

-Dime -Dijo todavia si acostarse

-Gracias -Sonreí y me volví a tumbar en la cama

5:00 am

Por fin, consigo dormirme.

6:30 am

Todo el barracón está en pie, y yo, irónicamente, apenas puedo mantenerme. Es lo que tiene haber dormido solo una hora y media.

Helen, que estaba en su cama preparando las cosas me mira, y no se que cara debo tener, que se me abalanza encima para darme un abrazo.

-Helen, hoy es el día de ls ruptura -La digo en voz baja.

Me abraza aún mas fuerte y me susurra un "suerte" al oido, tras lo cual preparo mis cosas y me meto en la ducha.

Esto parece despejarme un poco, aunque no lo suficiente. Necesito no pensar en nada y no hay cosa que se me de peor, por lo que sigo el truco de una vieja amiga: Repetir algo que te sepas de memoria muchas veces y asi desconectar. Elijo un fragmento de mi libro favorito. Una carta del chico protagonista a la chica.

Mala elección, esto me hace llorar aún más. Cambió y empiezo a recitar interiormente los acontecimientos de la Rev Rusa, siempre he sido buena en historia.

Pasan las horas y sin que me de cuenta ya estamos apunto de acabar con el entrenamiento mañanero: combates cuerpo a cuerpo más intensos que los anteriores debido a la cercanía de las maniobras.

Todos los realizo en silencio. Gano algunos, pierdo otros. Hoy posiblemente vaya a ser uno de los peores días de mi vida, no estoy para entrenamientos.

Llega la hora de la comida y me  coloco junto a Niall, enfrente de Zayn quien junto a Mara me mira fijamente.

-¿Podemos hablar luego por la noche? -Niall asintió- Vale, después del entrenamiento en el árbol.

Volvió a asentir y siguió comiendo, como si nada.

-Si hoy al final del día la cabeza no me ha explotado, hazme un monumento por favor -Le digo a Helen mientras nos levantamos todos para escuchar la explicación del entrenamiento. Esta sonríe y él da comienzo la explicación.

-Buenas tardes, cadetes. Todos sois conscientes de que debemos seguir con un entrenamiento más duro de lo normal, ¿no es asi? -Todos asentimos- Muy bien, empezemos con 5 vueltas al circuito completo y 2 horas de carrera, ¡vamos!

Así dicho no parecía mucho, pero el circuito constaba de muchas pruebas, demasiadas, de diversos tipos y dificultades.

Para el circuito nos organizamos en grupos de tres, a mi me tocó con Jacki y Will. La verdad es que este era un chico bastante amable y simpático. Me alegraba de que me hubiese tocado con él y por supuesto con Jacki.

Al terminar todas las vueltas, estábamos tan cansados que apenas podíamos respirar.

-Vamos, ¡empezamos con la carrera en 3, 2, 1...! -Sonó una voz por encima de todas, y tras eso, un silbato.

Nos pusimos a correr, mucha gente a la hora ya no podía mas y paró. Yo aguanté las dos horas aun no se gracias a que, a una fuerza divina, cósmica o a que mi mente se preocupaba de todo menos del cansacio físico en esos momentos.

Dieron por finalizado el entrenamiento y me tiré al suelo.

-Nosotras nos vamos -Me dijo Louise con la voz entrecortada por el cansancio- ¿vienes?

-Ahora voy, id yendo chicas.- Dije yo mientras me deslizaba hacia  el árbol donde había quedado con Niall.

A los cinco minutos, apareció y se sentó en frente de mi.

-Menido entrenamiento, ¿verdad? -Dijo intentando romper el hielo.

-Niall... -Dije sacudiendo la cabeza- Vamos al grano, por favor. Estoy muy cansada y esto es importante.

-Adelante -Asintió Niall

Miré al suelo. Sabía que esto lo hacía por su bien y por el de mi familia. Pensando eso, me armé de valor y alcé la mirada.

Y entonces fue cuando me derrumbé. Sus ojos azules me miraban con una mezcla de preocupación, amor, y desconcierto, mientras que los mios derraban lágrimas. Cuando le miré a los ojos directamente y empecé a derrumbarme también fue cuando supe que estaba haciendo lo correcto, sin duda alguna. Y si queria que esto funcionase, tenía que hacerlo bien. Más tarde le pediría perdón a Will.

-Niall.... Yo, te quiero y siempre te querré pero he conocido a otro. De veras que lo siento -Empecé a llorar más y más, al contrario que Niall, quien parecía una piedra.

-Lo... Lo entiendo. Solo.... dime quien es. -Dijo fijando su mirada en el árbol de en frente, un viejo truco para no llorar.

-Es Will. Pero por favor... él no ha tenido la culpa, no ha hecho nada.

-¿Por quién me tomas? Adios Erica, que te vaya bien -Dijo levantándose y yéndose, dejándome asi sola allí fuera.

Cuanto mas se alejaba, más rápido caían mis lágrimas.

¿Quién me iba a decir a mi que acabaría llorando por haber dejado al chico que más quería?

Era un sin sentido. Cuantas vueltas daba la vida.

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