capítulo 25

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No entendía por qué Tobio pensaba de esa manera, creí que le gustaba estar conmigo.

Lo es que no entiendo es que me pasa.

Cuando una persona me hace un desprecio...la reviento.

Pero entonces...¿por qué cuando el me ha dicho eso solo he tenido ganas de llorar?

No me he enfadado.

Solo he tenido ganas de llorar.

(...)

Estabais en el entrenamiento y sentías la mayoría de miradas puestas en ti.

Estabas distraída en tus pensamientos cuando un balón te golpeó la cabeza y caíste al suelo.

-¡¡¡Hay dios!!! Lo siento mucho Tsukishima-san ¿Estás bien?- te dijo un chico acercándose a ver cómo estabas.

- Si, si...tranquilo- todo te dabas vueltas.

- déjame ayudarte- te tendió la mano pero preferiste levantarte tu sola- de verdad que lo siento.

- No...es culpa mía, no estaba atenta- dijiste sobándote la parte afectada- no te preocupes- sonreiste en busca de calmarlo.

- ¿Segura? No me perdonaría el haberte hecho daño- asentiste- menos mal- solto un largo suspiro- De todos modos lo siento... tengo que practicar mis saques.

- Y yo mis recepciones...- dijiste en broma haciendo reír al chico, intentaste contenerte pero la risa de aquel chico era contagiosa.

El chico se fue a seguir practicando.

Y yo me quedé dando vueltas por el gimnasio en busca de que alguien necesitará ayuda.

¿ Algún problema Sakusa-san?- dije al ver como miraba penetrante a un balón en el suelo.

El chico te miro de reojo y volvió su vista a el objeto.

- Se...se me ha olvidado el desinfectante- dijo molesto.

Sacaste unos guantes negros de una bolsa que llevabas en el bolsillo.

-Toma- el chico te miro sorprendido- Tranquilo, entran totalmente limpios...supuse que esto podría pasar así que te compre unos- el chico tomó aquella bolsa- Después de los entrenamientos puedes devolvermelos y los lavo por ti.

-¿Por qué eres tan amable?- dijo el sacando los guantes y poniéndoselos.

- No se...supongo que es mi naturaleza- no era de el todo mentira, mientras no te molestarán podías ser una persona muy maja.

- Gracias y no hace falta, yo los lavare- el chico se agachó y cojio su balón para seguir practicando.

Tu te diste la vuelta y seguiste tu camino sin darte cuenta de que varias personas vieron la escena, entre ellas tu novio.

(...)

El entrenamiento termino y volviste a tu cuarto.

Te pusiste una ropa más cómoda y saliste a dar un paseo.

Caminabas por el campus mientras escuchabas música.

Narra kageyama.

Desde que dije aquello a (t/n) ella no se me había vuelto a acercar, no la dije que me ignorara.

Era solo que no quería que la vieran raro, que una chica así salga con alguien como yo, era ridículo.

-Ya cuéntanos Sakusa...- se quejó un chico sacándome de mis pensamientos.

- Ya os lo he dicho, se me olvide el desinfectante para limpiar el balón y ella me ofreció unos guantes- dijo totalmente neutro.

- Eso ya lo se, estaba viendo, lo que quiero saber es...como te lo dijo- dijo intrigado.

La Hermana Del Cuatro OjosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora