Capítulo 36

1.7K 76 37
                                    

El sol entró por la ventana, acompañado de una brisa primaveral que golpeó su rostro.
Estiró su brazo sobre la cama, en busca de aquel cuerpo que tanto le gustaba sentir al despertar pero que al parecer no estaba.
Un extraño aroma a miel mezclado con café golpeó su nariz, haciéndolo reaccionar. Sus ojos viajaron rápidamente por el lugar, hasta divisar a Marizza de espaldas en la cocina.
Se puso de pie, acercándose a ella con paso sigiloso. Una de sus cosas favoritas era observarla, tan natural, tan ella; adoraba observarla sin que se diera cuenta, y apreciar cada uno de sus movimientos y sus muecas. Era hermosa por donde sea que la mire.

-¿Que haces, Pablo?.- exclamó sobresaltada al voltear y chocarse con esos ojos azules que la miraban desde la barra de desayuno.
- Buen día.- sonrió depositando un corto beso en sus labios, abrazando su cintura para luego servirse una taza de café.- ¿tenes que ir al bar?
- No, Mía me llamo para avisarme que agendo una cita con el diseñador de su vestido de novia.- comentó mientras daba un gran mordisco a su tostada con miel y cereales.- quiere que vaya con Luji para ver nuestro vestidos de damas de honor.
- Que divertido.- dijo con una sonrisa al ver la expresión de desagrado de su novia.
- Uff si, no te imaginas cuanto.- Marizza dio un sorbo a su taza de café y dirigió su mirada hacia el.- se me pasó contarte antes, pero el otro día renuncie a mi trabajo en el… quiero enfocarse más en mis canciones y en el nuevo proyecto con el disco.

Pablo abrió los ojos como platos al escuchar lo que Marizza acababa de contarle. ¿Cómo se le iba a pasar contarle algo como eso?.

- No me parece mal que quieras dedicarle más tiempo a la música pero… vos sabes que no vas a recibir ningún ingreso por el momento, ¿no?.
- Si obvio, se que capaz fue algo un poco impulsivo pero todavía tengo plata de la gira como para estirar un tiempo más.- dijo con calma.- te lo quería decir porque no me gusta ocultarte nada, yo confío en vos y quiero cuidar lo nuestro está vez. Sos mi cable a tierra, Pabli.- tiernamente acarició su mejilla depositando un dulce beso en sus labios.

Esas palabras fueron como un puñal para Pablo. Se sentía terrible; odiaba ocultarle cosas a ella pero no quería perderla.
Ella era era un pilar muy importante en su vida, y si lo dejaba iba a desmoronarse. 
Inevitablemente su mente viajó a aquel día, cuando todavía cursaban cuarto año en el Elite Way y él había actuado como un idiota al enterarse que Javier le había prestado sus apuntes de literatura. Aquel día ambos habían prometido cuidar su relación, y siempre decir todo sin ningún tipo de vergüenza; sin ocultarse nada.

-¿Estas bien?.- preguntó, al notar que el permanecía en un extraño trance.
- Si.- tragó saliva, dispuesto a contarle la verdad y temiendo por su reacción. Marizza era tan impredecible que nunca se sabía con exactitud para que lado iba a salir.- necesito decirte algo.
- Decime
- Vos sabes que te amo, ¿No?.- ella asintió.- ¿Y que haría cualquier cosa para protegerte?
- ¿Protegerme de que?.- preguntó sin entender, frunciendo sus cejas.- ¿que hiciste, Pablo?

El soltó un suspiro y tomó sus brazos con un gesto protector.- no soportaría que algo malo te pase, te prometo que…

- Pablo, deja de dar vueltas y habla. Detesto que seas vueltero.- la expresión de Marizza se había transformado en una mucho más serio. Tenía un mal presentimiento. 
- Mi viejo no se contactó con Consuelo por viejos archivos.- soltó, sin saber cómo comenzar.- sino porque le pidió ayuda. Esta planeando algo groso y necesitamos que Consuelo nos diga lo que sabe.

No podía, no podía decirle y no encontraba las palabras para hacerlo. No quería mentirle.
Entonces recordó aquellas palabras que Guido había mencionado en su momento: "Callar no es mentir." ¿Y si tan sólo por esta vez..?
No. Rápidamente apartó aquello de su cabeza; estaba decidió a soltarlo… aunque no supiera como.

Sempiterno {Pablizza}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora