Capítulo 40

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Helen POV

El día 25 mis padres me regalaron un Iphone de último modelo para que estuviéramos en contacto, aunque sabían que allí estaba prohibido llevar móviles.

Al siguiente día todo seguía igual de patético y aburrido. Salir a la calle para hacer ejercicio y mantenerme en forma llegaba a ser una condena para mis pobres oídos. Y todo por culpa de los niños que no dejaban de cantar villancicos por cada esquina en la que pasaban.

Corrí por un parque rodeado de árboles y columpios para los crios. Era un sitio precioso, al que me encantaba acudir de pequeña para observar las mariposas y pedir a los demás niños que no les arracaran las alas.

Me detuve en un banco unos minutos para beber agua y reponerme. Cuando regresara a la base debía estar en forma, y que la navidad no afectara en nada a mi rendimiento. Además, hacer ejercicio era una buena forma de liberarme del estrés que la navidad causaba en mi.

Al regresar a casa me llevé una sorpresa que no esperaba. Zayn estaba ahí, conversando tranquilamente con mi madre mientras mi padre no tenía muy buena cara.

En una ocasión normal, probablemente debería haberme dado verguenza que mi novio me viera sudada y horrible después del ejercicio, pero en mi caso él estaba acostumbrado a verme así todos los días.

-Hola- Dije con una sonrisa.

En cuanto me vio se acercó a mi y me abrazó. No me dio ni un beso, supuse que por la presencia de mis padres.

-Te quería dar una sorpresa y aquí estoy- Murmuró.

-Ven- Dije agarrando su mano y tirando de él para que me siguiera.

Nos metimos en mi habitación y ya no pude contenerme más. Lo besé hasta que ambos necesitamos el aire para respirar, pero aún así seguimos abrazados.

-Te quiero mucho- Susurré -Gracias por venir, pero no tenías que hacerlo...¿Ha pasado algo con mis padres?

-Tu madre ha resultado encantadora- Sonrió -Tu padre es otra historia. Cada vez que lo veo, recuerdo tu mejilla hinchada y...no lo soporto, lo siento. No voy a interponerme en vuestra reconciliación, no te preocupes -Agachó la mirada avergonzado.

Lo miré compasivamente.

-Si te dice algo, cualquier cosa, dímelo...yo me encargaré.

Nos quedamos unos segundos en silencio. Zayn mirando a la nada, y yo observándolo atentamente a él. No quería que se sintiera mal, y si era necesario volveríamos a Denver ese mismo día.

-Voy a ducharme- Dije después de un rato -¿Quieres unirte a mi?- Solté una carcajada.

-¿Quieres que tus padres me saquen de la pasa a patadas?

Fingí pensarlo por unos minutos, pero después sonreí y le obligué a bajar de vuelta.

Me duché y me cambié el chandal de deporte por un vestido verde y unas sandalias cómodas. Después me peiné el pelo de forma que cayera en hondas por mi espalda, y me coloqué una diadema.

Bajé a la sala rapidamente, temiendo que hubiera estallado la guerra, pero todos se encontraban tranquilos viendo la tele.

A la hora de la comida el ambiente fue estable, y por suerte mis padres no empezaron con sus típicas preguntas que podían haberlo fastidiado todo.

En cuanto acabamos de comer me llevé a Zayn de ahí. Quería que conociera Irlanda, y no soportaría estar encerrada ni un día más.

Preparé una mochila con bebidas y comida, además de unas cuantas revistas de pasatiempos por si nos aburríamos.

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