||Cuestión de Instintos||

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[Pairings: McDanno] AU; Warrior!Steve, Dragon!Danny.

A pesar de su apariencia humana, Danny realmente no gusta por mantener aquella forma a menos que Steve se lo pidiese expresamente, ya fuera para estar juntos en el bosque profundo manteniendo una charla amena -después de todoDanny posee más de mil años de edadsus charlas siempre son interesantes- o caminando por la aldea dónde Steve pasó gran parte de su infancia. Tampoco es como si Danny fuera un gran entusiasta de la vida humana en la isla o los humanos en general, Steve sabe que Danny lo hace por él. Eso lo hace sentir especial para el Dragón, aquella clara muestra de confianza para con él.

Pero, en los últimos días, Danny ha mostrado cierta actitud... extraña.

Había robado varios objetos del Gran Bazar -telas, almohadas, abrigos- teniendo su forma humana o no en los últimas semanas, recolectando los vienes robados dentro de su cueva en la montaña del norte. Steve cree que Danny está llevando su curiosidad por los objetos humanos demasiado lejos, y si bien no puede devolver lo robado a sus respectivos dueños sin que parezca extraño, no sin que Danny le rebane la garganta con sus garras, bien podría darle una charla sobre buen comportamiento civil. Danny puede no haber aceptado vivir con él en la aldea, aún así debe seguir las reglas de los isleños.

Por lo que, luego de hablar con Joe y Mary sobre su incursión al bosque, Steve se ve nuevamente dentro de la cueva del dragón para encarar a Danny y resolver sus tendencias cleptomanas.

Lo que no espera ver es un gran nido de mantas, almohadas, telares y lana dentro de la cueva. La suave construcción al fondo de la pared rocosa, a cara contraria de la entrada y por ende lejos del risco ventoso, se muestra imponente y grácil; un mullido acolchonado bien estructurado en forma redonda ¿Acaso en ésto ha trabajado Danny en los últimos días?

Parece una cama. Una exageradamente grande y suave.

Steve sonríe por eso, tal vez Danny ha querido una cama humana y había sido muy orgulloso como para pedir ayuda en armarla. El Guerrero debera explicarle a la criatura sobre ciertas sutilezas, eso y sobre el trabajo duro a pesar del gesto encantador de querer decorar su cueva.

De pronto, un fuerte aleteo lo saca de sus maquinaciones y una pata con garras lo apresa sin dar presión alguna, solo lo necesario para elevarlo y dejarlo caer de espaldas al nido de mantas en el interior de la cueva apenas iluminada. Antes de darse cuenta, un muy desnudo Danny se encuentra a horcajadas sobre él.

Steve recupera el aliento por el golpe gradualmente, notándose confundido por su amigo.

- ¿Danny? ¿Qué...?

Danny lleva su mano sobre su boca, silenciandolo.

Shh Shhh... -ordena con una sonrisa torcida y los ojos brillando en intenso azul- Todo estará bien, estamos a salvo en mi nido... -responde suavemente el Dragón, arrastrando las palabras con grave acento.

Steve frunce el ceño no entendiendo lo que sucede, Danny claramente actúa extraño otra vez. Todo su aura es diferente al de lo normal. Más... salvaje, pero no peligroso.

- Danny... ¿Qué sucede?

El pequeño hombre rubio sobre él sonríe de medio lado, dejando ver un afilado colmillo por sobre su labio inferior. No tiene miedo por ello o el hecho de sus garras, nada en Danny grita peligro. Sino, más bien, otra cosa.

- Sucede, Steven, que te has convertido en el indicado para ser el padre de mis crías.

McDanno Drabble's Donde viven las historias. Descúbrelo ahora