||Grilletes de Plata y Ojos Azules||

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[Pairings: McDanno] AU; Slive!Steve.

Fuera de la habitación llueve como si fuera a caerse el cielo en cualquier momento, furiosas gotas frías que repiquetean contra el vidrio de la ventana en la noche mientras los truenos parecen hacer temblar la casa entera. Toda una tempestad en su apogeo. No es como si Steve fuera a preocuparse por ello ahora mismo, la ha tenido peores desde que le pusieron las cadenas de plata alrededor de su cuello, viviendo en pequeños cuartos de madera a la deriva de un extenso campo, o estableciéndose entre animales de corral durante un crudo invierno. No puede quejarse, no ahora, no cuando se encuentra tibio entre las mantas de su nuevo Amo.

Hacia menos de dos años atrás, su último Amo, un importante hombre de Hawaii, lo había dado como regalo de agradecimiento al hombre que le había salvado la vida, alejandolo así de su hogar y de su tierra natal. En su momento, Steve había tomado su destino como si fuera un condenado a la horca, la barbilla en alto y el gesto orgulloso decorando sus facciones duras.

¿Quién iba a decir que, después de todo, podría encontrar en el continente una familia?

Danny Williams no es nada parecido al resto de sus Amos, no lo trata diferente al resto de la humanidad solo por los grilletes que lo condenan. No lo desprecia por su estado de Esclavo ni lo somete cuando ha cometido un error, nada de eso. En ésta nueva vida a su lado, Steve es un tío para sus hijos, un protector del hogar cuando Danny no está, un amigo para los días duros. Un amante.

El rubio nunca lo ha obligado a nada que él no quisiera en su "asociación", aún cuando está en su derecho de hacer valer su lugar como su dueño. Danny ha sido el único Amo que lo ha tratado como un ser humano ¿Cómo no quererlo para él?

El moreno se siente posesivo de su Amo, no queriendo compartirlo con nadie más.

- ¿Steven?... -pregunta Danny por lo bajo, la oscuridad de su habitación siendo interrumpida momentáneamente por un relámpago en el cielo.

- ¿Si, Danno?

- ¿Puedo saber que carajos haces en mi cama? -pregunta con un gruñido sin alzar el tono de su voz.

Steve sonríe contra las hebras rubias de su Amo.

- Hace frío en mi habitación, Danny -responde sin importancia alguna- Sabes que no estoy acostumbrado a eso... -no es una mentira realmente, después de todo Steve ha vivido en una isla tropical antes de ser dado a Danny como obsequio e irse al continente- Además... -susurra con la voz ronca- Los niños ya están dormidos.

Steve acerca el cuerpo de Danny al suyo, logrando así que su Amo fuera la cuchara pequeña en el abrazo íntimo, sus caderas pegadas bajo las mantas mientras su mano, curiosa de ella, se aventura dentro del pijama del otro hombre; tocando parcelas de piel cubierta con fino vello dorado.

Como toda respuesta, Steve recibe un codazo que lo tira de la cama.

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