AU!Canon. Werewolf!Steve, Kitsune!Stan. Viñeta.
Danny deja caer el portátil sobre su cama cuando dos ojos rojos se muestran en la soledad de su habitación a oscuras, y si bien reconoce perfectamente bien esa mirada cambiante no deja de ser una total sorpresa para él cada vez que Steve decide allanar su hogar por un motivo u otro.
Si. Danny reconoce que su nueva casa pertenece a los territorios del clan McGarrett y como detective especializado en el mundo sobrenatural es su deber respetar al Alpha, pero aquí entre nos, Danny nunca tuvo especial paciencia con los idiotas.
Sobretodo con Hombres Lobo que se creen con el derecho de invadir su espacio personal, sus cosas y su vida.
- ¡Steve! -chilla Danny molesto, saliendo de su cama como si hubiera visto al mismísimo demonio. No que estuviera muy lejos de la realidad, después de todo.
El lobo se hace paso hacia él sin eliminar el brillo sobrenatural que lo caracteriza como un Alpha, todo poderoso y digno de su estirpe, su postura de espalda recta lo hace ver más alto de lo que parece más el rubio no hace más que cruzarse de brazos para mostrar su punto, de cuan molesto está por verlo allí a tan alta horas de la noche. A veces Danny cree que Steve puede tener ascendencia vampirica.
El moreno frente a él le olfatea con descaro.
- ¿Otra vez con Edwards? -pregunta Steve, aunque bien puede ser un reclamo. Danny tampoco se sorprendería de ello si ese fuese el caso.
- Si, Steven. Otra vez -responde a pesar de saber que el Alpha no tiene poder sobre él- Stan me contrató por el caso de las Sirenas, ese mismo que el que Kamekona y tú están metidos -lo acusa con un dedo apuntandole.
Steve deja atrás sus ojos Alpha para verlo con otros más humanos aunque sin perder la molestia que refleja en ellos, nada al que no se hubiera acostumbrado ya.
El Hombre Lobo se acerca otro poco a él y Danny pierde un poco de su confianza a pesar de saber que Steve nunca le haría daño, su nerviosismo proviene de otra cosa muy diferente a la violencia física.
- En primera, no son Sirenas, son Tritones. En segunda, es mi deber estar al mando de las cosas que ocurren aquí. Son mis territorios, Danny, lo sabes -balbucea Steve con palabras veloces y enojadas- Y en tercera, dime que no eres tan tonto como para no notarlo... -gruñe el lobo- Ese Kitsune lo único que quiere es aparearse contigo.
¿Qué?
- ¿Qué? -Danny parpadea incrédulo mientras agita las manos- ¿Eres tonto? ¿Por qué él quiere acostarse conmigo,
Steve toca la punta de su nariz con burla.
- Por que lo huelo, Danny -responde mordaz- Y lo que ese bastardo zorro desea es meterse entre sus piernas -dice, acortando las distancia entre los dos y acorralando al humano contra el colchón- Pero no lo voy a permitir, Danno. No voy a dejar que te toque -murmura hundiendo su rostro en el cuello del rubio.
- ¡Steve! -bocifera Danny, intentando quitar a McGarrett de encima.
No puede.
Para su horror -o no tanto- Steve comienza a restregarse sin dejar de oler su piel, arriba y abajo. Su peso, que era algo para considerar teniendo en cuenta que Danny es más pequeño en comparación del Hombre Lobo, lo hunde contra su cama. No duele, es erótico, lo reconoce, pero no puede dejarlo pasar. Así no.
- Danny...
- Basta, Steve. Lo digo encerio.
- No -agrega como quien no quiere la cosa- Te estoy cuidando del pervertido que va tras tu trasero, Danno.
- Por si no lo has notado, Steven, has sonado como uno y... ¿Acaso me estás marcando con tu olor?
Steve asiente mientras se separa un poco de su cuerpo, solo lo suficiente para tenerle frente a frente.
- Eres mi Beta, tienes que oler a mi -responde con una sonrisa de suficiencia- Además, yo te vi primero.
- No soy tu Beta -reprocha Danny sin poder evitarlo.
Desde que se conocieron hace cinco años en el garaje, cuando Danny estuvo en el caso de John McGarrett, Alpha asesinado por cazadores, Steve desarrolló una especie de obsesión por controlar su vida. Eso de además de que no desiste de su plan por convertirlo en parte de su manada.
- Claro que lo eres, Danny -murmura Steve bajito, íntimo- Mi Beta de Jersey.
El lobo vuelve a hundir su rostro en el cuello del humano.
Danny no lucha ésta vez, demasiado cansado como para echar a Steve otra vez a su cueva. Los lobos no vivimos en cuevas, Danno.
Pasea su mano sobre la espalda del otro hombre, deja que Steve le marque con su olor. A pesar de no gustarle la idea, acepta la norma de los licantropos.
Casi puede sentir a Steve reír contra su piel, pero en vez de ello siente los colmillos de éste rozar su piel. Jadea sin poder evitarlo, Steve si ríe ésta vez.
Va a ser una larga noche.
- Además... -dice Steve de pronto- Yo puedo darte cachorros más bonitos.
¿Qué?
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McDanno Drabble's
FanfictionSerie de drabbles sin relación entre sí sobre la pareja de Steve McGarrett y Danny Williams.