La Hermana Del Cuatro Ojos

¿¡¿DONDE ESTA ESE PUTO ANILLO!?!

Estabas en el trabajo dando a tus jugadores un poco de ánimo para el torneo de primavera cuando les notaste más preocupados de lo usual.

-¿Ocurre algo chicos?-viste como todos se miraron entre ellos y asintieron.

-Vera entrenadora....no es que nos queramos meter en su vida privada pero....¿Ha pasado algo con su marido?- aquella pregunta te dejo descolocada.

-¿Que...? No ¿A que viene esa pregunta?- el chico señaló tu mano.

-Como hoy no lleva el anillo pensamos que....

-¿Que dices? Mi anillo esta justo....¿Aquí?- viste tus cinco dedos desnudos- no...no...no, no,no, no, no, no....dios mio ¿Dónde está?- miraste por tu alrededor, el suelo, bolsillos, los demás te ayudaron a buscarlo pero nada...había desaparecido.

Intentabas recordar donde podías haberlo dejado mientras tú equipo te consolaba, te sentías patética.

-Bueno, no pasa nada, de seguro me lo he dejado en casa- sonreiste- podéis iros todos a casa ya, muchas gracias por ayudarme chicos- algo apenados por su entrenadora, los chicos se despidieron y fueron rumbo a casa.

- ¿Dónde puede estar?- fuiste a tu coche y buscaste por todas partes...nada tampoco.

No podías dejar de pensar en que deberías de decirle a tu marido que habías perdido tu anillo de bodas, en la cara que pondría, lo que sentiría....no, te negabas a a ver aquello.

Llegaste a casa y la dejaste patas para arriba, buscaste hasta en el último rincón...nada.

En ese momento ya estabas desesperada, tenías ganas de llorar pero no tenías el tiempo, tus hijos y marido llegaron y tenías que fingir que todo iba bien.

- Hola cariño- te saludo kageyama rodeando te por detrás y sumergiendo la cara en tu cuello.

-¿Cansado?- este asintió- el baño está listo, tómate tu tiempo y luego ven a cenar.

-Esta bien, gracias- te dio un beso en la mejilla- te quiero- tu sonreiste y kageyama se metió en el baño.

-Tengo que encontrar ese puto anillo- te sentaste en el sofá y te pusiste a pensar un que maldito lugar estaba, era imposible que se te hubiera caído.

-¿Estás bien mamá?- sentiste la mano de tu hija en el hombro.

- eh...si cielo, es solo que estoy algo ausente hoy- sonreiste.

-¿Ausente o preocupada por haber perdido el anillo de papá?

-¿Que....?- te levantaste y miraste a Shōri.

-No me quiero imaginar la cara que pondrá cuando se lo digas- dijo Chisei desde el pasillo- ¿Llorará, se enfadara....te dejará?

-Niños ya vale ¿De qué demonios estáis hablando?- sentías como tú garganta se cerraba poco a poco y tus ojos se aguaban.

- Prometiste a papá que cuidarias ese anillo con tu vida...¿Acaso mentiste, (t/n) Tsukishima es una mentirosa?- se acercó Chisei.

- También dijo que era un anillo muy importante ¿Cómo era....? Ah, si...un anillo que había sido eredado por generaciones en su familia, que bonito y tu....lo has perdido.

-No....no, yo no...tiene que estar en alguna...yo nunca le haría eso a Tobio...no a él...¿Por qué estáis diciendo esto?- sentías que te ahogadas y ambos niños comenzaban a acercarse.

- Cariño....¿Por qué lo has hecho?- oíste la voz de kageyama a tus espaldas- te dije lo importante que era para mi...te creí y tu me has mentido- te diré la vuelta y viste a tu marido con la cara llena de lágrimas.

- No....no,no,no...para, por favor para...- sentiste que te ahogabas y tus piernas fallaban.

-Mama, mamá, mamá- todos se acercaban a ti-¡Mamá!

-¡Ah!- te levantaste de un salto del sofá.

-¿Mamá, está bien?- abriste los ojos y viste el preocupado rostro de tu hija.

-¿Que....?

- Estabas moviendote mucho y llorando- te seco las lagrimas- ¿Que ha pasado, también estabas ahogando un montón de gritos....una pesadilla?- hay entendiste que todo había sido un sueño.

Te fijaste mejor y viste a Chisei de la misma manera.

- Ah...si, si.... perdón, creo....que es por culpa del estrés...- te dejaste el resto de lágrimas y suspiraste- lo siento chicos- los abrazaste- no era mi intención preocuparos

- Me asustaste...- sentiste como te abrazaban con fuerza.

- Voy a salir un rato a tomar el aire- estos se apartaron y vieron como salias a la terraza.

Cuando kageyama salio del baño tus hijos no dudaron en contarles lo que te había pasado, al escucharlos este miro a la terraza y entró algo preocupado.

- Hey...¿Todo bien?- te vio sentada en uno de los pequeños sofás abrazando tus piernas y mirando a la nada.

-eh...si, si...¿Te lo han contado los niños?- asintió- no pasa nada...es tan solo el estrés...- kageyama no muy convencido se sentó en el otro sofá y dio una cuantas palmadas en sus piernas.

Tu obediente te sentaste encima y undiste la cara en su cuello.

Sentiste como te pegaba más a él y abrazaba tu cintura mientras te daba pequeños besos en el hombro y cuello.

- Tal vez deberías de descansar mas, puedo intentar hablar con el entrenador para que me deje salir antes y así tengas ayuda en casa ¿Te parece?- al escuchar eso solo pudiste sentirte más culpable aún.

- Perdón....- aquello sobreprendio a tu marido.

-¿Por qué...?-  te despegaste para mirarle a los ojos, no querías mentirle...no otra vez.

- Yo he....he perdido el anillo que prometí cuidar y al que tanto aprecio tenias- a pesar de sentir como tus lágrimas volvían a salir seguiste mirando aquellos ojos marinos- soy una idiota,  lo siento mucho Tobio....

Kageyama se te quedó mirando por unos momentos y luego tomó tu rostro para limpiar tus lágrimas.

-mira que eres tonta...- dijo riendo lo cual de tejo confundida- toma- de repente viste el anillo entre sus manos- me dijiste que te quedaba algo pequeño y lo mandé a ajustar...creo que se me olvidó decirte que lo tome, perdón- tomó tu mano y coloco el anillo en su lugar- perfecto- viste una pequeña sonrisa en su rostro.

- Eres un....- le miraste molesta- idiota, me he pasado todo el día buscándolo y asustada por como podrías reaccionar y a estado en tu bolsillo todo el rato...tu maldito....- viste como a pesar de que le estabas casi gritando este te miraba con una sonrisa-....maldito....ugg- le abrazaste con fuerza-...gracias.

- Te quiero- dijo abrazándote más fuerte.

- Callate...

- Creo que ahora mamá ya está bien- dijo Shōri sonriendo.

- Es impresionante la facilidad que tiene papá para hacerla feliz.

-Es precioso...- Chisei miro a su. hermana.

- Si...supongo que si- sonrió también inconscientemente.